JUSTICIA OLIGÁRQUICA Y JUSTICIA POPULAR.- La función de la Justicia, dicho de un modo rudimentario, es la de defender y proteger la propiedad de los recursos naturales, riquezas, bienes y medios de producción de las clases saqueadoras. Siempre fue así. Y en todo el mundo. Mucho hablaron y enseñaron al respecto desde Hegel y Marx hasta San Juan Crisóstomo, santo de la iglesia católica. Las oligarquías, aliadas a otras clases y grupos monopólicos, deciden genocidios para saquear, saquean para enriquecerse y luego necesitan que los ejércitos y policías alejen a los pueblos, a los cuestionadores, a los díscolos, que las leyes y la constitución sean la campana de cristal que legaliza el saqueo, lo administra, justifica y cobija y que la JUSTICIA preserve ese orden delictivo y violento de las ansias de los pueblos decididos a involucrase en la lucha por dignidad y justa distribución de las riquezas. Siempre fue así. Antes y después de las Constituciones estadounidense, francesa y la batalla de Caseros. Antes y después de la CONSTITUCIÓN PERONISTA DEL 49, FUNDAMENTALMENTE DE SU ART. N° 40. Por eso abogo por la Reforma de la Constitución Nacional, en la que inexcusablemente deberá estatuirse un nuevo concepto de propiedad, una nueva caracterización, un nuevo paradigma de distribución y declararse al estado como único sujeto ordenacionista de la equidad en el reparto. Obviamente, el poder del estado, la justicia, debe modificarse desde lo ideológico. Y desde la ética que implica ese cambio ideológico. Mientras tanto, es necesario que la JUSTICIA nos ampare a todos. No desde el nuevo paradigma, obvio, pero sí (al menos) desde la mera formalidad de atendernos a todos, más allá, de que las sentencias -seguramente- beneficiarán a los mismos. En este marco de la total indefensión y de la absoluta formalidad del tramite, Porqué CRISTINA no dispone para con Paulina Lebbos las mismas diligencias que ordenó para con Marita Verón?.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 12:19:24 +0000
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