La muerte de la Virgen María, atribuido a José de Arimatea. Cuenta la Muerte de la Virgen María, Nuestra Señora había pedido al Hijo para advertir su muerte tres días antes. La promesa se mantuvo: el segundo año después de la Ascensión María estaba orando cuando el ángel del Señor se le apareció. Tenía en la mano una rama de palma y dijo: En tres días será su asunciòn. La Madonna llamado a la cabecera José de Arimatea y otros discípulos del Señor les anunció su muerte. "Viniendo del domingo, en la tercera hora, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles en una nube, Cristo descendió con una multitud de ángeles y dio la bienvenida el alma de su amada madre. Fue así que la luz y el esplendor del perfume dulce, mientras que los ángeles cantaban el Cantar de los Cantares en el punto donde el Señor dice: "Como el lirio entre las espinas, así es mi amada entre las doncellas" - todos aquellos que que estaban allí presentes se postraron sobre sus rostros mientras los apóstoles cayeron cuando Cristo se transfiguró en el monte Tabor, en su presencia, y durante una hora y media no había nadie capaz de levantarse. Entonces la luz se fue y con ella fue elevada al cielo el alma de la Virgen María en un coro de salmos, himnos y cánticos. Y mientras la nube se eleva, toda la tierra tembló, y en un instante todos los Caballeros vio claramente la muerte de la Santa María. » En ese momento Satanás instigó a los habitantes de Jerusalén, que tomaron las armas y se dirigieron contra los apóstoles para matarlos y apoderarse del cuerpo de la Virgen María, que quería quemar. Sin embargo, una pérdida brusca de visión que no puede aplicar los efectos y terminó chocando con las paredes. Los apóstoles huyeron con el cuerpo de la Virgen María lo llevó hasta el valle de Josafat, donde lo colocaron en una tumba: en ese momento - dice la Muerte de la Virgen María - los envolvió, y una luz del cielo, ya que cayó al suelo, el cuerpo santo fue llevado al cielo por los ángeles. Dogma El dogma católico fue proclamado por el Papa Pío XII, 1 de noviembre de 1950, Año Santo, a través de la constitución apostólica Munificentissimus Deus (incipit latino, traducido: "Dios generoso"). Es el último dogma, hasta el momento, proclamada por un Papa, después de los dos proclamado por Pío IX en el siglo XIX. [4]. Este es el paso final en el documento, con la definición dogmática solemne: "Por tanto, después de haber planteado más instancias suplicantes a Dios, y han invocado la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios Omnipotente, que ha vertido en la virgen María su favor especial en honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, a la mayor gloria de su augusta madre y la alegría y el júbilo de toda la iglesia, a la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, los santos Apóstoles Pedro y Pablo y Nostra, pronunziamo, declaramos y definimos dogma de ser Dios reveló que: la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, después de haber completado el curso de la vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial. Por lo tanto, si alguno, no lo permita Dios, debería atreverse voluntariamente para negar o poner en duda lo que ha sido definido por nosotros, sabiendo que no ha logrado la fe divina y católica. » (Munificentissimus Deus) La proclamación de este dogma es la única vez que un Papa ha hecho uso de la infalibilidad papal ex cathedra, establecido formalmente en 1870. Por tanto, la Iglesia reconoce que en esta ocasión concreta, el Papa proclamó el dogma ejerciendo el oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, y por lo tanto con el carisma de la infalibilidad.
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 03:25:17 +0000
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