Ivy Cángaro escribió en su muro un texto que, independientemente - TopicsExpress



          

Ivy Cángaro escribió en su muro un texto que, independientemente de su carácter autobiográfico, merece ser recordado por los de mala memoria y merece ser conocido por quienes no vivieron esos tiempos y en una semana votarán, quizá por primera vez. "Cuando llegó 1976 estaba en tercer grado de la primaria. Aún recordaba cuando dos años antes, el 1 de julio, entró al aula la señorita Laura y nos dijo que se suspendían las clases porque había muerto el presidente. Supe, o creo haber sabido, con la intuición que da la infancia y que luego olvidamos, que no solo era un día grave, sino que preanunciaba tiempos graves. Cuando llegó el 76, mi pueblo de provincia, un poco por costumbre y otro poco por miedo, no dijo demasiado. Y entonces, a mis nueve o diez años, me encontré haciendo escarapelas a pedido de las docentes, con la inscripción "los argentinos somos derechos y humanos", o mandando en el 78 las tarjetas de revista Para Tí ponderando las bondades de la paz lograda con las armas y el terror. Recibíamos manuales con enseñanzas antiterroristas, que aún me parece verlos, con explicaciones de como debíamos sospechar cuando había más de tres jóvenes en una esquina o no tomar cajas o bolsas en la calle que pudieran contener bombas asesinas de terroristas que mataban al voleo y porque sí. Luego, la campaña "marchemos hacia las fronteras", donde nos explicaban los beneficios de la cruz y la espada para defendernos de los ataques externos e internos. Hacíamos ejercicios al respecto. Llegué a saber, por ese medio, que cualquier organización sindical era cuna del terrorismo, y que los estudiantes de sicología eran víctimas del marxismo. Todo eso me lo enseñaron en mi escuela de pueblo de provincia, maestras enseñadas por vaya a saber qué medios y modos, por los militares del poder. Entonces, ahora, cuando la gente de mi generación, que fue como yo adoctrinada tan espantosamente, se escandaliza por los pibes de La Cámpora, que ejercen la alegría y la libertad de pensar y decir lo que se les canta, aún errados, no puedo dejar de pensar : "pobres, no pudieron desenredarse de lo que nos inculcaron, o para usar un término corriente de hoy, de que bajo el miedo, nos adoctrinaron".
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 01:42:50 +0000

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