JAPÓN Y LOS JUEGOS OLÍMPICOS DEL 2020 Para entonces, el Estado peruano habrá sido administrado por dos gobiernos, el actual del presidente Ollanta y el que salga en 2016. El deporte de competencia es casi como una batalla con reglas de no matar-aunque permite lastimar al rival, como en el partido clasificatorio Perú-Uruguay-. Tal vez el instinto agresivo del hombre, por su naturaleza animal, más allá de sus intereses económicos que los llevan a guerras, genocidios, destrucción de culturas, tal vez las guerras puedan ser reemplazadas por las competencias deportivas, quizás con sangre, pero sin muertos ni invalidados. En toda competencia deportiva, de individuos o equipos, los deportistas, actores en esta forma de espectáculo, en la que intervienen los sentimientos de países enteros, los deportistas con sus actuaciones crean pasiones; sentimientos nacionalistas a los que no se sustrae ningún seguidor; donde sus reacciones no son semejantes y las rivalidades suelen manifestarse con crudeza-como en las acciones de ‘las barras bravas’-. Varios son los actores en esta actividad; desde la organización como federaciones; los cuerpos técnicos; los deportistas, los arbitrajes; y el juez supremo y sin poder: el público- que con el pago de sus entradas, financian estos enormes negocios, como en el caso del fútbol. Si el deporte de competencia, máximo en las competencias internacionales, crean pasiones, son negocios; en el Perú se hace necesario-aunque sea un país pequeño-, crear un ministerio del deporte, de estructura racional, con profesionales altamente competentes y éticos, tanto en lo administrativo como en lo de campo. Única manera de ser altamente competitivos, en los deportes de ‘ventajas comparativas’ y no maldecir las sospechosas conducciones de los equipos que representan a las dignidades nacionales a través del deporte. Desgraciadamente, la prevención, el vacunarse, no son valores en el país de Perú.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 01:12:40 +0000
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