INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN PROYECTO ARQUITECTÓNICO DEL ARQ. SERGIO MEJÍA ONTIVEROS Ubicado en la Delegación Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Rehabilitación está delimitado por la intersección de importantes vías como son el bulevar Adolfo López Mateos y el Viaducto Tlalpan, dentro de una zona primordialmente hospitalaria. Constituido como un complejo de alta especialidad, está conformado por tres institutos autónomos con un profundo énfasis en la investigación científica dentro de las áreas de Comunicación Humana, Rehabilitación y Ortopedia. Este Instituto es coordinado por la Secretaría de Salud con una superficie construida de 64,980 metros cuadrados. El diseño de este hospital representó un gran reto arquitectónico para el arquitecto Sergio Mejía Ontiveros y su equipo, que incluye a los arquitectos Pedro Ramos, Daniel Azcárraga y Alberto Castro, entre otros. Los diseñadores buscaron un lenguaje que correspondiera al sitio y se identificara con nuestra cultura; un lenguaje amable para el óptimo confort de sus huéspedes y que manifestara a la vez un carácter hospitalario. El diseño del centro estuvo fundamentado en cinco premisas básicas: diálogo con el entorno; la generación de espacios confortables, humanos y naturales; la funcionalidad del edificio; la estética del conjunto y, la última, generada a partir de la misión esencial del edificio, para permitir la accesibilidad y el libre desplazamiento de todos los usuarios. Es dentro de estos espacios donde se sintetiza el tránsito del ser humano: nacer, vivir, desarrollar la vida y morir. El concepto de humanización de la arquitectura resultó esencial en el diseño de los interiores; los usuarios, una vez que han trascendido el umbral, pueden distinguir claramente el aquí del allí durante su desplazamiento a través de una serie de secuencias, donde se encuentran con imágenes de paredes que se curvan, con intersecciones que permiten una breve parada, con remates que abren perspectivas, permitiendo la contemplación de un paisaje, cambios de altura, juegos de luz y sombra donde, en cada caso, la arquitectura responde y propicia ambientes dignos, fundamentándose en la propia operatividad de los procesos médicos. La premisa que fundamentó el diseño de los interiores fue disponer de espacios suficientes, dignos y agradables que fomenten una comunicación dentro de un ámbito de confianza, sin barreras físicas ni psicológicas, para lograr la identidad entre los recintos y los usuarios, siempre teniendo presente que el objetivo final es constituir el marco idóneo para la rehabilitación física.
Posted on: Fri, 22 Nov 2013 18:57:33 +0000
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