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José Marcelo Seguel Bon José Marcelo Seguel Bon actualizó su estado: "El Perro y la Rana editó su poesía reunida en una traducción propia Rimbaud vuelve a navegar en su barco ebrio en aguas venezolanas Más de 70 poemas del joven que conmocionó la literatura francesa fueron reunidas en un libro por la editorial estatal. Elis Labrador, autor del prólogo, explicó que al trasladar los textos al castellano “quisimos hacer una versión que fuese más nuestra” Hay una extraña pasión que llaman Mal d’Afrique -Mal de África- que según dicen trastorna irreversiblemente a quienes ponen pie en esa tierra primigenia. No está claro si es un embrujo, un enamoramiento o una fascinación, pero parece tener la intensidad de los amores trágicos. Sea lo que sea, su sola mención remite a figuras como el explorador Richard Burton, la escritora Isak Dinesen y su colega Ernest Hemingway, cuyas almas habrían quedado marcadas para siempre por sus días en África. A diferencia de Burton, Dinesen y Hemingway, que contrajeron el “mal” por accidente, el poeta Arthur Rimbaud fue a su encuentro. Convencido de que a la verdadera experiencia poética se accedía por el desarreglo de los sentidos, vivió de una vida extrema y trashumante en Europa, hasta que un día se marchó a la África martirizada por el expolio colonialista. Para entonces había abandonado el arte de las palabras, y una vez en la Abisinia de entonces, se reveló una faceta suya que pocos se inclinarían a calificar de poética: la de mercader y acumulador de dinero. Incluso traficó con armas. De esa historia, de las aventuras y las tribulaciones del hombre que antes de los 20 años de edad ya había conmocionado la poesía francesa, habla el inteligente y cautivador prólogo que Elis labrador, coordinador general de estrategia de El Perro y la Rana, escribió para el libro El barco ebrio (Poesía reunida). Se trata de una antología de la obra de Rimbaud preparada por un equipo de la editorial El Perro y la Rana. Labrador explicó al Correo del Orinoco que los más de 70 poemas seleccionados fueron traducidos por un equipo de la Fundación Editorial el Perro y la Rana, que incluyó a Edgar González, Alejandro Madero y él mismo, quien es Gerente de Producción de esta casa editora estatal. Como punto de partida tomaron una compilación bilingüe de la 29 Ediciones, editorial independiente de San Cugat del Vallès, cerca de Barcelona, España. “Se cotejó con otras traducciones, vimos en muchos casos, sino en la mayoría, cómo el traductor colocaba palabras que desorientaban el sentido del poema, siempre con énfasis en el español de la península. Quisimos hacer una versión que fuese más nuestra, respetando, por supuesto, el sentido del poema, el ritmo. Aunque esto es muy complicado tratándose de Rimbaud, pues él mismo fue ‘mejorado’ en su propio idioma cuando realizaron la primera compilación por su cuñado Paterne Berrichon en 1895”, relató, y expresó que “la intención es que nuestros lectores y lectoras puedan captar la dimensión de un poeta como Arthur Rimbaud”. -¿Por qué fue “mejorado”, qué tenía su escritura que hizo pensar que debía mejorarse? ¿Quién lo “mejoró”? -Paterne Berrichon preparó en 1912 una edición de las obras completas de Arthur Rimbaud. La influencia de la hermana del poeta, luego esposa de Berrichon, hace pensar que las modificaciones eran para atender cierta escritura caótica, descuidada, o como dice Enid Starkie, una escritura producto de una rebelión estética. Esa edición sirvió de modelo a las posteriores por tres décadas. A partir de los años 50 se retoman, con otro interés, la vida y obra del poeta. Se investiga sobre sus manuscritos originales y sus cartas, archivadas en colecciones privadas. Y en 1972 la prestigiosa editorial Pleyade publica las obras completas: poesía, prosa, cartas, etc. -¿Cómo se puede saber, en el caso de un poeta, qué cosas son “descuidos” y qué cosas son recursos estéticos? -En el caso de Rimbaud, estos recursos él mismo los señala con su teoría del desarreglo de los sentidos, con su postura de que hay que ser absolutamente moderno, de acercarse, más allá de lo permitido, a muchos abismos existenciales. Me fascina en él cómo escribe sus ensoñaciones y posteriormente aún tiene la voluntad de vivirlas, incluso luego de que deja definitivamente la poesía como una manera absoluta de conocimiento de lo divino y lo terrenal. Si Baudelaire concibe su poética en las llamadas correspondencias como una comunión de lo celestial y lo mundano, en el caso de Rimbaud, creo yo, estas correspondencias se ramifican desde lo sensual a lo sensorial, de lo físico a lo metafísico (la alquimia, la cábala, el tarot, etc.). Los colores, las vocales, los sonidos, tienen un sentido que para él es el encuentro de un nuevo lenguaje. Esta condición de replantearse la poesía deviene en modernidad. Esa actitud -señaló Labrador- elevó y hundió al mismo tiempo a Rimbaud: “Los contemporáneos de Rimbaud que preferían el corsé musical vieron en él un prodigio mala conducta, mientras que Verlaine, Paul Claudé, entre otros, lo vieron como un vidente”. Y dio pie a las “mejoras” que padecieron sus textos: “Para su familia, sobre todo para la hermana mayor, el comportamiento del hermano, lo que escribía y la manera en que lo hacía, la indujeron a realizar modificaciones que atribuyeron a descuidos del poeta, un poco por su condición religiosa, recordemos que ella concilió en pleno lecho de muerte a Rimbaud con Dios y la otra para limpiar la imagen del hermano. Berrichon asumió toda la culpa de estas ‘mejoras’, pero en el fondo quizás fue la hermana quien le decía qué cosas poner y cuáles omitir. -¿Cuando se habla de Rimbaud, qué debe entenderse por “modernidad”? -Me parece que el sentido en que debe asumirse esa modernidad está, en principio, en la lectura de la Carta del vidente, en la que Rimbaud señala un conjunto de características que determinan comportamientos culturales y políticos. Criticar esos comportamientos es asumir una postura moderna ante una tradición poética y una política que necesitaba ser revisada. En esa carta el poeta pone en evidencia los sucesos de la semana sangrienta, cuando 20 mil parisinos fueron ejecutados (se refiere a la Comuna de París). Rimbaud va más allá de criticar una tradición, se vale de ella para hacer una poesía de los sucesos históricos, de la ciudad como órgano transformador de las políticas públicas. -Niezstche corrió una suerte parecida: su hermana manipuló sus textos cuando él ya había fallecido ¿Cómo fue la relación de Rimbaud con Isabelle? -Es cierto, en el caso de Nietzsche la relación con la madre y la hermana tenía la dimensión del odio, sin mediar la conciliación o ningún otro sentimiento. En el caso de Rimbaud, la madre dominará el mundo interior del poeta hasta sus 13 o 14 años, incluso lo alentará, quizás sin mucho ánimo, a terminar Una temporada en el infierno. Cuando el poeta muere, Isabelle tenía 19 años, habían pasado doce desde que Arthur decidió irse a África, lo había seguido a través de las cartas que recibían de diferentes partes del mundo, sobre todo las de África, donde se estableció para convertirse en comerciante. “Es en una de esas cartas donde el hermano le recomienda a Isabelle casarse con un hombre culto y de buen carácter. Les pide, a la madre y la hermana cosas, libros técnicos, etc. Isabelle se convertirá en todo su mundo afectivo y espiritual al momento de su muerte. El entierro en Charleville fue acompañado por pompas, coro y carruaje, solo dos mujeres precedían el féretro: la madre y la hermana. Isabelle se encargó de dar información a los biógrafos y de seleccionar (manipular) la información y parte de las cartas de su hermano”, agregó Labrador. -¿Y hablando de relaciones, quién es Rimbaud para Verlaine? -Verlaine era mayor que Rimbaud, estaba casado y tenía un niño recién nacido. Es Verlaine quien le hace la invitación luego de leer El barco ebrio, lo recibe en París y lo presenta al círculo de amigos. Más allá de la relación abismal que surgió entre ellos y que terminó en el famoso caso Bruselas. Creo que Verlaine encontró en Rimbaud a un interlocutor nada común, alguien que estaba fuera de las corrientes estéticas del momento y que tenía una mirada absoluta sobre el porvenir de la literatura. Es una lástima que este tipo de conversaciones no se hayan registrado, claro epistolarmente, pues lo que quedó se resume en lo homoerótico y en las necesidades cotidianas: trabajo, encuentros o planes para viajar.Verlaine publicó en 1884 “Los poetas malditos”, es decir se convierte en su primer crítico literario, prologa la primera antología poética, es el que le da el título a “Las iluminaciones” e incluso es un referente directo para el movimiento simbolista. Existe un restaurant en Paris que se llama Polidoor, aun conserva el mobiliario de la época, el menú y el lugar donde los poetas compartían. El caso o incidente Bruselas, al que alude Labrador, se refiere a la ocasión en que, en julio de 1873, Verlaine le dio un tiro en la muñeca a Rimbaud porque este quería dejarlo. Y lo hizo con un revólver que acababa de comprar para matarse si su esposa no volvía con él. -Rimbaud buscó ser acogido en el seno del parnasianismo, que rechazaba cualquier expresión de compromiso social. Después escribió en favor de la Comuna de París, exaltó a las mujeres combatientes. Al respecto, usted afirma en el prólogo del libro que “el ‘Canto de guerra parisino’, enuncia lo social como transformación de lo estético, del paradigma de lo concreto y real”. Años después, postrado en Harar, expresa que todos los asuntos políticos le son indiferentes. ¿Quién es Rimbaud políticamente hablando? Para el año de 1871 ocurre uno de los hechos más transcendentales de la humanidad, entre los meses de marzo y mayo el pueblo parisino decide soslayar el gobierno de Napoleón III y crear un gobierno en teoría republicano, socialista e incluso anarquista, es lo que se conoce como la Comuna de París y que Marx describió como un asalto al cielo. Rimbaud estuvo en París a principios de ese año, entre enero y febrero, y hay quienes dicen que participó en la Comuna. Eso no está confirmado, pero lo cierto es que cuando regresa a Charleville trabaja en un periódico local del que lo expulsan al poco tiempo por declararse republicano. Deja sus estudios, redacta un proyecto de constitución comunista – que está perdido- y escribe las dos famosas cartas del vidente. “Hasta ese momento -continuó Labrador- el poeta busca no solo el rompimiento de una tradición poética, sino el anhelo real de una transformación social. Hemos leído que en Harar pensaba constantemente en reunir dinero para regresar a Francia y poder casarse con alguien de su misma clase, en las cartas abisinias desprecia los sucesos de esos años en Francia y ni siquiera responde un comunicado sobre Las Iluminaciones para su completa publicación”. “Quiero pensar que políticamente Rimbaud fue un desencantado al no poder conjugar lo poético y lo político como proyecto estético, es decir, ser ladrón del fuego, inventar un nuevo lenguaje, convertirse en vidente para él era el ideal, pero para otros no. Creo que este fragmento de una carta a Demeny es esclarecedor: si todos los viejos imbéciles no se hubieran aferrado a la falsa concepción del yo, no tendríamos ahora que barrer los millones de esqueletos que, desde tiempo inmemorial, han acumulado el producto de sus inteligencias tuertas vanagloriándose al mismo tiempo de ser sus autores”, concluyó. -Rimbaud convirtió en una forma de vivir su visión estética, y como usted lo señala, se acercó a los “abismos existenciales”. Autores como el esteta español Rafael Argullol, sostienen que un rasgo característico del romanticismo es la llamada “atracción del abismo”. Hegel, en su momento, cuestionó a los románticos porque vivían la vida “artísticamente”. ¿Rimbaud es un romántico? -En sus aspiraciones y capacidad de entrega, incluyendo los excesos a los que voluntariamente se sometió, pareciera encajar en el paradigma de lo romántico, pero no a todos los románticos sino a aquellos que él enumera en la Carta del vidente: Lamartine, Víctor Hugo y Musset, aunque a este último le dedica una considerable crítica. El romanticismo en Rimbaud, me parece, se percibe como una influencia en una primera instancia. De todas maneras, la carta del vidente es esclarecedora cuando escribe “toda poesía antigua desemboca en la poesía griega”. Quiere decir que hay un largo paréntesis hasta el momento en que él escribe, que la tradición se ha convertido en algo ineficaz e inconsistente y necesita ser revisada o desplazada. No es casual que en el contexto político, suceda lo mismo con la aparición del Manifiesto Comunista en 1848 y ese mismo año en Francia se había propuesto crear un ministerio del progreso. -¿Qué le diría a un joven o una joven para invitarlos a leer a Rimbaud? -Les diría que en muy pocos poetas existe una comunión entre un propósito estético, histórico, social y espiritual. Adentrarse en su poesía no es un transitar sencillo, es exigente, hay que detenerse y buscar referencias y consultar otras fuentes, no es una lectura para irse a dormir pero es una lectura que nos puede acompañar toda la vida. Paul Claudel comentaba que leyendo Las iluminaciones se le reveló lo sobrenatural presente en todas partes a nuestro alrededor. EL DESARREGLO DE TODOS LOS SENTIDOS Quiero llegar a ser poeta y me esfuerzo en convertirme en vidente: no lo comprendes en absoluto y no podría explicarlo. Se trata de llegar a lo desconocido mediante el desarreglo de todos los sentidos. El sufrimiento es enorme, pero hay que ser fuerte, haber nacido poeta. Y yo me reconozco poeta. BERRICHON Y STARKIE Paterne Berrichon, que además de pintor y dibujante era poeta, publicó en 1898 Vida de Rimbaud, con un tiraje de solo 12 ejemplares numerados bajo el sello de la Sociedad de Mercurio. Enid Starkie, crítica e investigadora irlandesa, también escribió una biografía: Arthur Rimbaud, publicada originalmente en 1938 y de la cual produjo dos versiones corregidas y aumentadas. UNA DEUDA SALDADA -¿Por qué el El perro y la Rana escogió traducir y publicar a Rimbaud? -La Fundación Editorial el Perro y la Rana tiene una colección llamada Poesía del Mundo. Rimbaud ya había sido publicado en esta colección con Las Iluminaciones, una traducción de Cintio Vitier. Sin embargo, quedaba la poesía pues una temporada en el infierno y Las iluminaciones son las más conocidas. En una antología de poesía revolucionaria del mundo que se editó en el 2011 llamada Asalto al cielo nos dimos cuenta que Rimbaud fue omitido, habían poetas de la comuna de París y aunque él en la práctica no fue un comunero, en espíritu sí lo fue. Esto nos pareció imperdonable, fue cuando entre varios compañeros de la editorial, como Alejandro Madero y Edgar González, entre tantos, decidimos trabajar pacientemente durante dos años en esta edición de El barco ebrio. Texto/ Carlos Ortiz Foto/ Joel Aranguren y Roberto Gil Ubv Caracas Librerías del Sur"
Posted on: Thu, 22 Aug 2013 23:48:08 +0000

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