Honduras, una esperanza amenazada El mundo debe permanecer - TopicsExpress



          

Honduras, una esperanza amenazada El mundo debe permanecer vigilante ante el riesgo de que los golpistas quieran dar al traste con la anunciada victoria electoral de Xiomara Castro. Por: Luis Mangrané Cuevas, jurista* Pasados apenas cuatro años del golpe de Estado que terminó con el proceso democratizador inaugurado en Honduras a principios de los años 80, el país se halla inmerso en la preparación de unas elecciones que tendrán lugar el 24 de noviembre. En 2009, las medidas gubernamentales que previas al golpe del depuesto presidente Manuel Zelaya, un liberal acomodado, hicieron saltar todas las alarmas de la oligarquía y el Ejército: la decisión de adherirse al ALBA y PETROCARIBE, convertir la base aérea de Palmerola, bajo el control de EEUU, en un aeropuerto civil, y el incremento del salario mínimo en un 60 %. También la convocatoria de una consulta popular para decidir sobre una Asamblea Nacional Constituyente con la que promover una nueva constitución. Zelaya, en pijama y manu militari, fue expulsado a Costa Rica, con escala del avión en la base de Palmerola, un elemento más de la participación norteamericana en su derrocamiento. Estados Unidos planea ahora instalar en Honduras la mayor base militar de América Latina. En agosto, una delegación del Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza tuvimos ocasión de participar en una gira por el país acompañados por Bartolo Fuentes, periodista y dirigente del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). En los departamentos de Yoro, Cortés, Colón, Francisco Morazán e Intibucá recibimos denuncias de comunidades campesinas e indígenas, organizaciones de Derechos Humanos, sindicatos y maestros. Todas tenían un elemento común: la persecución de las diferentes formas de disidencia. El Estado reprime a los campesinos que participan en procesos de recuperación de tierras ante la frustrada reforma agrícola (Bajo Aguán, San Manuel, Cortés y El Progreso), a los indígenas Lencas de Intibucá que protestan contra el despojo de sus ancestrales territorios (en la aldea de Rio Blanco, donde se construye una represa el Ejército mató a Tomás García). Las autoridades acosan también a activistas como Bertha Cáceres y otros dirigentes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras( COPINH). En Tegucigalpa, Rafael Alegría, de Vía Campesina, nos relató las amenazas de muerte de las que ha sido víctima por el trabajo de acompañamiento a comunidades del Bajo Aguán: una mara que actúa en el país ha recibido el encargo de asesinarle por cuenta de un empresario. El Estado es el máximo responsable de la situación: por acción (uso de la fuerza por el Ejército en los desalojos de campesinos o en supuestos casos de implicación de integrantes de la policía en asesinatos que deben ser aclarados) u omisión, pues la impunidad de las muertes violentas es una constante en el país. Antes del golpe de Estado la situación de violencia era grave; desde entonces ha empeorado. En 2011, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Honduras tenía la tasa de homicidios más alta del mundo, con 82.1 por cada 100.000 habitantes. Una epidemia que actualmente se cobra una media de 20 muertos al día. El narcotráfico y las maras son sus principales protagonistas. Ante este estado de cosas el pueblo de Honduras ha reaccionado organizando un proceso de resistencia civil entorno al FNRP. De esta organización social surge el partido Libertad y Refundación (LIBRE), fuerza política nacida en junio de 2011, que se define como amplia, revolucionaria, anti-oligárquica y que busca la refundación del Estado. Xiomara Castro, la esposa de Zelaya, es su candidata presidencial y aparece como ganadora en las encuestas. El riesgo de que los protagonistas del golpe de Estado no quieran reconocer un resultado adverso hace necesario que la opinión pública internacional permanezca vigilante. El Foro de Sao Paulo pidió una misión de observadores de Unasur, lo que generó una airada reacción de los partidos tradicionales hondureños. Que Honduras no se convierta en un Estado fallido al servicio de los intereses imperiales de EEUU en Centroamérica víctima de medidas neoliberales que arruinen definitivamente el país dependerá de las garantías del proceso electoral. Una oportunidad que no debe perderse. *Miembro del Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza (CSIZ) --
Posted on: Wed, 02 Oct 2013 00:30:30 +0000

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