JESUS PARODY Carta al Alcalde de donde nació Betty y al Embajador de Nueva Zelanda : Ante todo quisiera agradecerle la oportunidad que nos brinda para exponerle nuestra "particular batalla", que por suerte cada vez es más de todos. A principios de los años 60 se asienta en nuestro pueblo (Los Barrios, provincia de Cádiz) el matrimonio Molesworth- Allen; él, oficial retirado de la RAF y ella, botánica neozelandesa. En poco tiempo la pareja se hace muy popular en el pueblo. En esos años de dictadura, nuestra tierra, aún muy rural, asimilaba poco a poco a esta pareja de "costumbres muy extrañas". Geffry Molesworth de casi 1.90 m. de altura, disfrutaba en su retiro de sus dos grandes aficiones: la fotografía y las aves. Con sus binoculares en mano se escondía entre la maleza para sorprender a la esquiva culebra o al nervioso pájaro. Este personaje de gran tamaño con sus "aparatos varios", para nada pasaba desapercibido en nuestro pueblo. Su esposa, Betty, poco a poco se iba adaptando a su nueva casa y a su nueva tierra. Desde la ventana de su habitación podía divisar el conjunto de sierras y valles que componen las primeras estribaciones del actual Parque Natural Los Alcornocales. Sierras y valles que guardaban grandes tesoros botánicos que nadie podría haber imaginado. Como en casi toda España, y especialmente en Andalucía, el papel de la mujer en esos años se limitaba a las labores del hogar, y aún más en un ambiente tan rústico como era entonces Los Barrios. Betty inicia sus primeras exploraciones y muy pronto le sorprende muy gratamente la exuberante y diferente vegetación de aquellas angostas gargantas. Por muy extraño que nos pueda resultar, le recordaba a su tierra y a las selva de Malasia -sí, digo bien- selva. Ésto le motivaba aún más, y empezó un trabajo meticuloso. Como fruto de esta labor, inició una serie de publicaciones en revistas científicas, cuyo resultado revoluciona la botánica europea. Mujer y extranjera, en aquellos años de una España nada abierta al mundo, no son en principio buenos acompañantes del lobby científico nacional, copado totalmente de hombres. La duda, por no decir la burla, de algunos "eruditos" afectó el entusiasmo de Betty, pero la curiosidad de unos pocos por conocer a esta "extraña" mujer pone a cada uno en su sitio. Varios años más tarde, en un congreso internacional que se celebró en Algeciras (5 km de Los Barrios) en su honor, científicos españoles y de todo el mundo le brindan un merecido homenaje- El primero de muchos que tendrá que recoger en tan extensa y fructífera carrera. Un grupo de amigos, los que tuvimos el honor de conocerla y los que admirábamos su labor, queremos que su legado de lucha como mujer, científico y ambiental sea conocido, pues creemos que merece que perdure aquí, donde vivió, y allí, donde nació.
Posted on: Wed, 25 Sep 2013 16:27:05 +0000
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