Hoy se cumplen dieciséis años del bárbaro asesinato a sangre - TopicsExpress



          

Hoy se cumplen dieciséis años del bárbaro asesinato a sangre fría de Miguel Ángel Blanco. El 12 de julio de 1997, los etarras Txapote, Amaia y Oker consumaban su macabra amenaza y disparaban dos tiros en la nuca del joven concejal, arrodillado y maniatado. Su cuerpo fue trasladado de Lasarte al hospital guipuzcoano de Nuestra Señora de Aránzazu, donde murió durante la mañana del 13 de julio. Tenía 29 años. El 10 de julio el comando terrorista le había secuestrado en la estación de tren de Éibar, que transitaba a diario para ir a trabajar, como economista, en una consultoría. Al tiempo, los terroristas dieron un ultimátum al Gobierno: o acercaban a los presos de ETA al País Vasco o el secuestrado sería ejecutado. El Gobierno de la Nación decidió no ceder al chantaje. Blanco había ingresado en las Nuevas Generaciones del PP en 1995. Miguel Ángel tenía una novia desde hacía siete años con la que planeaba casarse el próximo septiembre. Durante las últimas 48 horas de su vida la sociedad española se unió como quizá nunca lo había hecho antes. Ermua salió a la calle, con las manos pintadas de blanco y alzadas al aire, clamando «¡Libertad!» Pronto las ciudades y pueblos españoles, unos 6 millones de personas, secundaron a los vecinos de Ermua y reclamaron, las manos en alto, la inmediata puesta en libertad de su compatriota. Mientras Miguel Ángel mantenía la vida, la sociedad española mantenía la esperanza, con el recuerdo vívido de otra víctima del terror, José Antonio Ortega Lara, saliendo frágil del zulo donde ETA le había confinado durante 532 días. Pero en esta ocasión los gritos y los silencios no sirvieron para salvar una vida. Los terroristas no conocen la piedad y ejecutaron al inocente. Con él, ejecutaban la libertad y la voluntad de convivir en democracia de millones de españoles. Un daño imborrable de la memoria de España. Con una movilización social sin precedentes, nació una fuerza invisible contra el terror, que se llamó «espíritu de Ermua».El lazo azul se convirtió en un punto de inflexión en la lucha de la democracia contra el terror. El lazo azul que millones de españoles se colgaron junto al corazón, simboliza el declive de ETA. La muerte de ETA Así terminaba el editorial de la tercera página de ABC del 13 de julio, titulado «No sobran las palabras»: «Ayer, en Lasarte, es ETA/HB quien ha muerto». En la portada (en la imagen superior), el rostro de Miguel Ángel a toda página y el titular: «ETA/HB cumplió su amenaza». La portada del día 12 la ocupaba una dibujo de Mingote, en el que se veía a una mujer representando a España y a un león simbolizando el Congreso, encerrados en un zulo. Una tercera de Manuel Jiménez de Parga expresaba el sentimiento de la sociedad: «Secuestradores, esos monstruos». El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, pedía a los españoles que sacaran «toda su fuerza moral» para hacer frente al chantaje criminal. El Papa Juan Pablo II exigía en nombre de Dios la pronta liberación de Blanco. Y en la página 6, fotos de las multitudinarias manifestaciones. La portada de ABC del 11 de julio también mostraba un retrato a toda página del concejal secuestrado, junto a un lazo azul en la esquina superior derecha. El 30 de junio de 2006 se juzgó y condenó a 50 años de prisión a los responsables de la atrocidad. El 18 de diciembre de 1997 nació la Fundación Miguel Ángel Blanco, presidida por su hermana María del Mar, que desde entonces se dedica a mantener, promover y fomentar el respeto a los derechos humanos, a los principios de paz, solidaridad y convivencia democrática y a conservar viva, mientras exista un español libre, la memoria de Miguel Ángel Blanco.
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 17:30:15 +0000

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