La Verdad de la Estadidad por Elsa Tió En Washington no es secreto que (1) bajo la estadidad el gobierno del Estado Libre Asociado (actualmente más grande que el de los estados porque atiende mayor volumen de servicios públicos) tendría que ser más pequeño (véase Informe del U.S. Government Accountability Office (GAO) del 19 de mayo de 2006); (2) tampoco es secreto que bajo la estadidad toda vez los puertorriqueños comencemos a pagar impuestos federales sobre nuestros ingresos (incluyendo herencias y donaciones), las tasas contributivas a nivel local tendrán que ajustarse para poder acomodar el tributo federal, con lo cual los recaudos del gobierno local disminuirán (véase Informe del Joint Committe on Taxation (JCT) del 23 de junio de 2006 a la pág. 67); (3) y mucho menos es secreto que la estadidad deja sin efecto nuestra autonomía fiscal: cancelando la devolución a las arcas del gobierno cientos de millones de dólares por concepto de arbitrios repatriados a la isla (incluyendo el arbitrio al ron) y dejando sin efecto el trato contributivo preferencial a nivel federal de las operaciones de las “foreign-controlled corporations” (CFCs) --- que no son otra cosa que gran parte de las farmaceúticas que hoy operan aquí bajo la Sección 901 del Código de Rentas Internas federal; (4) y ni hablar de nuestros bonos (con los cuales se financia gran parte de nuestra obra pública) que bajo la estadidad dejarían de gozar de exención triple en los mercados financieros --- es decir, perderían su principal ventaja comparativa. En fin, bajo la estadidad el gobierno local tendría mucho menos recursos para hacerle frente a las necesidades de nuestra gente. Y menos recursos gubernamentales equivale a dejar miles de empleados públicos en la calle. He ahí el meollo del asunto: la estadidad impulsó la mega ley 7.
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 23:53:11 +0000
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