La quiso a ratos, en momentos, por instantes, la quiso a fin de - TopicsExpress



          

La quiso a ratos, en momentos, por instantes, la quiso a fin de cuentas, completa.Y con la misma intensidad que la quiso, la recordo.Quería recuperarla y no sabia de que manera llegar a ella con tanto tiempo de por medio, sus inseguridades estaban siendo mas fuertes que en su día lo fue su orgullo herido, aquel que ella destrozo, aparentemente no existía razón para ello, en el fondo el habría actuado de la misma manera, de ser al contrario. Ninguno pensó en el otro, sacaron sus armaduras repletas de egoísmo propio, de esperar a que fuese el otro, llegado el momento, se cansaron de que no pasara aquello que ya había pasado.No tenia motivos para llorarla, la rabia hacia el mismo le consumía, rabia por saber que siendo posible todo fuese imposible. Quiso culparla, sabia que no era así, que ella era toda una experta en caer en la cuenta en esos detalles que a cualquiera marcan, amante no desatada, no era estúpido, sabia que bajo las sabanas o sobre la cama, no quiso entregarse por completa a él, incrédulos los dos, se habían querido de todas las maneras posibles, con riñas de por medio, con lágrimas entre ellos.Y pasaron cuatro primaveras, cuatro otoños cayeron y al llegar el triste invierno, él la seguía llevando clavada en el pecho, no era solo un recuerdo, era ella, había mas pero ninguna semejante a ella, el resto podía suplir los defectos que ella tenía pero según transcurría el tiempo, seguía queriendo y odiando como en otras no pudo, cada uno de ellos.Él quiso perderla, dejarla ir, no perder la libertad que dicen que el amor ahuyenta, sabia vivir sin escuchar el sonido de su voz, no era la primera vez, ella tenia todas las respuestas a sus preguntas y él aun sabiéndolo conocía todos los porqués.Y él quiso negarse lo evidente, lo descubrió en el momento en el que ella, sin saber la razón, le dijo que nunca más volverían a verse, que debían de olvidarse, aun sabiendo que la quería, no hizo nada, la dejo ir, agachando la cabeza para no seguir los pasos de ella.Despierto sobresaltado, soñé que te perdía y al girarse hacia el otro lado de la cama, ve la silueta de tez blanca de una mujer que duerme dándole la espalda. ¿Quien es ella? Estúpida pregunta, es otra de las que pasan por mi vida, siendo meras pasajeras. No es quien necesito en mi día a día, es posible que la necesidad como hombre que soy, me haga desearla durante unas horas pero nada mas.Quiso matar a la soledad, no supo como hacerlo, todas a sus pies, ninguna era ella.Y hoy volvió a pensar en ella, recuerdos fríos y helados acompañan a su ausencia, presente en él como su fiel compañera. Intenta no recordarla pero todo la recuerda a ella. Es inútil, ir en contra de aquello que dicta el corazón, se dice a si mismo, arrepentido por todo el tiempo perdido.Y tal vez no supe hacerte ver como te quise por no aceptarlo ni yo mismo, no se a quien dirijo estas cartas, si a tu soledad, a tu ausencia o sencillamente a ti, pequeña.Incluso su ausencia, la recuerda.Y cuando ella ya se había marchado, se enamoro.Alguien le preguntó por ella, sonrío y por dentro se resquebrajo por completo.Y ella estaba allí, en cada recuerdo, presente aun queriendo ser pasado, él inerte cerraba los ojos para poder volver a acariciarla, intentaba recordar que textura tenían sus labios, siempre agrietados por el frío, quería ese calor que necesitaba, en sus brazos solo podía hallarlo.Lo intento pero no pudo, pudo culparla, no llegando a odiarla. Y es que ella era su mayor anhelo, esa necesidad impropia de un hombre, cubría sus vacíos, desterraba sus miedos, traía calma a su vida, cambios en su rutina diaria ¿Como olvidarla?.Y el se preguntaba ¿Como recuperarla? La conocía como pocos y sabia que ahora se había vuelto un casi que imposible. La deje ir, no hice nada por evitarlo, me quede escuchando el sonido de sus pasos, fui testigo mudo de su huida y con ello confirme sus dudas, que nunca la quise, que no la quería.No quise quererla, ahora que no esta, no quiero olvidarla.Pocas cosas en mi vida fueron tan sinceras como el sentimiento hacia mi ser por parte de ella.Y es ahora cuando creo que mi olvido llego a ti, cuando caigo rendido a tus pies, cansado de mantener vivo todo este tiempo un silencio tan callado.Y existen olvidos que nunca harán acto de presencia, por ejemplo, el de ella.Creía en el amor hasta que ella, se marcho para no volver.Hablaron de amor y no se pusieron de acuerdo no sabiendo que a ambos les unía un mismo sentimiento.Ella no era consciente de que alguien la quería y el no sabia cuanto lo echaba de menos.La busque, como solo el paso del tiempo me permitió hacerlo, di con ella, entre nuestros recuerdos.Me enfrente a todos mis miedos, menos a aquel que mas temía, llegar a sentir lo que ahora siento por ella.Lo peor ya lo viví, fue enfrentarme a mi vida, sin ti.Se querían y aun sabiéndolo ninguno hizo nada por intentar olvidarse del otro a pesar de no estar juntos.Y en todo este tiempo aprendí que mi error no fue perderte, fue dejarte ir, no saber como hacer que te quedaras.El paso de los días, se hizo mas pesado, faltaba algo, esas sensaciones que solo ella provocaba en su interior, faltaba alguien, ella...Ninguno de los dos fue inocente, ambos eran los únicos culpables de su fracaso, ninguno quiso arriesgarse, es probable que por miedo a extrañarse, nadie les advirtió que decidieran lo que decidieran, acabaría siendo así.Llegaron a desvestirse con la mirada, él sabia que nunca hizo el amor con ella, sus encuentros habían sido como con las demás, ella no lo permitió, en el fondo sabia que ella era otra mas a la lista a sumar.Mientras el tiempo siguió su paso, él siguió viviendo su propia vida, ya por mas que quisiera no podía ir tras los pasos de ella, las únicas huellas que ellos dejaron no fueron en el suelo, había vaciado una parte de su corazón.Ella no era consciente de que alguien la quería y el no sabia cuanto lo echaba de menos.Juro que lo intente que puse todo mi empeño en ello pero no tuve la suficiente fuerza de voluntad como para querer olvidarla.Y es probable que no la pueda querer más, no hablo de dejar de sentir, no soy dueño de mis sentimientos, si pudiera controlarlos tal vez ahora mismo no estaría queriéndola como la quiero, me refiero a no poder volver a decirle; Te Quiero... Y lo único que dejaron todas fueron las consecuencias del deseo, fueron muchas, prácticamente todas las que un hombre podría desear que pasaran por su cama, mujeres del deseo, así podría llamarlas, ella dejo algo mas, las secuelas en mi del desconsuelo, por no tenerla, por no saber de ella, por no ser todo cuanto, de quererlo yo, podríamos haber sido. Recuérdame Sonia Pérez
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 03:44:39 +0000

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