JORGE GAMBOA AROSEMENA jgamboarosemena@gmail 30/08/2013 — La población panameña se dice mayoritariamente católica y así lo enuncia la Constitución Política. Yo no lo creo, porque si así fuera, esta sociedad no se debatiera entre la inmoralidad y la ilegalidad. ¿Dónde está el compromiso de esa doctrina que permite que se peque tanto, personal y socialmente? Y considerando que otra buena cantidad se dicen cristianos, no católicos, ¿por qué esta sociedad permite y produce tanto mal? Que escuchen nuestros obispos. Con ingenuidad rayada en la complicidad, obispos y feligresía poco reflexiva, bajo el pretexto de conmemorar los 500 años de la creación de la primera diócesis en tierra firme de América, el 9 de septiembre de 1513, pretenden erigir una estatua de la Virgen María, con lo cual pavimentan el camino para que actores como Ricardo Martinelli y la empresa Odebrecht ganen imagen, o mejor dicho, traten de ganar opinión pública, luego de estar altamente cuestionados por situaciones que tarde o temprano se definirán claramente. Nuestra jerarquía eclesiástica se aleja de la redefinición de líneas que está implantando el nuevo papa Francisco, el que les dice a sus pastores que deben acercarse a su rebaño y que queden con olor a ovejas y no como todavía siguen haciendo, acercándose a los lobos que oprimen al rebaño con sobreprecios en obras que luego ese rebaño tendrá que pagar, condenando a que los pobres sigan pobres. Esos sobreprecios son pactados por funcionarios con las empresas que hacen obras para el Estado. Volviendo al papa Francisco, este dice que ‘no se puede estar tranquilo cuando hay niños con hambre y ancianos sin atención médica’. Cuánto se aliviarían estos flagelos si en lugar del gasto faraónico de la estatua, ese esfuerzo se canalizara hacia esta preocupación del papa. Una Iglesia pobre (que no gaste en oropel) para los pobres. Me formé en el Colegio Javier, donde creo aprendí la esencia del catolicismo y veo que esta sociedad se queda en la superficie sin ahondar en lo medular. Una máxima de valor es el fin no justifica los medios. Querer honrar a la Virgen, lo que debe hacer la feligresía católica, con fondos de cuestionada procedencia o discriminando a otras confesiones religiosas, no honra, sino que atenta a esa figura destacada del catolicismo. Que escuchen los obispos: no permitan que actores cuestionados secuestren a la Virgen para cobrar rescate para ellos. Aléjense de los lobos y acérquense a las ovejas y, ustedes mismos, no se dejen secuestrar. * EXPRECANDIDATO PRESIDENCIAL.
Posted on: Fri, 30 Aug 2013 16:03:21 +0000
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