LAS NUEVAS CARAS DEL FASCISMO Puede parecer un incidente trivial, que lo es, pero la pretendida "funa" (escrache, protesta violenta en contra de...) de 20 supuesto envejecidos jóvenes en Valdivia contra Michelle Bachelet, es algo más. Por Eduardo Ringler Es como leer los comentarios de los supuestos lectores de La Segundota que destilan odio y rabia, realmente a niveles preocupantes. Fueron individuos llenos de furia criminal, que la tildaron de “asesina”, con el manoseado pretexto del maremoto del 27 de febrero de 2010. Algo unido a las pocas horas de una maniobra del reaccionario abogado Raúl Meza, sancionado oficialmente por prácticas poco éticas, vinculado a la UDI, con una ampliación de una querella absurda sobre un tema doloroso como el cataclismo del 2010. Los terroríficos "funadores" fueron encabezados por el concejal UDI, Leandro Kunstmann, y el coordinador territorial del Gobierno Regional, Cristian Labbé. Los gritos, los insultos, los intentos de agresión a los partidarios de la ex presidente son algo evidente: El rebrote del fascismo civil que ahora encabeza la UDI y que en 1970 lo hizo Patria y Libertad y que sirvió para ir ambientando el golpe de Estado. Cierto. Los tiempos han cambiado, pero no tanto. El venezolano Luis Britto García, alguien que esta viendo al neofascismo en acción, define las cosas con claridad. Recuerda que el cine estadounidense representa al fascismo como pandilla de rufianes en uniforme que agitan estandartes y gritan órdenes. La realidad es más perversa. Según Franz Leopold Neuman en Behemoth: La Estructura & Practica del Nacional Socialismo, 1933-1944, el fascismo es la complicidad absoluta entre el gran capital y la política. Donde los intereses del gran capital pasan a ser los de la derecha, anda cerca el fascismo. No es casual que surja como respuesta a la Unión Soviética. El fascismo niega la lucha de clases, pero es el brazo armado del capital. Aterroriza a la baja clase media y la marginalidad con el pavor a la crisis económica, a la izquierda y la proletarización y las enrola como paramilitares para reducir por la fuerza bruta a comunistas, socialistas, sindicalistas, obreros y movimientos sociales. BENITO MUSSOLINI FUE SUBVENCIONADO POR LA FÁBRICA DE ARMAS ANSALDO Y EL SERVICIO SECRETO INGLÉS; ADOLFO HITLER FINANCIADO POR LAS INDUSTRIAS ARMAMENTISTAS DEL RUHR; FRANCISCO FRANCO, APOYADO POR TERRATENIENTES E INDUSTRIALES, AUGUSTO PINOCHET POR ESTADOS UNIDOS Y LA OLIGARQUÍA CHILENA. La crisis económica como la que se insinúa en Chile, hija del capitalismo, es a su vez la madre del fascismo. A pesar de estar en el bando vencedor en la Primera Guerra Mundial, Italia sale de ella tan destruida que la clase media se arruina y participa masivamente en la Marcha sobre Roma de Mussolini. En la elección de mayo de 1924, Hitler obtuvo sólo el 6,5% de los votos. En las de diciembre de ese año, sólo el 3,0%. Pero en las de 1928, cuando revienta la gran crisis capitalista, obtiene 2,6%, en 1930 llega a 18,3%, y en 1932, a 37,2%, con lo cual accede al poder y lo utiliza para anular a los restantes partidos. Pero el fascismo no remedia la crisis: la empeora. Durante Mussolini el costo de la vida en Italia se triplicó sin ninguna compensación salarial ni social. Hitler empleó a los parados en fabricarlos armamentos que condujeron a la Segunda Guerra Mundial, la cual devastó Europa y causó sesenta millones de muertos. Franco inició una guerra civil que dejó más de un millón de muertos y varias décadas de ruina; los fascistas argentinos eliminan unos treinta mil compatriotas, Pinochet asesina unos tres mil chilenos. Tan malo es el remedio como la enfermedad. El fascismo convoca a las masas, pero es elitista. Corteja y sirve a las aristocracias, sus dirigencias vienen de las clases altas e instauran sistemas jerárquicos y autoritarios. Charles Maier, un historiador, recalca que hacia 1927, el 75% de los miembros del partido fascista italiano venía de la clase media y media baja; sólo 15% era obrero, y un 10% procedía de las élites, los cuales sin embargo ocupaban las altas posiciones y eran quienes en definitiva fijaban sus objetivos y políticas. Hitler establece el Principio del Jefe o Fuhrer-Prinzip: Cada funcionario usa a sus subordinados como le parece para alcanzar la meta, y rinde cuentas sólo al superior. El caudillo falangista español responde sólo ante Dios y la Historia, vale decir, ante nadie. Fascismo y capitalismo tienen rostros aborrecibles que necesitan máscaras. Los fascistas copian consignas y programas revolucionarios. Mussolini se decía socialista, el nazismo usurpó el nombre de socialismo y se proclamaba partido obrero (Arbeite); en su programa sostenía que no se debía tolerar otra renta que la del trabajo. Por su falta de creatividad, roban los símbolos de movimientos de signo opuesto. Cualquier semejanza con la UDI, es algo más que mera coincidencia.
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 13:37:30 +0000
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