Hebert GattoAbogado, escritor, periodista. Contacto Tabaré Vázquez y Fidel Castro -Temas-Hebert Gatto -fidel castro -Tabaré Vázquez-Sus columnas -Por estos días un informativo me sacudió con dos noticias. En la primera el presidente venezolano Maduro entonaba un cristalino dueto con un pajarito que encarnaba al desaparecido comandante Chávez. Entre trinos el primero comentaba que su fallecido tutor, inspirador del reciente Ministerio para la Suprema Felicidad, se revelaba en cada esquina de la revolución. La segunda información me pareció más inquietante. En ella Tabaré Vázquez notificaba a sus compatriotas de dos cálidas reuniones mantenidas con Fidel Castro, tan lúcido -aseguraba-, como en su juventud. En ellas Fidel le comentó: Tabaré, están haciendo las cosas bien, sigan así, construyendo el camino hacia el socialismo. Nosotros hace 50 años que lo estamos construyendo. Fraterna confidencia que Vázquez trasladó a la dirigencia frentista. En nuestro país, hasta este espaldarazo, no resultaba tan claro que el frentismo estuviera enfilado al socialismo. Faltaba la ratificación del candidato, fuere cual fuere su idea de este modelo. Acepto que aclarar cómo lo concibe Vázquez es tarea compleja. Digamos que en su acepción rioplatense y en el de la mayoría de los integrantes de la coalición, el socialismo constituye un orden económico, un estado social que ha superado al capitalismo y al trabajo asalariado. Por eso, más allá de polémicas, él es postcapitalista, sobrepasa la necesidad del lucro y -desde sus asunciones- lo que entiende la explotación obrera. Esto sin perjuicio que en el mundo capitalista, como quiere Mujica, pueda contar con experiencias aisladas como cooperativas y empresas socializadas o estatizadas que ayuden a su difusión. Cuestión distinta es la forma de arribar al socialismo, que admite dos modalidades: la revolucionaria (tal la soviética y la cubana) y la evolutiva, esta última por lo general confundida con la vía democrática. Tabaré Vázquez es oncólogo, no ideólogo. De socialismo entiende poco y aparentemente se identifica con una concepción del mismo de raíz marxista humanista originada en su temprana estadía en el P.S., basada en la hipótesis que superando progresivamente al capitalismo un día advendrá la felicidad. Plena y total. Ignora, al igual que su maestro Frugoni (o V. Trías en menor grado), que aún en su versión más dulcificada este socialismo, pese a su humanismo, es incompatible con la democracia liberal, como evidencia su ausencia de concreciones históricas. Salvo si, forzando definiciones, se lo asimila con la casuística socialdemócrata. De todos modos y aún si concediéramos realidad a la mitología socialista para apuntalar el imaginario historicista de la izquierda, lo absurdo es someterla a la aprobación de Fidel Castro o procurar su elogio. Vázquez bien sabe que el socialismo cubano constituye una ruina civilizatoria copiada del modelo revolucionario soviético fundado en la dictadura del proletariado, esto es en … la alianza dirigida a la completa destrucción del capital, el ataque demoledor a la resistencia burguesa… la concertación (de clase) diseñada para el establecimiento y definitiva consolidación del socialismo (Lenin, Democracia burguesa y dictadura proletaria, 1919, Selected Works, N.York, 1937). Siendo esta experiencia tan ajena a la democracia e incluso al humanismo, ¿qué tiene que ver con el camino uruguayo? ¿A quién, fuera de la ortodoxia y ahora de Vázquez, le importa el aval político o la confianza de Castro?
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 11:57:02 +0000
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