La altura de una sociedad se mide en el trato que da a los más necesitados, a quienes no tienen más que su pobreza No hay en nuestra vida cruz, pequeña o grande, que el Señor no comparta con nosotros Queridos jóvenes, aprendan a rezar cada día. Así conocerán a Jesús y le permitirán entrar en sus vidas. No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, cuando tantas personas están esperando el Evangelio. Queridos jóvenes, Cristo tiene confianza en ustedes y les encomienda su misma misión: Vayan, hagan discípulos Jóvenes, no lo olvidemos nunca: la Virgen María es nuestra Madre y, contando con su ayuda, podemos permanecer fieles a Jesucristo
Posted on: Sun, 28 Jul 2013 02:00:48 +0000
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