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LA HISTORIA NO SE BASA SOLO EN HECHOS DE UN PASADO LA MAYORIA DE LAS VECES DEVELA INCOGNITAS DEL PRESENTE.- Carta del coronel Mohamed Alí Seineldín dirigida al entonces presidente Eduardo Duhalde Esta es la carta que la esposa del coronel Mohamed Alí Seineldín, la señora Marta Alice de Seineldín, entregó en la mesa de entradas de la Casa de Gobierno durante la marcha por el pedido de inmediata liberación del coronel realizada el Viernes 8 de Marzo de 2002..- Mohamed Alí Seineldín Prisión Militar "UN PUEBLO HAMBRIENTO NO ATIENDE RAZONES, NO SE PACIFICA CON LA JUSTICIA, NI SE DOBLEGA ANTE LA SUPLICA" Prisión Militar de Campo de Mayo, 1 de marzo de 2002 Excmo.Señor Presidente de la Nación. Doctor Eduardo Duhalde S.D.Carta del coronel Mohamed Alí Seineldín dirigida al presidente Eduardo Duhalde De mi consideración: Dada la realidad que vive nuestra Patria, esclava de una peligrosa anarquía institucional y víctima de una crisis política, social y económica de dimensiones jamás vistas en su historia, la que decretó su estado de quiebra, considero una obligación de mi parte dirigirme a Ud. en mi condición de argentino, militar y cristiano. MOTIVACION (I): Advertencia Papal: El reciente discurso de Su Santidad Juan Pablo II, advirtiendo sobre el "peligro de la estabilidad democrática y la solidez de las instituciones públicas" en el país, hace que esta carta sea el fruto de mi decisión de apoyar y acompañar a la sociedad argentina en su empeño de enfrentar al poder económico mundial, él que desde 1976 nos arrastra a los argentinos hacia la disgregación. Contra el mismo vengo luchando desde el llano y desde la cárcel, junto a otros camaradas, mucho antes de 1990. La meta final del sistema trasnacional para defender sus intereses, como bien lo advierte Su Santidad en el discurso mencionado, es sumirnos en el caos y la anarquía, para cuyo objetivo apelarán una vez más a los sectores extremistas y a los testaferros de las corporaciones monopólicas. FALSA DEMOCRACIA: El pueblo en forma individual, con decisión propia y con sus instituciones intermedias, ha elegido las calles, los barrios y parques de la ciudad como campo de batalla para luchar pacíficamente por la eliminación de la incertidumbre de su futuro, afianzar la soberanía y recuperar la dignidad de la Nación. Esta valiente actitud responde a la realidad de haber sido estafado durante muchos años por el funcionamiento de una democracia formal que sólo sirvió para votar a corruptos e incapaces dirigentes, quienes olvidaron respetar al hombre como ente razonable y traicionaron los sagrados valores cristianos. La esperanza está renaciendo porque los argentinos estamos decididos, con una abnegada autocrítica previa, a estar fraternalmente mancomunados volviendo a exhibir los Símbolos Patrios y descartando las raídas banderas partidarias. El pueblo se convocó espontáneamente para rescatar su independencia, hoy usurpada por la dictadura financiera y para afirmar su identidad en un mundo globalizado. Como lo fue la Gesta de Malvinas, las asambleas populares serán consideradas en el futuro como "un hecho fundacional". Señor Presidente, por su larga trayectoria política y por haber ocupado la vicepresidencia de la Nación y la titularidad de la gobernación de la provincia de Buenos Aires en la era menemista, la que Ud. censuró duramente, no debe ignorar los mecanismos de saqueo que utiliza la usura internacional contra los países y, en nuestro caso, contra Iberoamérica en su conjunto. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Diálogo Interamericano (ONG) y la instrumentación de la Iniciativa para las Américas del ex presidente George Bush, han hecho funcionar las "supuestas" democracias del continente en el contexto de los planes unimundistas. A través de los mismos se implantaron modernas formas de esclavitud, se propició la corrupción y el narcotráfico, se atacó a la Iglesia Católica, se incentivaron las sectas y se debilitaron las Fuerzas Armadas de signo nacional, para convertirlas en simples organismos de represión ante posibles legítimos reclamos populares e instalarlas como satélites del llamado "Nuevo Orden Mundial". AUTOCRITICA: No sería extraño que hoy el pueblo, en una abnegada actitud de severidad para consigo mismo, se esté reprochando por no haber instalado tiempo atrás un cacerolazo de dimensiones nacionales ante, entre otras cosas, por la aprobación de los poderes extraordinarios otorgados a disposición de Domingo Cavallo o cuando aparecieron los "dipotruchos", con los votos de los cuales se sancionaron importantes leyes, y a cuyos responsables sólo se le aplicaron castigos simbólicos y otros volvieron a sentarse en una banca. Cuando se consumó el ilícito del Plan Brady (gran negocio para los bancos) firmado el domingo 6 de diciembre de 1992 sobre créditos no verificados entre Menem, Cavallo y William Rhodes, decisión que era de exclusiva competencia del Congreso Nacional de acuerdo con la Constitución. Cuando Henry Kissinger se entrometía en los asuntos internos del país apoyando públicamente la reelección de Menem. Cuando se colgaban condecoraciones Sanmartinianas en el pecho de altos funcionarios de la usura internacional. Cuando se compraban por altas cifras en dólares los votos de los diputados constituyentes en el afán de modificar las disposiciones constitucionales de la Nación o las provincias en la búsqueda de perpetuarse en el poder, o cuando se dificultaba el esclarecimiento de la muerte del periodista José Luis Cabezas a través de presiones del poder económico. RESISTIR Este es un momento para pensar seriamente en esta reacción legítima, espontánea e histórica de nuestro pueblo, hoy convertida en una esperanzada realidad nacional, dado que una gran mayoría de los sectores sociales la están considerando como el embrión de una "Nueva República". Tal situación obliga al señor Presidente a tomar conciencia que preside un gobierno "legal" pero no "legítimo". Para evitar que aborte el cambio soberano y de justicia social que se está gestando en todos los rincones de la República, impone a la transitoriedad de su gestión el mandato de resistir las presiones de los intereses financieros y terminar con el regreso de los "muertos vivos" de una dirigencia mafiosa y expulsar a los que ya se infiltraron o bien encontraron las puertas abiertas. Vale como ejemplo la reciente gestión del ministro de Economía ante el FMI. A su decir fue muy "positiva y cordial", pero la realidad es que el pueblo seguirá en la incertidumbre de trabajar y comer, con los peligros de inestabilidad que esto genera, hasta que arribe una nueva misión de los usureros que nos estafaron, en este caso portando nuevos condicionamientos. Hasta ahora la única perspectiva real es que seguiremos esclavos de las ortodoxias económicas reguladas por los organismos internacionales de crédito, para así seguir sometidos de rodillas como "colonia". Tenga la seguridad señor Presidente que el internacionalismo liberal no va a arriar sus banderas ante los pedidos de clemencia expuestos en su carta al presidente George W. Bush y reiterados en la gestión diplomática del actual Canciller. La Argentina por su dignidad, por fidelidad a sus hijos, por la memoria de sus próceres ,por una razón de estricta justicia y porque la sociedad dijo "Basta", sólo debe reclamar por sus derechos ante los que la estafaron, desde una posición de fuerza. No hay lugar para negociaciones con cambios cosméticos. Para esto, alcanza y sobra, con desempolvar en el Congreso Nacional la sentencia del Juez Federal Jorge Ballestero con respecto a la deuda externa, en la cual se dictamina que "El país fue puesto desde 1976 bajo la voluntad de los acreedores externos", lo que configura un manifiesto acto de alta traición a la Patria. Al estar comprobado el carácter ilegítimo de la deuda externa no se justifican excusas para no ponernos decididamente de pie y exigir su anulación. Sobre el particular hace pocos días y con todo acierto expuso el Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, al expresar "En una medida decisiva, la deuda externa ha sido a la vez el detonante y la pólvora de la crisis económica que estalló en diciembre pasado". Luego el Prelado califica a las nuevas medidas económicas como simples paliativos, pero insiste que la permanencia del problema de la deuda en los términos de siempre, desembocará "fatalmente" en otra crisis similar a la que estamos padeciendo. LIBERTAD Y JUSTICIA: Todo está indicando que el actual estallido de la sociedad argentina ha decidido no dar tregua alguna al modelo neoliberal instalado a partir de Martínez de Hoz y que no está dispuesta a concertar con el grueso de la actual dirigencia, pues lo que requiere es un verdadero cambio de fondo, objetivo imposible de lograr con las élites que consumaron la entrega del patrimonio nacional. La pérdida de credibilidad en los dirigentes de todo signo los ha eliminado como intérpretes y orientadores de la opinión pública. Dada esta circunstancia el pueblo reclama a viva voz en la calle, y no ante los organismos constitucionales, por su derecho a trabajar y comer, a defender sus ahorros, a educar a sus hijos y a transitar una vejez tranquila y honorable. Sus reclamos se pueden resumir en lograr vivir en una República Democrática que se desenvuelva en el marco de "la libertad y la Justicia". Regresando a Su Santidad, recordemos que en 1999 expresó enfáticamente que cuando "...la búsqueda de intereses particulares prevalece injustamente sobre el bien común se siembran, inevitablemente, los gérmenes de la inestabilidad, la rebelión y la violencia". Está muy claro que hoy vivimos en este contexto, él que ha sido construido por los dirigentes que convirtieron al partido político en algo más importante que la Nación. De esta forma traicionaron la voluntad popular manifestada en las urnas según las promesas de las campañas electorales, concretándose por este camino el divorcio entre la realidad cotidiana y el accionar político, lo cual empujó al pueblo a repudiar la autoridad constitucional. Sobre este estado de cosas y como forma de justificar la actual reacción popular, es saludable recurrir a la memoria del gran estadista Arturo Frondizi, quien el 8 de agosto de 1988 declaró públicamente: "Una democracia que se ha conquistado en las urnas y que después condena al país a la desintegración cultural, al fracaso económico y social y a una política internacional que no representa los intereses de sus habitantes, es una democracia que no me interesa. No tengo ningún temor que me acusen de lo que me quieran acusar". MOTIVACION (II): La mentira: Para evitar que el pueblo pueda ser confundido en la interpretación de la actual realidad nacional, tengo el deber de señalar que, como ya es reiterativo desde 1990, se siguen montando diariamente operativos de inteligencia con la intención de hacerme aparecer como un militar golpista. Para lograr estos fines la prensa elitista ha ocultado y tergiversado en estos últimos once años lo dictaminado por la Justicia - en nombre de la cual me calumnian - en el sentido que los acontecimientos militares del 3 de diciembre de 1990 "No eran un golpe de Estado antidemocrático". Se ha llegado recientemente al descaro de publicarse el 14 del mes en curso en una revista semanal una carta de lectores, cuyo texto es prácticamente la reproducción de un artículo aparecido en 1996 en el diario Página 12, y en la cual se reiteran infamias contra mi actividad profesional. Estas siniestras calumnias fueron terminantemente desmentidas en la replica publicada en el diario La Nación del mismo año, no existiendo en los seis años transcurridos respuesta alguna de los difamadores. En dicha oportunidad se dejó bien en claro mi total oposición a las etapas previas al golpe de Estado de 1976, lo que fue un obstáculo para mi carrera militar. Los agentes locales del establishment angloamericano, algunos de los cuales operan en el país financiados desde el exterior (National Endowment For Democracy y Human Rights Watch Americas) siguen juzgando tendenciosamente, desde diversos medios, mis declaraciones sobre la conflictiva realidad nacional, a la vez que enmarcan la acción militar, a la que he hecho referencia, en un contexto histórico absolutamente equivocado. A esta última organización pertenece el especulador financiero George Soros (Puerto Madero, Mercado de Abasto, IRSA. etc.), mecenas del grupo "droga libre" y denunciado en 1997 en el seno de la Asociación de Naciones del Sudoeste Asiático de especular contra las monedas de la región. Mientras se me tilda de golpista se han olvidado, tendenciosamente : Que el FMI y Henry Kissinger, fueron consejeros del gobierno militar de 1976 en el manejo de la economía y la política, periodo en que la deuda externa de 8.000 millones de dólares pasó a superar los 45.000 y que el embajador de los EE.UU. ante nuestro país en esa época, Robert Hill, acusó a Kissinger ante la administración Carter, de haber acelerado la represión indiscriminada por parte de la Junta Militar. La memoria también les falla para recordar que el actual procesado por la Justicia, General Balza, condecoró al general chileno Augusto Pinochet, él que en octubre de 1998 se declaró honrado por haber ayudado a los ingleses en la guerra de Malvinas. Que el 25 de julio de 1996 hice llegar al embajador de Israel, Itzhak Avirán, mi repudio por el atentado a la AMIA y desmentí categóricamente al montaje de inteligencia que pretendía involucrarme en los hechos y que declaré públicamente ante un periodista de Nuevediario mi indignación por los métodos criminales empleados en los atentados contra la colectividad judía, que lo eran contra todo el pueblo argentino. Que en la misma oportunidad respondí con respecto a la participación de las Fuerzas Armadas en la actividad política: "Si la Independencia Nacional fue la razón histórica de la existencia de nuestras Fuerzas Armadas, las mismas deben participar en la elaboración de las políticas nacionales", pero haciendo la aclaración que "El único partido de las mismas es la Nación". Que el 17 de setiembre de 1997 reiteré por nota al Jefe del Estado Mayor del Ejército, Tte. Gral. Martín A. Balza, mi criterio, coincidente con el de otros militares brasileños y colombianos, con respecto a que las FF.AA. de Iberoamérica eran víctimas de las decisiones del Pentágono y del Departamento de Estado de los EE.UU., organismos que enmarcaban su política de Seguridad en busca del liderazgo global de dicha potencia. Le reiteré también que personalmente "sólo le debía obediencia y subordinación a los valores permanentes de la Nación" y que seguiría luchando para que nuestras FF.AA. retornen a ser el brazo armado de la Patria y no una parte del brazo armado del "nuevo orden mundial". Que nunca recibí respuesta ni opinión alguna de parte del Gral. Balza, quien después de más de cuatro años (07/02/2002) me calificó en un reportaje de "nostálgico de dictaduras pasadas y de estar desenchufado de la realidad". Desde la Prisión Militar puedo decir hoy que la conducción militar de la que participó el General Balza , entre otras calamidades, fue testigo silencioso cuando se remató SOMISA, se privatizó YPF y las reservas petroleras, se firmaron acuerdos con Chile que lesionan nuestra soberanía, se destruyó la industria de la Defensa, se enviaron tropas argentinas a Yugoslavia, Camboya y el Golfo Pérsico, se convirtió en desierto Sierra Grande y Río Turbio y se institucionalizó el contrabando de armas. Esto lo hicieron los "democráticos". Que me siento honrado por mi fidelidad a las FF.AA. que contribuyeron al desarrollo de nuestra Nación. Por creer, como el General Manuel Nicolás Savio, padre de la siderurgia argentina, que la presión económica internacional "ciñe más fuerte que la presión bélica" y que es implacable e integral. Por inspirarme siempre como profesional en la historia de los ejércitos que lucharon por la independencia y la unidad nacional y en los que abrieron caminos, construyeron puentes y llevaron signos de civilización a los confines de la Patria. Que el 14 de octubre entregué en la Embajada de los EE.UU. una carta dirigida al presidente William J. Clinton, con referencia a lo que él había expuesto ante S.S. Juan Pablo II cuando visitó su país, en el sentido que era necesario garantizar que "Los niños no vivan en la pobreza y que tengan una educación buena y decente", además que resaltó que había que atender desde los ancianos hasta los más jóvenes y dignificar el trabajo con salarios dignos. Me permití asegurarle que tales objetivos eran de imposible concreción en Iberoamérica en el marco del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y que por ese camino sólo se lograría dar preferencia a la protección de los banqueros. ALTERNATIVA: AUTODETERMINACION NACIONAL: No cabe duda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es el principal causante de la quiebra de la Argentina, lo que ha puesto al borde del abismo su seguridad interior y su estabilidad democrática. El organismo ayudó más a los bancos que a los países. El 24 de agosto de 1994 (V. La Nación) el gerente de entonces, Michael Camdesus, declaró que los programas del FMI no eran para el desarrollo. Especificó: "...son programas para que los países vuelvan a ser merecedores de crédito, y eso es todo". Asistimos desde el 19 de diciembre ppdo. a la gestación de un movimiento nacional y popular que reclama para la Nación una propuesta global de alto contenido nacional y humanista. Aspira a que la misma tenga por finalidad consolidar la dignidad del hombre, de su trabajo, de su salario, de su salud, de su educación y de su vida plena. Para concretar esta legítima aspiración deberá elaborarse la estrategia nacional adecuada ante la evidente crisis del sistema financiero y monetario internacional. Por este camino se hará posible la inserción del país en el mundo actual preservando su soberanía y afirmando su condición nacional. Ha llegado la hora de terminar con las alianzas partidocráticas electoralistas. No es alocado pensar en instancias tan graves de la vida de la República que el arte de la política es "no negociar". El funcionamiento de estos acuerdos ha dejado una experiencia traumática para los argentinos. Es necesario recordar el Gran Acuerdo Nacional, la Hora del Pueblo, el Encuentro Nacional de los Argentinos y la reciente Alianza, las que fueron simples perspectivas electoralistas que terminaron traicionando el mandato popular por apetencias personales, negociados y responder incondicionalmente a las directivas del FMI. El pueblo ha dicho basta a los parches y a la compra de antibióticos vencidos a los laboratorios de la usura internacional para curar la crisis. Los argentinos debemos respaldarnos enel auténtico y abnegado Gran Movimiento Nacional, con el cual podremos poner en marcha un programa integral de desarrollo económico, lo que permitirá crear auténticas fuentes de trabajo para terminar con la marginación y el asistencialismo a la miseria como herramienta para llenar de votos las urnas en favor del benefactor de turno. Es mi deseo Señor Presidente terminar esta carta refiriéndome a la juventud argentina. La conducción política ligada a los designios del "nuevo orden internacional" le ha dado la espalda a las nuevas generaciones. La Argentina de las marchas y contramarchas, resultantes de las presiones trasnacionales, hipotecó el futuro de los jóvenes. Es entendible que los mismos hayan sido atrapados por el desencanto y llenen los consulados para salir del país en busca de un destino que se les niega en la tierra que aman y los vio nacer. Los que emigraron aprendieron desde la nostalgia por su país y sus seres queridos, que las generaciones sólo se realizan en plenitud en las naciones que multiplican sus fuerzas productivas y no en las que cierran sus fábricas. A pesar de la falta de posibilidades para los jóvenes y de la gran cantidad de ellos que viven marginados y sin rumbo, me atrevo a afirmar que siguen teniendo como prioridad a la Patria. Este sentimiento lo demostraron en Malvinas y estoy seguro que sigue anidando en sus corazones en forma incorruptible y con la guía espiritual de Dios. Debemos resistir las presiones de un sistema financiero y monetario en vía de extinción construyendo una alternativa de desarrollo económico con dinámica industrializadora. Con esta base podremos crear riqueza que nos asegure prosperidad y justicia social. La consiga es salvar a los jóvenes, los que ya desde niño son sacrificados por la dictadura financiera. Señor Presidente: en la práctica el Movimiento Nacional está en marcha, porque de hecho todos somos docentes, bancarios, fogoneros, piqueteros, agricultores, estudiantes, ahorristas estafados, profesionales, investigadores y ancianos abandonados a su suerte, pero no subversivos. El pueblo no decaerá en su empeño de construir una Argentina que derrote definitivamente al subdesarrollo y a la dependencia. La experiencia adquirida en la lucha tras triunfos, derrotas, generaciones postergadas y muertes, nos va señalando, con mayor claridad, el verdadero camino a seguir. Para realizar la Nación es condición previa alcanzar una efectiva paz nacional y deben rechazarse de plano los argumentos de los que pretenden justificar una dictadura ante la crisis, a la que una gran mayoría califica de terminal. La multitudinaria y justificada movilización popular del presente exige para el éxito de concretar aspiraciones de bien común y restaurar la Justicia en su plenitud, orden y no violencia y ejercer la libertad en el marco de la ley y la Constitución. Señor Presidente, ratifico una vez más desde mi celda de preso político en el Penal Militar de Campo de Mayo, mi sagrado compromiso de ayudar a lograr la libertad, la dignidad, la paz y el bienestar del pueblo de la Patria y de los hermanos de Iberoamérica. Dios guarde a Ud.
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 16:56:44 +0000

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