LA QUILLA El piloto que canta y ama mi muralla FERNANDO - TopicsExpress



          

LA QUILLA El piloto que canta y ama mi muralla FERNANDO SALGADO 06 de junio de 2013 05:00 65 votos Alguna vez, incitado por la ruidosa chavalería, el chófer de la excursión escolar se decidía a echar un trago del vino que tiene Asunción. Tiempos aquellos, ya perdidos en la bruma de la memoria, de miseria y oprobio: el vino no era blanco ni tinto ni tenía color. Los sobrellevábamos con resignación -paciencia, en la versión actual- y con algún que otro desahogo sonoro que el conductor del autobús, habitualmente de pocas palabras y malas pulgas, nos autorizaba cuando tenía un buen día. Yo creía que esa especie de guías se había extinguido décadas atrás. Hasta que apareció el comandante Ángel Aznárez y, en medio de las turbulencias que nos acongojan, nos reconcilió con la vida. Sus cánticos a 25.000 pies de altura prueban que el desastre ecológico aún no es irreversible. Ha sido la mejor noticia de la semana. A su lado palidecen el recorte del paro en mayo, la negativa de nuestros cerebros estudiantiles a estrechar la mano del ministro o la marcha de Mourinho. Pura filfa en comparación. Cierto que soy juez y parte en el análisis: me ha emocionado su decisión de desviar el vuelo IB 0512 para contemplar a vista de pájaro mi vieja muralla romana. Todo un detalle. No sé a qué espera el amigo Orozco para nombrarlo hijo adoptivo de Lugo: hizo más en dos minutos por el emblemático monumento que la Xunta en cinco años. Tiene mérito levantarse con el canto del gallo y acudir al tajo con una radiante sonrisa en los labios. Pero asombra mucho más el despliegue de productividad exhibido por el piloto de Iberia. Conduce a buen puerto y con puntualidad británica a sus clientes. Les facilita la instrucción en geografía e historia que Wert les niega. Combate el pánico de unos y el mal de altura de otros con risoterapia natural. Fomenta el turismo interior y alegra la mañana a los pasajeros. Y todo ello en solo cincuenta minutos de plácido vuelo entre la Cibeles y Riazor. Ríanse ustedes de la afamada eficiencia germánica. El comandante Aznárez, eso sí, ha dejado en evidencia a quienes pilotan nuestra travesía del desierto. ¡Qué contraste entre su vitalismo pedagógico y la «lánguida resignación» de Rajoy, el ceño permanentemente fruncido de De Guindos o la flácida verborrea de Montoro! A estos, huérfanos de sentido del humor y tampoco sobrados de sentido común, no los animan ni los gin-tonics subvencionados. Con gesto adusto y rostro enfurruñado, se limitan a reprendernos en medio de la tormenta: «¡Abróchense los cinturones!». Pero nada nos dicen de la ruta seguida y menos aún sobre la duración del vuelo. Ni siquiera nos garantizan que el avión no desaparezca en el triángulo de las Bermudas. ¿Por cuál de los dos modelos de pilotaje optaría usted? Yo, francamente, lo tengo claro. Por razones de seguridad. Las que explicaba el verso de López Pacheco que hizo fortuna en los estertores del franquismo: «Pueblo que canta no morirá».
Posted on: Fri, 07 Jun 2013 05:48:15 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015