La Congregación del Verbo Divino fue fundada el 8 de septiembre - TopicsExpress



          

La Congregación del Verbo Divino fue fundada el 8 de septiembre de 1875 -fiesta de la Natividad de la Virgen María- en el pueblo de Steyl (Holanda), por el sacerdote y profesor Arnoldo Janssen. El objetivo de San Arnoldo con su fundación era el de hacer participar a los católicos de habla alemana en la obra misionera de la Iglesia. El conflicto político-religioso impedía la fundación en suelo alemán. Fue así como surgió la primera casa misional en el vecino territorio holandés. El 2 de marzo de 1879, Arnoldo Janssen entregaba la cruz misional a los dos primeros misioneros: José Freinademetz y Juan Bautista Anzer. Ambos fueron destinados a China. La vida le alcanzó a Janssen para ver cómo los misioneros del Verbo Divino dilataban su radio de acción: Argentina, Togo, Brasil, Nueva Guinea, Chile, Estados Unidos, Japón. Hoy, podemos afirmar que el germen de la Congregación Misionera del Verbo Divino, se ha convertido en un árbol gigantesco, un inmenso cobijo a cuya sombra se amparan millones de personas y que ofrece a muchas más el desafío de construir un mundo más justo, humano y solidario, desde una perspectiva cristiana-liberadora. Llegada a la Argentina Los primeros misioneros del Verbo Divino destinados a la Argentina y en arribar a estas tierras del Plata, fueron los PP. Enrique Becher y Germán Löcken. La fiesta de despedida en Steyl (Holanda) fue el día 15 de septiembre de 1889 con la entrega de la cruz misional. El arribo a los puertos del Plata fue el 23 de octubre de 1889. Se pusieron en contacto con los Padres Jesuitas y Redentoristas. Los Jesuitas los contactaron a su vez con el encargado de la pastoral de San Jerónimo, Provincia de Santa Fe, el jesuita P. Niemann. Esta recomendación en Buenos Aires la hizo el P. Auweiler SJ. El 30 de octubre partieron a Santa Fe y de allí a San Jerónimo, donde llegaron el 31 de octubre. Fueron recibidos por el párroco P. Niemann SJ. Para aprender el castellano se radicaron transitoriamente en San Wendelino, paraje cercano, donde se iniciaron en el idioma guiados por un maestro. Una vez, con los suficientes conocimientos del castellano, asumieron su primer campo de trabajo en Esperanza, Santa Fe en el año 1890. Enrique Becher, SVD Fue el Superior de la “Misión Argentina” desde su arribo a Buenos Aires en 1889, hasta 1898, delegado por el mismo fundador Arnoldo Janssen. Germán Löcken, SVD De 1910 a 1916 fue Superior Regional y Provincial de Argentina, Chile y Paraguay. Sus últimos años los pasó en el Colegio Apostólico San Javier (Bs. As.). A nadie sorprenderá que los primeros enviados de la recién fundada casa misionera hayan sido destinados a China. Pero, sí puede sorprendernos que su segundo campo de acción haya sido Argentina, tierra evangelizada desde hacía siglos. También a los contemporáneos del P. Arnoldo les causó extrañeza que éste aceptara enviar su gente a Latinoamérica, y el hecho suscitó juicios encontrados dentro y fuera de la incipiente sociedad misionera. La actitud del Fundador nos revela que en su mente el concepto de misión tenía un sentido muy amplio, que no se reducía al primer anuncio de la Palabra, sino también a la conservación de la fe y la vida cristiana donde éstas corrían riesgo de perderse. Este era, precisamente, el caso de numerosos inmigrantes de habla alemana que desde hacía unas décadas vivían en Argentina. Urgido por insistentes pedidos de asistencia espiritual provenientes de colonos alemanes y suizos radicados en la provincia de Santa Fe, Janssen solicitó y obtuvo de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide la autorización para enviar sus primeros misioneros a la Argentina. Los elegidos para la nueva misión fueron los PP. Enrique Becher y Germán Löcken, quienes arribaron a Buenos Aires el 23 de octubre de 1889. De inmediato se pusieron en contacto con una comunidad de Padres Redentoristas alemanes. Estos se constituyeron en sus guías durante su breve estadía en la ciudad Capital. A fin de mes se dirigieron a Santa Fe. El 31 de octubre, por la tarde, llegaron a San Jerónimo Norte, colonia de inmigrantes suizos de habla alemana -en su mayoría del cantón del Wallis-, que eran espiritualmente atendidos por un jesuita alemán. Después de disfrutar por unas semanas de su hospitalidad, se dirigieron a Esperanza (Santa Fe), de donde habían procedido las solicitudes más apremiantes de ayuda espiritual. Esperanza, fundada en 1856, era, a la sazón, una pujante colonia formada por inmigrantes de lengua francesa y alemana. Su párroco era, por aquellos días, un sacerdote napolitano que además del italiano, chapurreaba el español y entendía el francés, pero desconocía en absoluto el alemán. Esta circunstancia había provocado una crisis religiosa en el sector de la población que se manejaba con esta lengua y que seguía siendo mayoritario en la colonia. De ahí los insistentes pedidos de asistencia espiritual elevados por los colonos, que con la llegada de los misioneros verbitas se vieron satisfechos. A poco de llegar, el P. Becher concibió el proyecto de fundar una casa de la SVD en aquella localidad. Puso manos a la obra y, en marzo de 1891, la construcción ya estaba en condiciones no sólo de albergar a los dos religiosos, sino también de recibir alumnos. Fue así como, al iniciarse el año lectivo, quedó inaugurado el Colegio San José, primera casa de la Congregación en Argentina y en América. Entretanto, un nuevo campo de acción se había ofrecido al celo apostólico de nuestros misioneros: la atención espiritual de los alemanes del Volga que, llegados al país en 1878 y los años siguientes, se habían establecido en varias colonias en el centro de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos. Al tener conocimiento de la presencia de sacerdotes alemanes, se apresuraron a conectarse con ellos y solicitar sus servicios. El relato de los múltiples trabajos a que se hallaban abocados los dos primeros misioneros, y las perspectivas de nuevas actividades que continuamente se les presentaban, movieron al Fundador a enviar más personal a la Argentina. Ya en enero de 1891, arribaron al puerto de Buenos Aires dos sacerdotes y dos Hermanos. Con los refuerzos, que fueron llegando año tras año, los verbitas extendieron su acción pastoral a varias localidades de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. La presencia de los Misioneros del Verbo Divino en nuestra ciudad ha dejado muchos frutos, tales como: el Colegio “San José” y numerosas vocaciones misioneras y religiosas que de allí han surgido; la Parroquia “San José”, la Cuasi Parroquia “Inmaculado Corazón de María”, la comunidad “Virgen de Guadalupe” en Barrio Los Troncos, la Iglesia hoy Parroquia “Sagrado Corazón de Jesús” del barrio norte, la capilla “San Lino”, la capilla “Virgen de Fátima”, la facultad de Agronomía y Veterinaria; la Escuela “José M. Estrada”. Poco a poco fue penetrando en la vida, en la cultura y en la religiosidad de nuestra ciudad la idea de San Arnoldo de anunciar el Evangelio más allá de las fronteras…
Posted on: Sat, 07 Sep 2013 21:30:14 +0000

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