JUEPUTA SUSTO ¡¡¡¡ Antes de empezar a contar esta talla, debo - TopicsExpress



          

JUEPUTA SUSTO ¡¡¡¡ Antes de empezar a contar esta talla, debo empezar por describir el personaje principal, la mayoría de los Santacruceños sabrán a quién me refiero, pero sé que hay mucha gente que lee las historias de este pobre aprendiz de escritor, que no son de la tierra del folclor. Pues el personaje en mención es, en la actualidad, una señora de avanzada edad, millonaria, solterona, con un defecto en su cara que la identifica, se pone medio kilo de maquillaje desde que tengo memoria y ha sido política toda su vida. Pues allá por los años ochenta, este su servidor andaba detrás de una dama, mi amigo Orlando Ríos hijo, detrás de una amiga de la que yo pretendía, así que nos encontramos un viernes en Diriá disco club, una pequeña disco que quedaba en el extinto Palenque Diriá, el lugar era de las cosas bellas, muy al estilo de “Fiebre de Sábado por la Noche”, esta disco tenía su pista de baile iluminada, unos cuadros fosforescentes que cuando encendían las luces negras los benditos cuadros eran una maravilla a la vista, su pequeña bola de espejos toda una novedad, y su potente quipo “sansui” con sus parlantes incrustados en el cielo raso eran una delicia, años más tarde terminé trabajando en ese lugar. Pues me encontré con Orlando y Alfredo “Chorizo” Delgado en la disco, y va de cortejar a las damas, pues un cabrón de esos que ni hacen ni dejan hacer, se nos ha llevado las damas en un viejo carro que tenía, nosotros, jugando de intrépidos, empezamos a seguirlo en el viejo Toyota Land Cruiser blanco del papá de Orlando, pues va de jochar y jochar hasta que fue a dejar una a una a las muchachas, el carajo coge para el lado del cementerio y allá vamos jochándolo, fue cuando le dije a Orlando que mejor nos devolviéramos, que ya estaba bueno, pues dimos la vuelta ahí por la tortillera y cuando vuelvo a ver para atrás, viene ese puta hecho el diablo a una velocidad vertiginosa, “mae socá”, le digo a Orlando, Orlando maja el acelerador pero como esos chunches son más lentos que una tortuga a diesel, el carro tardo en desarrollar velocidad, cuando dimos la vuelta en la esquina de la casa de la señora que les describí al principio del relato, el cabrón que venía atrás nos tocó apenitas y dimos como cuatro vueltas y quedamos con las llantas en la puerta del garaje de la señora, y queda ese carro encendido y las llantas dando vueltales, “ay Dios mío”, decía yo, “va a estallar este chunche”, mae están bien, si si, responden los dos, le meto una patada a la puerta de atrás y me salgo, ya veo donde Orlando y Alfredo salen del carro y me siento en el corredor de la señora, y va saliendo esa vieja en bata y sin maquillaje, jueputa, ahí si, casito me muero del susto, esa vieja es un molde de hacer brujas, ahora cuando me encuentro con Orlando y Alfredo, y recordamos esa, de la que salimos ilesos, nos cagamos de risa del tremendo susto que nos pegó esa vieja.
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 00:01:55 +0000

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