LA ENSEÑANZA DE JESÚS Como era de esperar, su respuesta se - TopicsExpress



          

LA ENSEÑANZA DE JESÚS Como era de esperar, su respuesta se fundamentó en la Palabra. Jesús citó la historia que encontramos en (1 S 21:1-6). David iba huyendo para salvar la vida; llegó al tabernáculo de Nob; pidió algo de comida, y no había más que los panes de la proposición. En (Lv 24:5-9) se nos dice que esos panes se cambiaban cada día de reposo y que sólo los podían comer los sacerdotes. Sin embargo, en su necesidad, el sumo sacerdote dio a David y a sus hombres para que comieran de aquel pan. Evidentemente, el Señor quería manifestar cierto paralelismo entre lo que le ocurrió a David y sus hombres y lo que en ese mismo momento le estaba pasando a él mismo y a sus discípulos. Para empezar, debemos recordar que con los panes de la proposición que sólo podían comer los sacerdotes, Dios pretendía enseñar al pueblo su santidad, lo sagrado de su servicio y de aquellos que él eligió para servirle en el ministerio especial del sacerdocio. Por otra parte, David no era un ciudadano normal. Él era el ungido del Señor (1 S 16:1-13). Era el virrey de Dios en Israel. Otro detalle importante es que en el momento que recoge nuestra historia, David estaba huyendo del malvado Saúl para salvar su vida y estaba extremadamente hambriento. En estas circunstancias, era de suprema importancia para el Señor que su ungido recibiese alimento y era del todo coherente que un símbolo cuya estricta consagración tenía como objetivo enseñar a Israel a reverenciar el servicio de Dios, fuese empleado para atender a las necesidades del ungido del Señor. Y si ello implicaba también atender a las necesidades de sus siervos, no había nada impropio que imputar al caso. Así que, habiendo llegado a este punto, ya estamos en disposición de ver la analogía que Jesús estaba estableciendo. Comencemos recordando que el sábado había sido instituido entre otros motivos para enseñar a los hombres a dejar de servirse a sí mismos durante un día a la semana y dedicar ese día al servicio de Dios. Por otro lado, Jesús no era un hombre cualquiera. Era el Cristo, el Hijo de David, el Ungido del Señor, el Hijo del Hombre en el sentido más pleno posible y como el Hijo del Hombre se declaró ser Señor del sábado. Tenía derecho al servicio incesante de sus discípulos. Si se arrancaban espigas en su servicio, nada impedía que se hiciera incluso en el día de reposo. Además, debemos notar también que David, aunque había sido ungido como rey, había sido rechazado, y en lugar de reinar esta siendo cazado como una perdiz (1 S 26:20). Y así era con el Señor Jesús. Aunque ungido, no estaba reinando. Los fariseos mismos debían haber estado dando hospitalidad a Jesús y a sus discípulos en lugar de criticarlos. https://facebook/photo.php?fbid=607290069289028&set=a.222689664415739.64859.222677401083632&type=1&relevant_count=1
Posted on: Fri, 14 Jun 2013 21:31:51 +0000

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