La próxima elección presidencial va a pasar a la historia como la más bochornosa de la historia del país, y probablemente las que vendrán batirán el record una después de otra. Los cambios recientes que se han venido realizando a la legislación electoral, han seguido un patrón que en el país se ha venido dando últimamente de forma peligrosamente sistemática, que es legislar en favor de las “microminorías”, no en pos de sus legítimos derechos, sino que con el horizonte de otorgarle privilegios absolutamente contrarios a la democracia con tal de mantenerlas complacidas con fines macro políticos. Se presentan 9 candidatos a la presidencia, de los cuales 5 probablemente no representen el pensamiento, la preferencia o el respaldo del 99% del país. Algunos de ellos han hecho aseveraciones, postulado consignas y mostrado testimonios que denostan la política severamente e incluso han evidenciado algunos de ellos su desprecio a la democracia explícitamente, lo cual ya ni siquiera mecerse ser tildado de paradójico. Aun así, han tenido privilegios políticos y mediáticos de naturaleza francamente inaceptable, al punto que se cuestiona si realmente existió sentido republicano por parte de muchos actores de nuestro país que han dado cabida a esto. De las compañas y de los debates, ni hablar. Una verdadera chacota de gente aprovechando minutos de fama donde se disparan consignas ni siquiera filtradas intelectualmente. Sólo desde el punto de vista económico, que es del que me atrevo a opinar, realmente se han podido escuchar cosas grotescas. El daño que se ha producido al debate de ideas, algo importante en la política (aunque sin ser ingenuos, no fundamental), es evidente. Y lo más grave, es que el populismo, los fuegos artificiales, la carta bajo la manga y el “yo no vengo a vender, sino a regalar” se transformó en la única expresión de contienda de todos, sin excepción, los candidatos. Y no es culpa de todos, simplemente, no da para más: grita más fuerte o te quedas atrás. Lo más grave, a mi juicio, es que existe un delgado -pero continuo y evidente- elemento común en 8 de 9 candidaturas que es un aire rupturista que una vez más, al igual que muchos eventos que han ocurrido en el país en los últimos años, muestran equívocamente a un país que navega por el rumbo equivocado y que debe ser desmantelado para su refundación. Tal vez no de forma tan evidente como la primaria de la izquierda, que tuvo mucho de tongo mediático financiado por todo el país para mostrar a la candidatura de Bachelet como moderada (Con testimonial Gomez a la izquierda, Testimonial Velazco a la derecha más el premio de mejor segundo para la próxima elección, más Testimonial Orrego al norte conservador más el mejor tercero para la próxima elección), esta elección contiene elementos de tal nivel distorsionador que es difícil que exista un desenlace en que nuestro país gane. Y como el tema está de moda, vamos a ver qué pasa con el fin del binominal y otros subterfugios llenos de consignas para dar espacios a las “microminorías”, como el cambio de constitución. Como dice el refrán, camino al infierno está lleno de buenas intenciones…
Posted on: Tue, 05 Nov 2013 15:20:57 +0000
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