Hola amigos, la lechera del cuento contaba, al menos, con una jarra de leche de la vaca que ella misma había ordeñado. Estos engreídos, casposos y anacrónicos ineptos, especulaban desde las míseras ruinas del saqueo que ellos-entre otros- han perpetrado. Creían, desde su ridícula suficiencia, que la energía que producía el frote de sus manos calculando cuánto les iba a caer en el reparto del nuevo botín, bastaría para que les concedieran la olímpica patente de corso.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 10:45:36 +0000