"La ceguera y la agresión (bullying). La activista adolescente - TopicsExpress



          

"La ceguera y la agresión (bullying). La activista adolescente Molly Burke comparte su inspiradora historia de vida." Después de perder la vista, Molly Burke se encontró a sí misma en un lugar incluso más oscuro. Ahora les brinda esperanza a todos aquellos que han sido víctimas de las agresiones y la burla, mostrándoles cómo volver a ponerse en pie. Molly Burke comienza su discurso con un chiste sobre ciegos. Surge una amable pero vacilante risita en el abarrotado gimnasio de la universidad para chicas St. Joseph, en Toronto. ¿Está bien reírse de un chiste sobre ciegos, incluso si quien lo cuenta lo es? Pero Molly continúa hablando: "Ustedes son el público más atractivo que jamás he visto," bromea. Molly permanece, menuda y serena, debajo de la red de básquet, en uno de los laterales del gimnasio. A sus diecinueve años, cuenta con apenas 1.52 metros de altura, rasgos expresivos y delicados. Cabello largo y negro, con una cautelosa sonrisa. Micrófono en mano, fija su mirada sin ver en su público, y habiendo roto el hielo, cuenta su historia sin titubear, incluso cuando llega a las partes más ríspidas del relato. El murmullo de 650 chicas con pulóveres azul marino y faldas se apaga rápidamente. Primero, Molly describe su incapacidad para distinguir el shampoo del acondicionador en la ducha, o lo difícil que es combinar un conjunto cuando no podés ver tu reflejo en el espejo. Pero cuando llega a la parte de la violencia- y particularmente al incidente que le hizo considerar el suicidio como la única salida posible, varias chicas se cubren la boca con la mano. Según las encuestas más recientes, al menos uno de cada tres asistentes a la conferencia de Molly también han sido víctimas de las agresiones. Y mientras que las chicas se mostraban incómodas acerca de reírse de sus chistes, Molly les muestra cómo muchos estudiantes como ellas, no tienen escrúpulos a la hora de agredir a una chica ciega. Molly no nació ciega. Su hermano Brady y ella, crecieron en una bonita casa de dos pisos en la pequeña y elegante ciudad de Oakville, Ont. (well-to-do, pija, cheta) Como todo niño, Molly se trepaba a cualquier estructura posible que hubiese en el parque, era una entusiasta jugadora de fútbol, (el soccer), y andaba en su bici roja con manubrios con borlas por todo el barrio. Pero, incluso durante esos primeros años, ya podían verse algunas señales de que algo no iba muy bien con sus ojos. Como era chiquita, la percepción de profundidad no se había desarrollado del todo. Alcanzaba una galletita y la perdía. Se golpeaba a menudo con las cosas, y no veía bien en la oscuridad. "Molly siempre quería que le sostuviésemos los libros cerca suyo y bajo la luz cuando le leíamos," cuenta su madre Niamh (un nombre gaélico que se pronuncia Neeve). "Me encontré vigilándola un poco más de cerca- fue el instinto de madre el que me impelía a estarlo." "Al principio, los doctores no estaban seriamente preocupados." "Consulté a un médico respecto de lo que deberíamos hacer y el me dijo, -Bueno, solo proporciónenle más luz," dice Niamh. "Así que nosotros pensamos: bien, eso es simple. Le daremos más luz." Cuando Molly tenía cuatro años y medio, alguien en el mundo oftalmológico, finalmente detectó manchas en su retina. (freckles) Fue diagnosticada con retinosis pigmentaria, una rara y degenerativa enfermedad ocular que eventualmente, llenaría su mundo de oscuridad. (Dim) "Recuerdo esa gran angustia que me invadió," comenta Peter, el padre de Molly. "Una de las cosas que me vino a la cabeza, fue si ella sería capáz de verle la cara a sus propios hijos." "La realidad me golpeó de repente, la magnitud de lo que podría llegar a pasar." Niahm y Peter trataron de que la infancia de Molly fuese lo más normal posible, pero no les resultó fácil. Cosas que otros niños realizaban casi instintivamente como Halloween, fueron especialmente duras. Cuando las amigas de Molly iban todas juntas diciendo: "¡Caramelos o susto!", disfrazadas de princesas o del cruzado enmascarado (caped crusaders), Peter tenía que acompañar a Molly, y guiarla casa por casa, contando los pasos desde una puerta a otra. "Halloween parecía diseñado para lastimar cada vez más nuestros corazones," cuenta Niahm. "NO importa el esfuerzo que hiciéramos para estár bien y contentos, al final siempre terminaba siendo un poco gris y solitario." Pero ellos tomaron el consejo del médico de su hija, dejándola elegir lo que podía o no podía hacer, permitiéndole decidir en qué momento abandonar las cosas que le apasionaban, como el fútbol. "Cada vez que debíamos enfrentarnos a esa situación, siempre tratábamos de encontrar otra cosa," señala Peter. "Empezamos a pensar: ¿Qué actividad puede practicar ahora y quizá el resto de su vida?" Molly aprendió a montar a caballo en un campamento terapéutico, y asistió a una escuela de esquí donde fue guiada hasta la parte inferior de la colina mediante comandos verbales. Ella se deleitaba con la fuerza del viento y la sensación de los copos de nieve, como frías telarañas en sus mejillas. Molly incluso superó a su padre en la pista de esquí, corriendo rápido y sin miedo en Black Diamons. Su deseo de hacer lo que todos hacían, se fue incrementando pese a el deterioro que sufría su vista. NO mucho tiempo después de su diagnóstico, cuando Molly corría en el parque con sus amigos, se estrelló contra un poste de metal que todos habían podido ver, y que sortearon con facilidad. Después de eso, comenzó a tener problemas para dormir. "Aquel accidente fue un click en la vida de Molly," comenta Peter. "Eso minó su confianza en sí misma, y le hizo tomar consciencia de su vulnerabilidad." Tiempo antes, Molly y el resto de los chicos ya habían notado que ella era diferente. Cuando sus compañeros de clase empezaron a cursar francés, Molly era conducida a otra aula para aprender braille. "En ese momento pensé que era algo raro, puesto que yo era la única aprendiéndolo," dice Molly. "Rechacé practicar braille - eso me hacía distinta, y yo solo quería ser como los demás chicos." Molly hizo su mayor esfuerzo para conducirse como una persona totalmente normal, obsesionándose incluso con andar por la vida con la confianza de una persona vidente, memorizando incluso las tablas optométricas del consultorio de su médico, y que de este modo nadie notase lo rápido que empeoraba su visión. (fully sighted, se entiende el concepto.) Pero a los trece años, había perdido la noción de los colores completamente. Azul, marrón, negro y gris, todos se habían transformado en algo borroso. Su mundo se fue tornando cada vez menos familiar y sombrío, e incluso las brillantes mañanas de sol, se volvieron cada vez más y más oscuras. (Aquí es dusk, pero no encuentro otro equivalente.) Ese octubre, su revisión ocular anual comenzó como todas las demás. El nombre de Molly fue dicho, y su doctora la saludó como venía haciéndolo durante los últimos siete años, con un alegre "¿Cómo está mi princesa hoy?" Pero luego se sentó con la historia clínica de Molly en las manos. "Ninguno de nosotros esperaba lo que sucedió," cuenta Molly. "Ella nos dijo que no sabían cuánto tiempo más yo sería capáz de ver. Empecé a llorar." En el auto, camino de regreso a casa, Molly miró por la ventanilla las borrosas figuras de los árboles y de los postes de teléfono, preguntándose cuánto tiempo más los vería. Cuando llegó a casa y llamó a su mejor amiga para contarle las novedades, la respuesta fue, "Uh, eso es un bajón." (That sucks, es un asco, una mierda, apesta, etc) Molly podría haber estado llamándola para decirle que tenía gripe. Obtuvo la misma reacción con todos sus amigos del colegio. "Ellos no podían entender por qué no era la alegre y chispeante Molly de antaño. Y era difícil que lo consiguieran, si tenemos en cuenta que yo tampoco lograba comprender por qué no era felíz, no sabía por qué no quería salir, y todo lo que quería hacer era dormir." Para noviembre, los rumores ya habían comenzado a circular entre el personal de la escuela y los estudiantes por igual: Molly estaba fingiendo; simulando que pretendía simplemente llamar la atención. Aunque tenía un bastón, se manejaba muy bien por los alrededores, y no exhibía ninguno de los habituales comportamientos que se observan en una persona ciega que jamás haya visto antes. En lugar de sentarse con la cabeza gacha y el pelo calléndole sobre la cara, Molly tiene una postura impecable, y cuando le hablás, ella vuelve la cabeza en tu dirección. (she turns t look at you, que vendría a ser también "Vuelve la cabeza para mirarte." Se les dijo a sus padres que ella tenía un raro talento, casi como un murciélago para la movilidad, utilizando la ecolocalización para orientarse en la oscuridad. (echolocation) "Cuando vamos caminando por la calle, Molly sabe cuándo pasamos cerca de un árbol," cuenta Peter. "Una vez le pregunté cómo se daba cuenta, y ella me respondió: -Papá, todo hace ruido, solo tenés que escuchar atentamente." "Pero su habilidad suele complicar las cosas, porque confunde a la gente," acota Niamh. "Es casi como si ellos pensaran que es demasiado buena como para hacerlo tan bien." (It was almost as though she was a little too good at getting around, se acepta otra traducción al respecto) Para Molly, la escuela se convirtió en una lucha diaria por mantener su dignidad. Su una vez pequeño círculo de amigos, se redujo hasta que no quedó ninguno, y ahí es cuando comenzó el bullying. En el viaje que realizaría el 8vo grado de Molly a Ottawa, las amigas con las que había planeado compartir habitación hacía tan solo un tiempo atrás, ahora no la querían en ella. Cuando sus profesores se la asignaron de todos modos, las chicas la hicieron dormir debajo de un escritorio. Molly cumplió los catorce años durante el viaje, así que sus compañeras de cuarto le prometieron ponerla guapa. Ella no podía ver que en lugar de estár aplicándole maquillaje, le habían escrito la cara. Y que el "Producto" que le colocaban en el cabello era crema de leche. (Hijas de puta) "Llegados a ese punto, me sentía taaan mal, que no tenía la confianza como para defenderme por mi misma. No era buena en las peleas, así que me sentí acorralada." Molly recurrió a su ¿Celador? (guidance consellor) en busca de ayuda, pero lo que le dijo fue que era ella misma quien traía la violencia a sí misma. "ahí es cuando me di cuenta de que estaba realmente en una situación fea: no solo estaba siendo agredida, sino que además, nadie me creía." Molly pensó que quizá con un perro guía, las cosas mejorarían un poco. Durante el descanso escolar del mes de marzo, se dirigió a la fundación Mira, en Montreal, una escuela de perros guía que prepara a estudiantes menores de dieciséis años. "Obtener un perro guía no es fácil," cuenta Molly. "La gente piensa: Oh, sos ciego, ¡Conseguite un perro! Pero eso no funciona así." Molly tuvo que vivir en la escuela, siendo examinada diariamente, teniendo que demostrar que era capáz de hacerlo todo. Desde prepararse la comida, hasta cruzar la calle. Tuvo que probar que podía cuidar de ámbos. Del perro, y de sí misma. Fue la más joven en su clase, y la única que lo consiguió. Ya incluso con Guipsy, su perro guía a su lado, las cosas no mejoraron en el colegio. Poco tiempo después de volver de Montreal, Molly rodó por un tramo de escaleras, pero se negó a ir al médico. "Creí que pensarían que era otra de las tonterías que yo simulaba," dice ella. Caminó durante dos semanas con su pie lesionado, hasta que le colocaron un lleso. Por esta razón tuvo que dejar a Guipsy en casa, confiando en cambio en sus compañeros para que la guiasen. Sus profesores tuvieron que asignarle a reacias compañeras para la tarea, hasta que un día de mayo, el trabajo recayó sobre su viejo círculo, las chicas que habían sido sus amigas más íntimas tan solo ocho meses antes. Cuando llegó el horario del almuerzo, le informaron que ellas no tenían apetito. En lugar de guiarla hacia la cafetería, la condujeron afuera. "Yo tenía hambre, pero no tenía opción. Me dije que al menos estaba pasando el tiempo con alguien." Era un día soleado y caluroso, y Molly comenzó a sudar ya que además llevaba puesto su pesado uniforme escolar de poliéster, mientras luchaba por mantenerse firme con sus muletas. Primero la guiaron hacia la colina que ella utilizaba de tobogán cada invierno, y luego atravesaron el campo en el que solía jugar fútbol con su hermano. Cuando sintió las raíces crujir bajo sus pies, supo que habían ingresado en el bosquecillo que bordeaba el campo. Para entonces, Molly tenía calor y estaba sin aliento. Se sentó debajo de los árboles, dejando a su lado las muletas - y una de las chicas se las agarró. Riendo, sus compañeras se alejaron corriendo entre los árboles. Oyó que una de ellas proponía que las arrojasen al barro, pero otra voz sugirió que las tirasen al agua, ya que de este modo, el barro las ensuciaría luego. Finalmente, escuchó un fuerte impacto.- Las chicas habían roto sus muletas arrojándolas contra un árbol. Oí el sonido de sus carcajadas alejándose, mientras ellas corrían a toda prisa para volver a clase, dejándola sola e inútil, tendida en el suelo. "Entré en pánico. NO podía ver, no podía pararme, y no sabía que hacer. Traté de agudizar el oído para averiguar si había alguien en los alrededores, pero no había nadie. Entonces recordé que había puesto mi celular en el bolsillo de mi chaqueta,." Niamh estaba en el trabajo cuando le sonó el teléfono. Su hija estaba sollozando y hablaba muy rápido. "Solo atiné a decirle: tranquila, ya estoy yendo a por ti." Niamh corrió hasta su coche, y condujo al colegio. No recuerda haber parado por los semáforos, ni las señales de tránsito, ni por nada, aunque sabe que debería haberlo hecho. Cuando llegó al colegio, no entró, sino que corrió. Atravesó la colina y la cancha de fútbol y entró al bosquecillo. Cuando encontró a Molly, alzó en brazos a su hija y dirigió sus pasos nuevamente hacia el coche. Juntas decidieron que nunca más volvería a esa escuela. Al comienzo, Niahm no le contó a nadie lo que había sucedido en el colegio. Ni a los profesores, ni a su marido. "Niamh pasó por todo eso ella sola,", cuenta Peter. "Probablemente se haya dado cuenta de que me hubiese puesto furioso." Niahm utilizó la salud de Molly, la cual se había deteriorado por los últimos sucesos, como excusa para mantenerla en casa. Además, solo restaba un mes de clases, y ellos ya habían intentado hablar con sus profesores muchas veces antes. "Ya no podía hacerlo otra vez," dice Niahm. "Todo se había salido de control completamente." De esta manera Niahm mantuvo a Molly en casa, observándola cuidadosamente. Antes de lo ocurrido en el bosquecillo, Molly ya había empezado a cortarse, (los brazos y cosas así) usando mangas largas y muchísimas pulseras para ocultar las marcas en sus brazos. "Era horroroso y yo me sentía avergonzada, pero prefería sentir el dolor físico en lugar del dolor emocional," cuenta. "Me sentía muy sola y triste, simplemente quería dejar de existir." Luego Peter encontró en el historial de búsqueda de la computadora de Molly la frase: "Cómo suicidarme." "El médico le dijo a mis padres que alejaran de mí cualquier objeto cortante, pastillas o cualquier otra cosa que yo pudiese utilizar para hacerme daño." "sentía que estaba dentro de una burbuja, siendo observada constantemente. Ni siquiera se me estaba permitido cerrar la puerta de mi habitación." Los médicos les dijeron a Peter y a Niahm que debían hacer algo para devolver la alegría a la vida de Molly. "Empecé a leer un montón de libros de autoayuda, y supe que no podía permitirme pensar cosas negativas, porque entonces me derrumbaría," comenta Niahm. "Le dije a Molly: tenemos que averiguar juntas lo que necesitás, lo que querés, cuál es el próximo paso a seguir. Y Molly lo sabía. Me dijo: -Mamá, no voy a volver nunca más allí. Necesito encontrar otra escuela. Así que nos pusimos inmediatamente a trabajar en eso. Fuimos a ver varias escuelas, y todo lo que se le ocurría, lo charlaríamos y le diría: está bien, haremos algo al respecto. (anything she came up with, podría tener otra traducción, no lo se muy bien) Le recordaba siempre que hay una salida, que ella no estaba atrapada." Fue transferida a una escuela para ciegos, en noveno grado. "Pensé que sería un lugar en el que podría comenzar a centrarme en mi misma, y parar de intentar ayudar a que todo el mundo comprendiese." Y, al principio, así fue. Una de las grandes pasiones de Molly es la música, y empezó a componer. "Se convirtió en mi nuevo modo saludable para sacar todas aquellas emociones que no quería tener dentro de mi. Me había sentido muy culpable por tener depresión, pero luego me di cuenta de que necesitaba sentirme triste o enojada, necesitaba llorar la pérdida de la persona que había sido, porque era la única forma en la que podría convertirme en alguien nuevo." Molly empezó a cantar en una banda, y también comenzó a tener citas, algo de lo que estaba convencida que nunca pasaría. "Uno de los chicos de mi anterior escuela me dijo: -Nadie se casaría con una chica ciega, porque eso es como comprar algo que ya está roto." Pero tiempo antes, el bullying había comenzado otra vez. "Ahí es cuando me dí cuenta de que no era agredida por ser diferente, no existían razones. No es por mi corte de pelo, o por cómo me visto. Es simplemente algo en la otra persona, que se empeña en convertirme en el blanco de sus agresiones." Al principio, Molly consideró dejar la escuela. Luego imprimió todos los comentarios ofensivos e hirientes de Facebook, (tiene un software que le permite que la computadora le hable) y fue en busca de ayuda a la oficina del director. "Pensé: ya pasé por esto antes, ya he oído lo mismo con anterioridad, y la primera vez hui. Esta vez, necesito ocuparme de esto." El director sentó a Molly con la chica causante de las agresiones, y hablaron acerca de por qué pensaba que lo que decía Molly no era cierto, sobre las cosas que tenían en común. Ámbas comenzaron a almorzar juntas, y hasta hoy siguen en contacto. Molly decidió volver a una escuela normal (for sighted people) en el quinto año del polimodal. Rachel Stinson, una maestra integradora (entrenada para ayudar a los ciegos), ayudó en su reincorporación. Rachel pudo entender perfectamente a Molly - sus propios padres la sacaron de la escuela a causa del bullying. "Recuerdo haber estado muy angustiada por eso, la pasé muy mal. (broken down. Hecho mierda.) "Pensaba que siendo maestra, podría evitar que esto le ocurriera a otros niños." Rachel visitó la nueva escuela de Molly, y habló con los profesores respecto de las mejores maneras de apoyarla. Pero era Molly, quien al comienzo de la clase se paraba y decía: "Hey, soy Molly. Me gusta ir de compras. Me gustan los chicos. Me gustan las fiestas. No puedo ver, y estoy en su clase. Asíque por favor, dejen este asiento vacío para mi." Ella sabía que sería menos efectivo si quien les hablaba era Rachel. "Quería que vieran que yo era una chica corriente, como ellos." Con el propósito de generar consciencia, (crear hempatía,) Rachel les vendó los ojos a todos los compañeros de Molly, en su clase de gimnasia, y luego los envió afuera para que pudiesen percibir el mundo del modo en el que ella lo hacía. Una vez que estuvieron en los pasillos, se convirtieron instantáneamente en el blanco de las bromas. Otros estudiantes les ponían el pie para que se tropezaran, y luego les robaban los sombreros a algunos chicos. "Penséque habíamos hecho alguna diferencia aquel día, pero hay tanta ignorancia ahí afuera, que sentís como si estuvieses esforzándote en vano," comenta Rachel. (spinning your wheels in mud) Aunque Molly hizo muchos amigos en su nueva escuela, el bullying nunca cesó por completo. Un día estaba caminando por el pasillo con su mamá, cuando un grupo de chicos arrojó una botellita de kétchup y ppapas fritas en su camino, gritándole cuando ella tropezó: "Hey, cieguita, mirá por donde caminás." "Yo estaba acostumbrada, pero mi mamá estaba enojadísima. Entonces solo le dije: está bien, dejalos. Es algo con lo que tengo que lidiar, pero no pasa nada. Tengo amigos. Tengo confianza. Creo en mí misma, y se a donde voy en la vida." Molly terminó la escuela secundaria, y consideró la idea de ir a la universidad, pero sentía que todavía tenía que probar algo. Su hermano, Brady, gran fuente de inspiración, había viajado al África para trabajar en un horfanato, y ella quería hacer lo mismo, pero ninguna organización la tomaría, y entonces me encontró. A "Nosotros", creada por los co-fundadores de "Free the children." Molly fue invitada a participar en uno de los viajes de la juventud a Kenya, para ayudar a construir una escuela. Una vez allí, Molly habló en una escuela local para chicas, y descubrió lo próximo que haría. El pasado mes de septiembre, Molly participó de las conferencias de "We," y compartió su historia sobre la ceguera y el bullying con 20.000 personas en el "Air Canada centre," en Toronto. Antes de subirse al escenario, otro participante de la conferencia, (Martin Sheen), la lleva hacia atrás y le pregunta si está nerviosa, a lo cual asiente. Leabre la mano, y deposita allí un rosario. "Es de Egipto, y está elaborado con carozos de aceituna y plata." "Lo llevo conmigo en cada evento en el que participo" Durante su discurso, el público la premió con dos ovaciones de pie. Su familia también estaba de pie, aplaudiéndola hasta que sus palmas ardieron. "Verla y escucharla hablar era. Yo estaba asombrado," cuenta Peter. "Tiene una abilidad especial para inspirar a otras personas, y ayudar a otros que estén pasando por algo. No importa si se trata de alguna discapacidad, o el bullying, o cualquier otra clase de desafíos." Molly estaba abrumada con la respuesta de su audiencia. "Hace cuatro años atrás, nadie quería sentarse cerca de mí, y la gente pensaba que no valía nada. Ahora hay 20.000 personas de pie, apoyándome. Fue una sensación muy linda." No importa si habla en un evento multitudinario o en el gimnasio de una escuela, la respuesta siempre es la misma. Volviendo al gimnasio de la universidad St. Joseph, el público está fascinado. Cuando habla de su música, ellos corean su nombre hasta que canta la primera estrofa de una de sus canciones, "Déjalo ir." Su voz es clara y dulce, y cuando termina, el gimnasio explota en aplausos. Cuando llega el momento de las preguntas, las chicas esperan su turno ansiosamente para obtener el micrófono. Molly siempre recibe las mismas preguntas: ¿Cómo te aplicás el maquillaje? (Tiene stickers de diferentes texturas: uno más espumoso? Y otro más duro en una paleta de sombras de ojo, significa que es gris satinado, (Satin Taupe, como gris topo, esa sombra que tiene M.A.C, espero que ustedes entiendan), y un sistema de aplicación: tres golpecitos en su rubor, y luego tres en las mejillas, para asegurarse de difuminarlo correctamente.) ¿Qué ves cuando soñás? (Molly sueña con sonidos, aromas y emociones. Las memorias visuales suelen durar siete años, pero Molly ya las ha perdido. No recuerda cómo era ella (físicamente), ni cómo eran sus padres.) También quieren saber de qué se siente más orgullosa, y eso es complicado. Sentada en su alegre departamento en Toronto, con la cabeza de Guipsy apoyada en su regazo, Molly considera la pregunta. Sesiente orgullosa de haber salido de la depresión, de "Haberse amigado con su ceguera" (como haberlo aceptado, algo así), de tener su propia casa. El departamento prueba su independencia. Hay un aroma sutil a lavanda. ("Quemo incienso porque a pesar de que me encantan las velas, nadie se siente cómodo usándolas en mi presencia.") Todo tiene textura: los cojines de su sofá están cubiertos de piedritas, conchas y bordados. Incluso sus tazas están decoradas con espirales, yfiruletes de ese tipo. (raised bumps and swirls.) También hay un montón de cachivaches desperdigados por ahí. "Al no poseer estimulación visual, me gusta levantar las cosas, y poder apreciarlas sintiendo su textura." Pero de lo que se siente más orgullosa, es de cómo ha utilizado las cosas durísimas que le ocurrieron, para ayudar a otras personas. Se ha convertido en un modelo a seguir tanto por los que han padecido el bullying, como para quienes lo provocaban. "He conocido chicos que me han dicho: -Gracias por hacerme comprender que esto me ayuda a ser mejor, y que quizá pueda volver a ser felíz algún día." También se le acercaron chicos que provocaban el bullying, que le comentaban no haber sido conscientes del daño que podían causar. Y, que gracias a su historia, eso les motivaba a cambiar su proceder. Molly cree que la única manera de cambiar actitudes yprevenir la violencia es generando consciencia y comprensión, y el modo de lograrlo es compartiendo historias como la suya. Después de uno de sus recientes discursos, fue abordada por un grupo de chicas de su vieja escuela. Una de ellas tenía una hermana que había sido compañera de Molly en octavo grado. "La chica dijo, mi hermana me pidió que te dijera que ella no tenía idea de por todo lo que estabas pasando. Me dijo que lo sentía muchísimo." "Fue un momento increíble para mí, porque si ella lo pensaba, quizá otros también lo piensen." Nota: todos los errores que pueda tener esta traducción en cuanto a la fidelidad respecto del texto original, o gramaticales, "Fueron sin querer queriendo." Mi objetivo es compartir esta historia, y traté de que fuese lo más genuina posible. Si hay "Horrores" en lugar de mistakes, háganmelo saber para corregirlos a la brevedad. Les dejo el link del artículo en inglés. chatelaine/living/real-life-stories/blind-and-bullied-teenage-activist-molly-burke-shares-her-inspirational-story/ Traducción y difusión por gentileza de Ruth [email protected]
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 11:26:12 +0000

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