La existencia de un hombre lobo me causaba mucha gracia. Cuando - TopicsExpress



          

La existencia de un hombre lobo me causaba mucha gracia. Cuando escuché aquel rumor tuve que contener la risa para no ofender a los que tenía adelante. Entiendo el origen de los cuentos y leyendas de terror que circulan en los medios rurales, pero me pareció muy curioso que aún creyeran en ellos, y más aún, que se aterraran al llegar la noche. Me alejé del grupo reflexionando sobre esas creencias; cuentos para asustar a niños que ahora generaban histeria colectiva. Seguí meditando sobre el asunto mientras caminaba en dirección a mi recién adquirida casa de campo. Andaba con la mirada baja y los brazos hacia atrás, en actitud reflexiva, como suelo andar cuando me hundo en mis pensamientos. Ya cerca de la casa elevé mi mirada y vi una luna llena levantándose en el horizonte. Grande y pálida era aquella luna, en la ciudad nunca la veía así. Estaba solo; una de mis sirvientas venía desde la ciudad tan sólo para limpiar, así que me preparé la cena yo mismo, el mundo culinario no me es desconocido. Acababa de llenar una copa de vino y la observaba a tras luz mientras la agitaba suavemente, cuando de pronto escuché un largo aullido. Confieso que me inquietó por un instante, dejé la copa sobre la mesa y escuché, en un intento por determinar de dónde venía el aullido, mas fue inútil porque el aullido cesó. Concluí sí que fue cerca, y que debía ser un perro grande. Pensé que aquel perro justificaba en parte la creencia de la gente de la zona, y consideré prudente cerrar bien la puerta, pues según los rumores el hombre lobo rondaba las casas, lo que para mí significaba que era el perro quien lo hacía. Fui a acostarme temprano. La habitación es pequeña y tiene una gran ventana baja, y esa noche la luz lunar entraba a raudales por ella debido a una cortina blanca y delgada. Estoy tan acostumbrado al ruido de la ciudad, que irónicamente el silencio del campo no me ayuda a dormir. Me levanté y fui hasta la ventana, descorrí la cortina y tendí la mirada por todo el campo que alcanzaba a ver. Estuve así un momento, observando la quietud. Después de bostezar un par de veces me volví hacia la cama y, había dado dos pasos hacia ella cuando escuché que golpeaban la ventana. Instantáneamente sentí un malestar y mi corazón se aceleró; eran los síntomas del terror. Voltee hacia la ventana y lo vi: tenía cabeza humana y cuerpo de perro, la mirada roja, como incendiada, y la lengua le colgaba fuera de la boca. Era enorme, tenía las patas delanteras apoyadas sobre el marco de la ventana. Me quemó no sé cuanto tiempo con su mirada. Finalmente se bajó y lo vi alejarse al trote por el campo. Partí con las primeras horas de la mañana. Mientras conducía por el camino crucé por el grupo de gente que me había encontrado el día anterior, los que me relataran los rumores sobre el hombre lobo, y entre ellos reconocí una cara, era el hombre lobo, aunque ahora lucía como humano. Al cruzar me miraron mientras sonreían.
Posted on: Sun, 25 Aug 2013 23:31:28 +0000

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