LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA La celebración de la fiesta de - TopicsExpress



          

LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII María sufrió y murió, en virtud de la solidaridad con Cristo que también había de padecer y morir, no como efecto del pecado, sino como medio de expiación del mismo. Canten hoy, pues nacéis vos,los ángeles, gran Señora,y ensáyense, desde ahora,para cuando nazca Dios. Canten hoy, pues a ver vienennacida su Reina bella,que el fruto que esperan de ellaes por quien la gracia tienen. Digan, Señora, de vos,que habéis de ser su Señora,y ensáyense, desde ahora,para cuando nazca Dios. Pues de aquí a catorce años,que en buena hora cumpláis,verán el bien que nos dais,remedio de tantos daños. Canten y digan, por vos,que desde hoy tienen Señora,y ensáyense, desde ahora,para cuando nazca Dios. Y nosotros, que esperamosque llegue pronto Belén,preparemos también,el corazón y las manos. Vete sembrando, Señora,de paz nuestro corazón,y ensayemos, desde ahora,para cuando nazca Dios. Amén. (Lope de Vega) Hoy nace una clara estrella, tan divina y celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella. La veneración que le tributamos no es en modo alguno accidental, supérfluo, sino que se enraiza en la formulación y la dinámica de la fe. la Mariología es la "piedra de contraste" para todas las demás disciplinas teológicas, como la comprobación de la ortodoxa veracidad de cada una de ellas. Quién es Jesucristo, sólo se entiende desde su verdadera Encarnación en el seno de la Virgen. Sin María toda la omnipotencia de Dios no podría asumir la condición humana, por cuanto si Dios quiere "ser", no solo "aparecer" como hombre, ha de pasar necesariamente por el seno de una mujer. Toda la obra de la salvación, por tanto, (justificación y santificación) dependen ineludiblemente también de ella. Evitar todo riesgo de docetismo (la humanidad de Cristo sería sólo apariencia) o subordinacionismo (Cristo es sólo "un" hijo más de Dios, alguien más divinamente cualificado), solo es posible asumiendo la verdadera maternidad divina de María. Me complace pensar que si por ella nos ha venido lo más (la posibilidad de vivir plenamente), tambien lo menos: cualquier gracia que parte de Dios para sus criaturas, por muy sencilla que sea, depende también del "hágase" de la Santísima Virgen. Qué es la Iglesia, lo sabemos cuando miramos a María: la Iglesia se desconoce a sí misma y pierde el rumbo y el horizonte cuando deja de mirarse en ella como en un espejo: "la Iglesia, contemplando su arcana santidad, e imitando su caridad y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, también ella es hecha madre", afirma la Constitución Dogmática Lumen Gentium del Vaticano II. La Iglesia es fecunda y sabe cómo serlo solo cuando aprende de María. Si alejase la mirada de ella, fácilmente dejaría de acompañar a Cristo en su misión, perdería energía misionera, se retraería y no querría ya estar en los Calvarios del mundo engendrando, como ella al pie de la Cruz, una humanidad nueva. Qué le cabe esperar al ser humano, lo sabemos cuando la contemplamos hecha ya perfectamente partícipe de la Resurreción de su Hijo, transida de la vida divina en cuerpo y alma; cuáles son las exigencias del obrar cristiano, cuál es la respuesta necesaria a la gracia, en Ella lo vemos... Cristología, eclesiología, escatología, moral... toda la teología tiene un libro abierto, simple y legible en el Corazón de María. El pueblo fiel vive intensamente, como no podía ser menos, una presencia inmediata de María como Madre. San Estanislao de Kotska descubría con asombro esta realidad: ¡la Madre de Dios es mi Madre!, solía repetir. No es ya posible estar huérfanos. Tu nacimiento, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo. De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios. Él, borrando la maldición, nos trajo la bendición, y, triunfando de la muerte, nos dio la vida eterna (Ant. Laudes)¡Señor!, nos hiciste con amor. Gracias por tu bondad!Cualquier persona que sabe reconocer los dones recibidos, encuentra gran motivo de alegría y de acción de gracias en la celebración de su propio nacimiento. ¿Cómo no, si el don de la vida es la piedra angular y el fundamento sobre el que han de recaer todos los bienes que sobrevienen en la existencia?Recordando la gratitud del corazón de María, en su Natividad, queremos estar a su lado y percibir sus latidos y escuchar su cántico de gloria y alabanza. ¡Cuánto la amaste, Señor, antes de que pensara en ti y fuera socia de tu Hijo en nuestra historia de salvación! Pero, al celebrar esa fiesta, queremos alargar también la acción de gracias a tu bondad por la vida de cada uno de nosotros, por el gran don que nos hiciste como Creador y Padre. ¡A ti sea la gloria! Pero, ¡Señor!, en el reconocimiento del don de la vida personal, no es sólo el hijo o la hija quien con su llanto y sonrisa, desvalimiento y besos, da gracias al Padre del cielo y a los padres de la tierra. A su voz, corazón y mente se suma el gozo compartido de cuantos constituyen la familia en cuyo seno germinó un nuevo ser: aquel niño o niña que pronto se hará hombre/mujer en plenitud de facultades...Por ello, Señor, hoy en la Natividad de María, nosotros, junto a ella, nos unimos al júbilo de todas las familias que reciban en su seno a nuevos retoños como regalo de Dios y como compañía en este peregrinaje por la tierra. ¡Haz que todas las familias vivan con gozo sumo el advenimiento de sus hijos! Y para quienes somos creyentes en ti, Dios Padre, Hijo y Espíritu (que nos has hecho a imagen tuya en libertad, pensamiento y amor), se acrecienta la alegría familiar porque sabemos que en cada niño o niña que viene al mundo nace un hijo o hija tuya, un hijo o hija amado desde tus entrañas de padre, y que queda acogido/a a tu bondad misericordiosa, predestinado/a a ser eternamente feliz contigo.Por eso, déjame decírtelo, ¡Padre! Al celebrar la Natividad de tu hija más amada, quiero experimentar en mí el inefable gozo de sentirme, desde la concepción y el nacimiento, creatura elegida, predestinada a la eternidad en Ti.¡Qué gran consuelo es tener fe, ¡Señor!, sentirse a tu lado, saberse "elegido" como obra de tu amor! ¡Gracias!¡Señor!, hoy, en la fiesta de la Natividad, estamos convocados todos los hijos de Dios para celebrar que habiéndote ofendido, has diseñado un plan de amistad y salvación a favor nuestro y quieres venir hasta nosotros y hacerse como uno de nosotros y ganarnos, reconquistarnos a todos. Y que para ello proyectaste enviar a su Hijo al mundo y vestirlo de una naturaleza humana similar a la nuestra, en el seno de María, la mujer elegida. ¡Bendita ella por su elección amorosa!. ¡Salve, Señora, elegida para ser Madre de Dios encarnado!En la fiesta de tu Natividad comenzamos a ver realizado el designio divino de salvación. Tú eres la elegida, la llena de gracia, la predilecta del Padre para que en tu seno se obre el prodigio de la Encarnación del Hijo.Vive, Señora, atenta a su voz; escucha su palabra; y enséñanos a todos nosotros, desde tu fidelidad, a ser fieles servidores de Dios en todos nuestros actos. Honremos a la Santísima Virgen en el día de su nacimiento, y tomemos parte en la alegría, de todo punto extraordinaria, que siente la Iglesia entera, al solemnizar hoy el venturoso instante en que hizo Dios aparecer en el mundo a Aquella de quien tomó principio la salvación de todo el género humano. Dios, que conduce todas las cosas con sabiduría, cuando formó el propósito de salvar a los hombres y de nacer como uno de ellos; prefirió escogerse una virgen que fuera digna de ser su templo y su morada. Y, con el fin de preparársela tal como la quería, dispuso que se viera adornada por el Espíritu Santo con todas las cualidades naturales y sobrenaturales, que mejor pudieran convenir a la Madre de Dios. ¡Ah, cuán justísimo era que, en todos los órdenes fuese obra de Dios, y lo más perfecto que pudiera darse entre las puras criaturas, Aquella que había de servir para formar el hombre Dios!
Posted on: Mon, 09 Sep 2013 00:34:34 +0000

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