Isabella Una noche de tormenta un hombre llegaba cansado de - TopicsExpress



          

Isabella Una noche de tormenta un hombre llegaba cansado de laborar todo el día en la chacra, se había hecho tarde y la lluvia lo había agarrado desprevenido, con la ropa empapada y con el frio que calaba hasta los huesos aguardaba el paso pues calculaba aún una media hora para llegar a su destino, la noche le absorbía la visión y solo divisaba a dos pasos delante de el cuando de pronto sintió una presencia detrás de él, no veía nada pero sentía esa sensación, apuró el paso y la sombra también lo hacia, empezó a correr y la sombra corría hacia el, desesperado y exhausto tropezó y la sombra se le vino encima y le golpeó la cabeza. Cuando abrió los ojos sentía sus manos maniatadas y adormecidas, aún tenia el chorro de sangre que ya se secaba en su mejilla por el golpe, estaba en una lugar semi-oscuro y a su alrededor unos murmullos y risas chillonas se entremezclaban con gemidos, intentó liberar sus manos pero apretaba fuerte la soga con el que había sido maniatado, al acomodarse y sentarse sintió el piso húmedo como fangoso y un olor rancio y podrido, repto a la luz y sintió los chillidos mas fuertes, se incorporó mareado y se dio cuenta que estaba en una cueva y que unos lamparines agónicos alumbraban dentro de la profundidad. Al ver con mayor claridad, pues su iris se había acostumbrado a la luz de la cueva, vio algo espantoso, en la cueva colgados como ropa recién lavada habían muchos cuerpos, algunos decapitados, otros sin las extremidades, desollados, había cuerpos de niños, de jóvenes mujeres, muchos de ellos conocidos, sintió un escalofrió correr por su cuerpo , mas aún al sentir el grito espantoso de una mujer que aún viva le desollaban y le quitaban pacientemente la grasa de su cuerpo, con la fuerza que le quedaba y aprovechando que no lo veían buscó la salida, pues los de adentro lo creían aun desmayado, por suerte encontró la salida y corrió y corrió y llegó a su pueblo, contó todo lo que había visto, la gente indignada se juntó, con antorchas y armadas con lo que tenían en mano llegaron a la cueva, con temor entraron, encontraron todo lo que había descrito el que escapó, los cuerpos colgados y desollados, habría mas de cien cuerpos mutilados, y el piso era un río pegajoso de sangre y resbaladizo, están los lamparines el cuerpo aún tibio de la última persona que habían desollado, pero no encontraron a nadie mas. Mucho después se descubrió la verdad, llegó la prensa por fin la policía y personal calificado, descubrieron que los cuerpos tenían todos sus órganos menos la grasa, grasa humana, a estos hombres se les conoció posteriormente como "Pichtacos" eran desalmados enfermos que se dedicaba al tráfico de la grasa humana con fines comerciales, hasta ahora se habla de los pichtacos y quedó grabada en la mente de los peruanos como una de las tantas leyendas urbanas.
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 05:40:23 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015