La pregunta del millón: ¿ Qué y cómo ...volverá ...pero por - TopicsExpress



          

La pregunta del millón: ¿ Qué y cómo ...volverá ...pero por sobre todo ...¿ Qué hará ...de ahora en más ?... Aguantará los próximos dos años ??? -¿Cuántas respuestas traerá la Presidenta? Por Carlos Sacchetto notiar.ar La situación del país requiere un mando firme, resolutivo y muy activo, casi incompatible con los cuidados a los que deberá atenerse Cristina. Como esas grandes producciones de marketing que juegan con la incógnita y el suspenso para vender determinado producto, el regreso de Cristina Fernández a sus funciones de Presidenta de la Nación rodea de fuertes expectativas a lo que debería ser algo normal, sin tantas dudas e interrogantes. Está claro que si el Gobierno no quiso informar de manera más detallada sobre su verdadero estado de salud es porque generar ese vacío comunicacional le resulta más conveniente en términos políticos. De otro modo no se explica tanto silencio. Los funcionarios -y ella, por cierto- creen que mantener en ansiosa espera a la sociedad hasta revelarle los misterios que sobrevuelan desde hace más de un mes y medio a la jefa del Estado, contribuye a engrandecer su protagonismo y por lo tanto el interés de la gente en su persona. Siempre las cuestiones de salud de las figuras públicas producen curiosidad y compasión, una fórmula eficaz para que no se pierda el interés en ellas. Este caso no es la excepción. Sobre la salud de Cristina, lo que aseguran las fuentes cercanas a sus espacios personales es que la Presidenta no se expondrá como antes a situaciones de estrés y su reinserción será gradual y con muchas precauciones. Insisten en que ese es el consejo de los médicos, pero también su propia voluntad. Otro escenario Es cierto que desde el punto de vista personal la prioridad debe ser la salud. Pero nadie ignora que ante la excesiva centralidad política de Cristina, los problemas de gestión en su ausencia se han ido postergando y acumulando. Todos los mecanismos para la toma de decisiones pasan de modo exclusivo por ella y, como si eso fuera poca presión, el contexto ya no es el mismo. A partir de la derrota en las elecciones legislativas, donde casi el 70 por ciento del padrón nacional votó a candidatos de la oposición, su poder ha comenzado a mostrar signos de debilidad. También la realidad interna, tanto en el Gobierno como en el movimiento político en el que se apoya, es cada día más compleja. Se configura así un cuadro de situación que requiere un mando firme, resolutivo y muy activo, casi incompatible con los cuidados a los que deberá atenerse Cristina. Entre las cuestiones pendientes de mayor importancia están las imprescindibles correcciones que deben hacerse en el terreno económico y en las políticas sociales, por citar sólo dos. El crecimiento de la inflación, más en estos meses de mayor consumo por la proximidad del final de año, reclama medidas oportunas y prácticas para evitar un desborde peligroso. Es probable, dicen en la Casa Rosada, que la Presidenta encare el problema desde este lunes, cuando se reintegre a sus funciones, con algunos cambios que incluyen criterios y nombres diferentes. En cuanto a las políticas sociales, también desde el propio oficialismo se considera que hay necesidad de modificar algunos aspectos. Las advertencias de la Iglesia Católica y de la Corte Suprema de Justicia sobre el avance del narcotráfico en el país, están en línea con las conclusiones de una encuesta que encargó el propio Gobierno sobre la realidad social. Entre otras cosas, allí se afirma que en los sectores de mayor pobreza, que están en crecimiento, una gran parte de los jóvenes que no estudian ni trabajan encuentran en la venta de droga una oportunidad que no tienen en el mercado laboral. Eso se extiende rápidamente a familias enteras. Con apuro La Presidenta en su reaparición, también deberá dar otras señales. El próximo miércoles la Comisión Bicameral de Unificación del Código Civil y Comercial se reunirá para elaborar su dictamen y a la semana siguiente el Senado tiene previsto darle media sanción. La Iglesia, con la personal pero discreta intervención del papa Francisco incluida, pide mayores cambios al proyecto que el oficialismo no parece dispuesto a conceder. También otros sectores han planteado objeciones por lo que consideran un avance del Estado sobre la propiedad privada. El kirchnerismo señala en la iniciativa que “la propiedad tiene una función social y, en consecuencia, está sometida a las obligaciones que establece la ley con fines de bien común”. Sobre esa base amplia y difusa, cualquier gobierno en nombre del Estado puede cometer graves arbitrariedades. El interrogante no es superfluo: sabiendo que el nuevo Código regirá recién dos años después de sancionado, ¿es necesario acotar el debate a unas pocas horas? Hay mil preguntas más, pero hoy sólo una parece tener relevancia: ¿cómo y para hacer qué volverá la Presidenta al centro de la escena? Fuente: La Voz del Interior (Córdoba)
Posted on: Sun, 17 Nov 2013 19:16:58 +0000

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