Hay una ley en el Universo que indica que todo atrae a sus - TopicsExpress



          

Hay una ley en el Universo que indica que todo atrae a sus iguales. Muchas corrientes nuevas y descubrimientos de física cuántica o del campo unificado fundamentan sus teorías en la atracción que ejercemos en el mundo externo sobre las cosas que sostenemos en el mundo interno. La resonancia, según parece, es infalible. Si continuamente creemos que “allá afuera” las personas son traicioneras y mentirosas, es justo la experiencia que vamos a vivir. La experiencia refuerza a la creencia y seguimos hipnotizados en un ciclo de una película que se repite y se repite. Y así con todo. Pero hay puntos de quiebre en donde podemos terminar con el trayecto en círculo y avanzar en espiral hacia otros espectros. La vida puede otorgarnos estas rupturas, pero nosotros también podemos generarlas de manera consciente. Podemos observar qué es lo que damos en acciones y si queremos otra cosa, comenzar a modificarlo. Muchas veces ocurre, por ejemplo, que queremos que la gente sea cumplida en sus pagos con nosotros y nos volvemos muy exigentes al respecto, pero cuando somos nosotros los que debemos pagar, somos morosos y escabullidos. O deseamos que alguien de nuestra familia sea reconocido en su trabajo, pero cuando nos toca reconocer el esfuerzo ajeno estamos ciegos. De ésta y otras millones de maneras estamos claramente indicándole a la vida que eso somos y eso esperamos de vuelta. Estamos con una mano adelante intentando alcanzar algo, pero con la mano de atrás agarrada a su opuesto. Éste, es un choque infalible de frecuencias. Entonces, lo que decimos querer se vuelve un mensaje nublado, confuso, contradictorio, que lejos de traer lo nuevo alimentará más de los viejos ciclos de los que anhelamos salir. A veces la lección es tan simple como la congruencia. Observarnos a nosotros mismos resulta ser de lo más complicado, pero no imposible. Si ponemos un poco de voluntad para encontrar en nuestras acciones el reflejo de aquellas cosas que decimos ya no querer más, vamos a ganar muchas pistas para entender por qué seguimos obteniendo más de lo mismo. Frecuentemente nos victimizamos pensando que la vida, el mundo, los demás, son una vorágine de injusticia en donde nos es imposible avanzar o concretar lo que queremos. Pero en las acciones de nuestro día a día hay grandes secretos. Podemos detenernos un instante, y en lugar de hacer las cosas automáticamente, pongamos atención a cada paso que damos en 24 horas. Descubriremos que ese contenido es mucho más parecido a aquello de lo que huimos, de lo que nos quejamos, a lo que tenemos aversión y criticamos tanto. Los cambios paulatinos en las acciones que emprendemos, desde las más sencillas hasta las más complicadas, serán grandes modificaciones del mensaje que continuamente transmitimos en un eco que resuena en todo el Universo, que únicamente de manera magistral nos manda de vuelta el producto de nuestras creaciones.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 16:27:59 +0000

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