Hoy inicié el día, con el mismo entusiasmo con que inició todos los días, gustoso por impartir un curso más en la hermosa tierra de Cuetzalán Del Progreso, Puebla, Mexico. No me imaginaba lo que hoy iba a pasar, pero como dijo Enrique (un asistente al curso), -me gusta que la vida me sorprenda-. En suma fue un excelente curso. Después de comer me dispongo a conducir me vehículo con destino a Puebla, según yo con una duración de 2 horas y media. A lo largo de las curvas serranas una luz de mi vehículo comenzaba a parpadear -seguramente es el falso contacto que traé mi auto- pensé. conforme me acercaba más a mi destino el parpadeo era más insistente por lo que no dudé más en detenerme y revisar mi auto (al menos lo poco que sé de vehículos, es decir, que no le faltara aceite y agua), y aproveche para cargar combustible justo antes de salir a la pista Amozoc-Perote. La diferencia de 15 a 20 minutos de demora en mi camino, me dan la oportunidad de escribir éstas líneas, quizá esté equivocado pero prefiero pensar que así es. Justo en la última caseta mi pronóstico del tiempo de duración del trayecto cambia (pensé), bueno otra media hora más de trayecto me permití de holgura para no ir con prisas. Al tomar la curva para incorporarme a la autopista México-Veracruz comienzo a tomar velocidad y a unos metros adelante (no se bien cuantos), observo que todos los vehículos comienzan a detenerse; a lo lejos veo columnas de humo y lo primero que pensé fue -gente inconsciente que prende fuego al pasto seco o basura- pero no logré observar la magnitud, hasta que vi que las llamas se levantaban de 8 a 10 metros de altura (quizá exagere). Algunos curiosos siguen su camino y se detienen mucho más adelante, la verdad yo también tenía curiosidad por ver que estaba pasando, y no fue hasta que un trailero me grita -¡párate! y mi reacción fue instantánea. Por un momento nos quedamos a contemplar dicha imagen, hasta que a muchos se nos ocurrió darnos la vuelta y retroceder (seguramente para no perder tiempo al llegar a nuestros destinos). Todos muy ordenados dejando pasar a los que más adelante también se daban vuelta. En cuestión de minutos se escucha una explosión y la onda expansiva te eriza todo el cuerpo; dicho suceso motivó a todos quienes ahí estábamos a comenzar a correr desesperadamente (en sentido figurado), con peligro de ocasionar varios accidentes automovilísticos. El riesgo de explosión de varios trailers de combustible que se habían quedado varados en la orilla de la autopista. Se comienzan a escuchar las sirenas y se percibe un olor a azufre, incluso en la zona de Chachapa por el lado de la federal, que es la vía por la cual tuvimos que salir, muchos conductores y personas se mostraban indiferentes a lo que sucedía, pero quienes estuvimos a unos cientos de metros, con certeza, pensábamos de manera distinta. Continúo conduciendo después de hora y media de retraso por el periférico ecológico y no logro ver ambulancias, patrullas, bomberos, etc., sin embargo mis oídos perciben un sonido ensordecedor del llanto de las sirenas, y en un tramo logro observar por el espejo retrovisor las llamas vivas de la explosión. Después de ésta breve narración, no puedo hacer otra cosa más que agradecer a DIOS por la vida..., y por aquellas señales que me estuvo mandando en todo momento, para detener mi camino. Nunca olvides querido amigo, que no estás sólo. ¡DIOS te bendice!.
Posted on: Wed, 16 Oct 2013 02:17:19 +0000
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