LOS GITANOS. -Baja de ahí. -Acábate lo del plato. -Deja de - TopicsExpress



          

LOS GITANOS. -Baja de ahí. -Acábate lo del plato. -Deja de incordiar a tu hermana. -Recoge el cuarto. En casa de Covú, aquellas imperativas siempre venían acompañadas por la misma e invariable contrapartida: -O te vendemos a los gitanos. Y Covú, escuchando aquello, bajaba, acababa, dejaba o recogía lo que fuera menester, por no acabar en manos de los gitanos, que debían ser tipos fieros que se alimentaban con los hígados de los niños o por ahí la cosa. En cierta ocasión, Covú recorría el barrio, acompañado por su primo Bahá, cuando se encontraron abierto el portalón del solar llamado de Los Mañecos, por el cartel luminoso del alvear que se anunciaba asomando por encima del muro. Dentro vieron multitud de niños correteando libres, buceando en bañeras con garras de bronce, gentes a la guitarra tocando y cantando para unas mujeres morenas de ojos bosque que giraban y bailaban sonriendo alegrías bajo la mirada del mayor de todos ellos, trajeado como divinidad. Cuando pasaban a su vera, los niños le decían cosas bonitas. Él levantaba la mano y alzaba la música. -¿Qué celebran estas gentes, Bahá? -Nada. No celebran nada: son gitanos. Así viven. Covú regresó aquel día a casa con varias trastadas en mente, pero antes quiso asegurar el tiro. -Mamá. -¿Qué quieres? -le decía su madre, sin apartar la vista de las patatas que estaba pelando. -No les vayas a pedir mucho por mí, ¿vale?
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 09:16:03 +0000

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