Hay una frase que he escuchado durante mucho tiempo de la boca de una persona que aprecio mucho, una frase que ha tocado mi vida y que he tratado de tomar en cuenta día a día; una frase que para muchos es una tontería y para otros extremista y otros muchos cansados de oírla nunca la han tomado en serio; una simple frase que esconde una consagración total a Dios el día que recibió a Jesucristo como su único y suficiente salvador; una frase que le recuerda día a día que lo más importante en su vida debe ser agradar a Dios; y esta frase dice así: Señor, aquí estoy, te entrego mi vida , pase lo que pase, suceda lo que suceda, se pierda lo que se pierda, se enoje quien se enoje, te entrego mi vida. Esta frase es muy radical y nos inspira a vivir una vida para Dios, una vida en santidad, sin dobleces, sin medias tintas, entregados a agradar a Dios con nuestros actos. Sé que esto es muy difícil, pero no imposible; somos humanos y cometemos errores, errores que no deberíamos volver a cometer, y muchas veces lo hacemos, pero debemos regresar al principio y volver a empezar, teniendo en cuenta que nuestra prioridad debe ser Dios y que si todo esta bien con él, todo lo demás estará perfecto. Por esta forma de pensar habrá muchas críticas, nuestros amigos y muchas veces nuestros familiares nos darán la espalda, pero eso no nos debe importar, pues nuestra salvación no depende de agradarle a ellos sino a Dios. Y yo, al igual que la persona autora de esta frase, declararé día a día que mi vida le pertenece a Dios, pase lo que pase, suceda lo que suceda, se pierda lo que se pierda, se enoje quien se enoje, viviré por él y para él.
Posted on: Tue, 05 Nov 2013 03:50:35 +0000
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