La escena: el callejón de al lado de mi casa. La hora: las nueve y media de la tarde, más o menos. Yo, sentado en la terraza, intentando acabar un encargo que no se termina ni a la de cuatro. De repente, empiezan a oírse gruñidos y golpes y lo que parecen gritos, a tal volumen que varios vecinos se asoman también a sus ventanas. Al cabo de un minuto paran, pero vuelven a empezar poco después. Intrigado (y agradecido por la excusa que me daba para soltar el ordenador), salgo a la calle, para intentar localizar el piso del que sale el ruido. Llegado al callejón, vuelvo a oír los golpes y los gruñidos, y por fin los identifico: alguien se ha colgado un saco de arena en su casa y está entrenando. Toda esta anécdota no tendría mayor interés si no fuera porque el gachó estaba entrenándose mientras veía la secuencia de entrenamiento de Rocky IV. A todo trapo. Repetidamente. No soy capaz de describir la mirada que me dedicó la vecina de debajo del "gimnasio".
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 11:07:47 +0000
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