Hoy es jueves, 11 de julio. En tu casa, Señor, encuentro la paz - TopicsExpress



          

Hoy es jueves, 11 de julio. En tu casa, Señor, encuentro la paz y el sosiego. En tu casa, mi Dios, nadie es más que nadie. No tengo que competir por hacerme un hueco, no hay jefes ni maestros. En tu casa, Padre, quiero entrar para que me acojas, para que me animes, para que me des esperanza. Entra tú ahora, Señor, en mi casa, en mi oración. Para que mi vida se habite de tu presencia y de tu generosidad. Abre la puerta, mi Dios, y entra, que la mesa ya está dispuesta. La lectura de hoy es del evangelio de Mateo (Mt 10, 7-15): Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad. Id y proclamad. Es decir, ponte en camino, sal, deja atrás las seguridades y las comodidades de lo ya conocido. Y déjate tocar por el desafío y la invitación del evangelio. Porque Dios está cerca y esta gran noticia merece ser proclamada. Desde este envío te puedes preguntar si vives una fe cómoda e instalada o sigues a Jesús con riesgo y novedad. Sanad enfermos. Resucitad muertos, limpiad leprosos. Es decir haced lo mismo que hizo Jesús, que no impuso su autoridad divina ni realizó muchos milagros espectaculares, sino que se puso a servir a los más pobres, para que estos le pudieran reconocer como el salvador. ¿Reconozco a Jesús en los pobres? ¿Qué he hecho y qué hago por ellos? No llevaréis oro, ni plata, ni cobre. Es decir, no vivas de la seguridad que proporcionan las cosas materiales. Por más necesarias que sean. Ni del dinero, ni de los aparatos, ni de los libros. Llévate lo más importante, el espíritu de Jesús que es quien anima los encuentros de cada día y a organiza cada relación. Pregúntate con sinceridad, cómo anda tu libertad ante las cosas materiales. En el fondo, ¿las valoras más que a tu fe? La lectura de hoy nos invita a examinar nuestro estilo de vida. Nos vuelve a poner en camino. Nos pregunta dónde ponemos las seguridades. Nos invita a no tener miedo a proclamar que somos seguidores de Jesús. Vuelve a leer el texto, con la actitud de quien realmente está escuchando un envío personal, porque Jesús te está hablando de modo personal y te está invitando a ponerte en camino. Ahora, comienza a despedirte del Señor, sabiendo que continuarás en su presencia. Aunque te puedas distraer, aunque a veces no le tengas en cuenta. Desde la invitación a dejar falsas seguridades y a confiar, cada vez más, en el Jesús que te llama a llevar la paz al mundo. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 13:36:32 +0000

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