La Astrología Védica se basa en las constelaciones estelares reales (sideral) y la Astrología Occidental se basa en un zodíaco ficticio que entra en el espacio al revés, como una función de tiempo ("trópico"). Estas definiciones pueden encontrarse en cualquier buen diccionario. En el principio del zodíaco imaginario Occidental el primer punto de partida es Aries y está a 6.25 grados de la constelación Piscis. Esto se llama la Era de Piscis en la Astrología Occidental. Este primer punto comienza con un movimiento retrógrado (hacia atrás) a una velocidad aproximadamente de 1 grado por 72 años hasta que entra la constelación de Acuario. Ese será el principio de la era de Acuario. A razón del movimiento de 72 años a 6.25 grados, tomarán 450 años antes de que la Era de Acuario tome lugar. Saliendo de todo este principio de Astronomía, la Nueva Era dio un "salto" de casi medio milenio, declarando que nosotros ya estamos en la Era de Acuario. En segundo lugar La Astrología Védica es basada en una tradición muy vieja, irrompible desde tiempo inmemorial y la Astrología Occidental ha tenido una historia muy ajedrezada. La Astrología desapareció virtualmente en el Oeste durante las Edades Oscuras (hacia 500-1000 A.D) y volvió durante el Renacimiento, durante la época llamada de la Razón. De hecho, desapareció totalmente del continente europeo hasta finales del siglo XIX. Se había mantenido escasamente viva en Inglaterra durante ese tiempo. La Astrología occidental que conocemos actualmente sólo ha existido desde hace unos 130 años, cuando empezó un resurgimiento. La tradición Védica es muy fuerte y vibrante, con una herencia de muchos milenios de conocimiento acumulado, mientras que la Astrología occidental no tiene la ventaja de una tradición tan milenaria e incorruptible. En tercer lugar Siendo un apéndice de los Vedas, la Astrología Védica, se nutre completamente del pensamiento y la filosofía védica. Esto significa que el practicante de la ciencia astrológica debe primero haber asimilado seriamente la filosofía védica y debe haber vivido según los principios brahmínicos prescritos en los Vedas, con todas sus prácticas espirituales. En contraste, la Astrología occidental moderna es una reflexión de la cultura occidental permisiva y licenciosa y carece de una base filosófica y de tradición espiritual que la sustente. El astrólogo occidental (comparado con el astrólogo védico) no tiene ningún entrenamiento filosófico, ni tampoco sabe si desea seguir una disciplina espiritual. No puede subestimarse el efecto combinado del conocimiento filosófico genuino, acoplado a un estilo de vida espiritual auténtico, porque esa integración contribuye al desarrollo de una visión divina y de la habilidad que necesita poseer un astrólogo para poder guiar apropiadamente a las demás personas. Estas no son simples diferencias técnicas, si no que dependen de un punto de vista global completamente diferente, de una visión distinta del cosmos y del espíritu humano. El mapa del nacimiento u horóscopo, es una representación simbólica de la configuración particular de la Tierra, los planetas y las estrellas en el momento del nacimiento y su sabia interpretación contribuye al conocimiento del destino individual. Es un lenguaje divino, un criptograma místico que comunica y refleja lo que será el destino de una persona, cuya lectura precisa le permitirá saber como ejercer debidamente su libre albedrío para perfeccionar su existencia y los resultados de sus acciones. El libre albedrío y la Astrología Védica El punto de vista de la Astrología Védica en la vida es una interacción del destino y el "libre albedrío” El destino es la reacción a nuestro ejercicio anterior al libre albedrío.
Posted on: Sun, 25 Aug 2013 16:47:18 +0000
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