LA ESCUELA ABANDONADA La maestra Dulce Margarita terminó - TopicsExpress



          

LA ESCUELA ABANDONADA La maestra Dulce Margarita terminó de recoger los exámenes de sus alumnos en la pequeña escuela rural de Francisco Morazán, sonó la campana y los niños salieron corriendo presurosos para sus casas. En esos días se estaban construyendo viviendas a dos kilómetros de distancia de la aldea asegurando que la comunidad entera se trasladaría a las casas nuevas gracias a los trabajos realizados por el alcalde municipal. La profesora Dulce era una mujer de avanzada edad y se sentía aquella mañana cuando se entregaron las calificaciones que daban por finalizado el año escolar. Uno de sus compañeros maestros llamados Juan le dijo. .- Maestra Dulce, el próximo año vamos a estrenar escuela en la nueva aldea. .- Tal vez logro verla, porque así como estoy de enferma quién sabe. .- No diga eso profesora, allá se va a sentir bien mirando a sus queridos alumnos, además usted se ha ganado todo el cariño de los niños y de los padres de familia. .- Me duele dejar esta escuela... trabajé en ella casi veinte años. .- Pero ya ve que todo lo están mejorando, los tiempos van cambiando los pueblos. .- Eso es cierto. Pasaron los días y la salud de la maestra fue empeorando a pesar de los cuidados que le prodigaban sus vecinos, finalmente Dios se la llevó. El entierro de la profesora fue muy concurrida, además de sus pocos familiares llegaron de las aldeas circunvecinas y muchos de sus ex alumnos con sus esposas. Al siguiente año la alcaldía decidió trasladar a los vecinos a la nueva aldea y así le pusieron por nombre, las viejas casas quedaron abandonadas así como la escuelita ubicada en una colina del lugar. Cinco años más tarde aquél se convirtió en un pueblo totalmente abandonado, la calle principal se fue cubriendo de zacate y de espinas, los campesinos dejaron de pasar por el lugar ya que se abrieron nuevos caminos, y allá en la colina la pequeña escuela comenzaba a deteriorarse. Dicen que las casas que no son habitadas se llenan de sucio, telas de araña y humedad. Siguió corriendo el tiempo, las puertas y ventanas de las casas fueron convertidas en leña y las tejas fueron quitadas por ladrones que luego les vendieron en otros lugares, algunas casas comenzaron a caerse con la llegada del invierno. La abandonada aldea estaba ubicada en las márgenes del río grande o Choluteca, había unas pozas profundas que en otros años habían sido las favoritas de los bañistas y pescadores, todo había cambiado, raras y contadas veces llegaban pescadores solitarios; sin embargo, al estar cerca de la aldea el miedo los invadía y abandonaban presurosos el lugar cuando llegaba la tarde. Guillermo García platicaba con sus amigos, se trataba de un grupo de hombres jóvenes aficionados a la pesca y la cacería. Arriba de nueva aldea hay unas pozas profundas para pescar y las montañas cercanas están habilitadas por venados y tepezcuintles, así que el próximo fin de semana nos vamos en mi carro, qué les parece la idea. Y no está tan lejos de la capital Guillermo, a mí me parece bien, a mí también... Corría el mes de diciembre, el frío comenzaba a sentirse en todo el país, en el tiempo que ocurrió esta historia no había tanta tala de árboles, los ríos no se secaban, el grande o Choluteca mostraba a los viajeros hasta las más pequeñas piedras que estaban en el fondo, el agua era clara, transparente, tornándose de color azul en las profundidades. Los amigos llegaron y dejando el carro cerrado en la vieja aldea abandonada y subieron a la montaña en busca de venados, se habían unido al grupo dos campesinos a los que llaman chanes que son los que se encargan de sacar a los venados de sus escondites gritando y mandando a sus perros tras ellos. Se escuchó el disparo de una escopeta y Guillermo gritó. Le pegué muchachos, le pegué... vamos a buscarlo en aquella hondonada... En efecto el joven había matado un hermoso venado que subieron a la parte plana atándolo con cuerdas en dos palos de ocote. Al llegar al río destazaron el venado, luego su carne la colocaron en dos grandes hieleras que tenían en el carro, contentos con haber atrapado aquella presa se fueron al río a pescar, estas pozas deben tener guapotes y sábalos, nos va a ir bien este día. La suerte favorecía a los muchachos que habían logrado pescar varios guapotes, tan entusiasmados estaban que el tiempo se fue volando. Guillermo les dijo: Recojan anzuelos que nos vamos ya a caer la noche. Llegaron al sitio donde tenían el vehículo y escucharon un coro de niños, vieron luces en la colina y la curiosidad los obligó a subir para ver qué pasaba, candelas y antorchas iluminaban la escuelita, los muchachos se pararon en la puerta y pasen adelante les dijo una voz agradable estamos practicando con los niños lo hacemos de noche porque todos trabajan en el campo, me llamo Dulce, soy la maestra. Durante media hora los muchachos se deleitaron con los cantos, aplaudieron a los niños con entusiasmo y luego se despidieron de la profesora y abandonaron el lugar, al llegar a la nueva aldea, eran las siete de la noche, llegaron a una pulpería a comprar refrescos y cigarrillos y comentaron los actos que habían visto en la escuela. Las personas que estaban ahí se estremecieron de pies a cabeza y un anciano del lugar les dijo. Las tres divinas personas los acompañe y los favorezcan, la maestra que ustedes vieron murió hace muchos años, seguramente los niños que vieron también son difuntos, váyanse a sus casas y le dan gracias a Dios de estar con vida, cuentan que aún en estos días los que pasan por la vieja aldea han visto iluminada la escuela abandonada. M encanto la historia chavos :o By:herz
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 05:00:32 +0000

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