LA REENCARNACION. RELACION VIDA-MUERTE. Las acciones humanas no - TopicsExpress



          

LA REENCARNACION. RELACION VIDA-MUERTE. Las acciones humanas no alteran en nada la realidad espiritual del más allá. Solo somos un planeta más entre innumerables galaxias y realidades paralelas en el universo infinito. Es propio del enorme y estúpido ego humano pensar que nuestros pecados pueden influir en el curso de la gran obra de Dios. Solo somos una especie más, una que alcanzó la consciencia de si misma o inteligencia, por obra de la evolución, pero mientras sigamos siendo mortales, Dios no verá diferencia alguna entre nosotros y las hormigas. Somos partes de Dios, pero somos prescindibles, como las uñas o el pelo, que siempre vuelven a crecer. Para Dios nuestros pecados son tan naturales como lo es matar para los animales. Esto no quiere decir que nuestras acciones no afecten a nuestra realidad individual, al morir, solo que a Dios y al universo les importa poco lo que hagamos en vida. Al morir, la energía vital o espíritu, abandona la carne muerta y queda flotando, por decirlo de alguna manera, a la espera de su próxima misión. La energía o espíritu de la mayoría de las personas reencarna en los recién nacidos, pero no guarda recuerdo de sus vidas pasadas. Y así sucede una y otra vez hasta que dicho espíritu alcanza la madures espiritual suficiente para pasar a una misión más elevada que la de ser un simple humano mortal. El espíritu de las personas que mueren con remordimientos por sus acciones, que se consideran a si mismas malas personas, reencarna en formas de vida más primitivas y acordes a su energía negativa, como pueden ser ciertos animales. Todos los espíritus reencarnan una y otra vez, primero en gases y minerales, luego en plantas, luego en animales y luego en seres humanos, pero ese no es el último, ni el mejor nivel. Los espíritus que, después de miles de reencarnaciones, alcanzan una vida humana elevada y profunda, de conocimiento y armonía con el Todo, al morir no vuelven a reencarnar en seres humanos, ni en animales u otra forma de existencia mortal, sino que se elevan a niveles superiores de existencia y se adhieren a entidades espirituales e inmortales por las que se sienten identificados y atraídos. Esas entidades son fuerzas positivas o negativas a las que cada cultura llama con nombres diferentes, como ángeles, arcángeles, demonios, dioses, semidioses y otras divinidades. Esas fuerzas, positivas o negativas, son las únicas que se interesan un poco por nosotros los mortales, porque en su día también fueron humanos y aún guardan cierto apego por este mundo; y por eso podemos comunicarnos con ellas y obtener su favor. Para llegar a formar parte de una esas fuerzas superiores hay que morir conscientemente, sin miedo ni apego por la vida, solo ansia y curiosidad por el más allá. Para conseguir ese estado al morir, primero hay que haber vivido y sufrido muchas vidas y en cada una haber cometido innumerables errores y pecados, hasta que nuestro espíritu alcance la madurez suficiente para recordar en vida todas sus antiguas reencarnaciones y de esa forma podamos comprender el verdadero sentido de la vida: una escuela, una universidad para los espíritus. Ese estado se caracteriza por personas muy especiales, brujos, magos, sabios, santos, maestros y guías espirituales, como Cristo o Buda que marchan de este mundo voluntaria y felizmente, sin remordimientos, frustraciones, ni ansias y apegos y lo hacen para siempre. Las religiones orientales tienen una idea muy parecida a esta, que es la del karma, pero es inexacta. Ellos conocen la verdad de la reencarnación, pero creen que estas se deben a las malas acciones que tenemos que pagar en la siguiente vida. En realidad no es así, solo reencarnamos porque aún nuestros espíritus no han aprendido y madurado lo suficiente como para pasar a un estadío superior, no porque tengan que pagar cuentas pasadas. Una última aclaración sobre el tema de la relación vida-muerte, es el caso de los muertos oscuros, también conocidos como almas en pena. Contrariamente a lo que muchos piensan, estos espíritus no pertenecen obligatoriamente a personas malas, sino a personas a las que la muerte les llegó por sorpresa y dejaron muchos asuntos importantes, para ellos, sin resolver en la tierra. Es cierto que muchas de esas personas eran criminales o personas violentas y que eso fue la causa de su muerte, pero muchas más son las víctimas inocentes de accidentes imprevistos, crímenes y desgracias, mayormente niños y jóvenes que ni siquiera entienden que han muerto o que no lo aceptan, porque extrañan el amor de sus seres queridos y la ilusión de los sueños inconclusos. estas fuerzas negativas también pueden( y se hace ) ser contactadas y utilizadas por los vivos para obtener favores, ya que no sabiduría. Estos espíritus no vagan eternamente por la tierra, como afirma la iglesia católica y otras religiones totalitarias, sino que lo hacen durante un tiempo, meses, años o siglos, hasta que su nueva realidad espiritual supera a la anterior terrenal o las oraciones de sus seres queridos vivos les convencen de que acepten su destino y busquen la Luz.
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 00:00:01 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015