La raíz de los males del mundo —esto es, el origen de los - TopicsExpress



          

La raíz de los males del mundo —esto es, el origen de los mismos, pues causa eficiente primera no tienen— no es otra que la raíz del mal en general. Y esta raíz ni es psíquica, ni humana, ni mala. Es la imperfección inevitable de lo creado, privación respecto de nada constituido, simple límite del bien que no viola ninguna exigencia. La condición del ser creado que opone a su identidad una alteridad que él no es, lo expone a decaer. Los tomistas llaman a esta carencia interior potencialidad: aquello que se podría tener y no se tiene, y aquello que se tiene pero podría no tenerse. Esto da lugar a todas las pérdidas y rupturas. Todo aquello a lo que falta ser, puede faltar, puede fallar y puede caer en falta. La integridad perfecta y subsistente, causa de toda seguridad, supone una plenitud de ser que no existe ni puede existir sino en Dios. —No hay mal en ser solamente lo que se es, sino en serlo defectuosamente, dejando así de estar íntegramente constituido y mantenido en su naturaleza propia de ser. Pero el paso del primer caso al segundo siempre es posible. Dios mismo no tiene el poder de eliminar esa potencia en el ente cuya naturaleza la exige necesariamente, pues una tal eliminación es intrínsecamente contradictoria. Esto es un misterio impenetrable de Su Voluntad y de Su Amor. En los seres finitos libres, la defectibilidad implica la pecabilidad. En el plano social, ella implica la separabilidad del orden sobrenatural y natural, la potencialidad de revolución perversa, lo que podría, si se quiere, denominarse en un sólo término ‘subvertibilidad’. Esta existió siempre en la Cristiandad. La pecabilidad social radical, o ‘subvertibilidad’ es una cuestión tremendamente compleja en cuanto a sus leyes y condiciones, pero tiene su origen en la pecabilidad individual, y ésta en la defectibilidad del ser que se debe a otro. Si quisiéramos remontarnos más atrás aún en esta cadena: el debernos radica en el acto creador de Dios; si Él no nos hubiera creado no existiríamos ni nos deberíamos —no seríamos defectibles ni perfectibles, simplemente porque no seríamos—; El acto por el que somos a su vez radica en Dios mismo, Quien nos revela así de modo especial Su Majestad, Su Poder, Su Sabiduría y Su Bondad. (A éstas añádase Su asombrosa Humildad al librarse a Sí mismo al fracaso —relativo y provisorio, pero real— en muchos casos inevitables que se desprenden de comunicar Él Su inteligencia y Su libertad fuera de Sí.) Así llegamos a los siguientes corolarios: Los males del mundo tienen su primera raíz u origen en la criatura; su primera razón en Dios mismo (como la sombra la tiene en la luz); Dios no tenía por qué comunicarse fuera de Sí; una vez que decidió hacerlo, sólo podía hacerlo saliendo de Sí mismo, y todo lo que es externo al Mismo Ser Subsistente lleva aparejado el no-ser. Por supuesto, hay que complementar esta afirmación con otra igualmente importante: Si Dios se ha comunicado fuera de Sí, era bueno y digno de Él que lo hiciera; Y si era bueno y digno de Él hacerlo, era bueno y digno de Él todo lo que eso requería. Y aquí está incluida Su previsión y permisión de todas las consecuencias inicuas menores y particulares que desaprueba infinitamente, entre las que ocupa un puesto espectacular la Revolución anticristiana que Lo ataca directa y declaradamente. La deficiencia moral de todo pecado, incluido el pecado revolucionario de aversión al Orden Social Cristiano, no se extiende por los aspectos irrevolucionarios y cristianos de la personalidad de aquellos hombres contemporáneos que son irrevolucionarios y cristianos, ni por sus actividades irrevolucionarias y cristianas. Es falso que todo cuanto hay y ocurre en la actualidad está marcado por una corrupción moral; tampoco todo cuanto hay y ocurre por primera vez en la edad presente del mundo. En cambio es verdadero que en la edad presente del mundo hay y ocurren más iniquidades que en ninguna otra anterior de que haya registros históricos, y es verdadero que la moda, los hábitos y movimientos generales que prevalecen sobre las actividades y comunicaciones comunes del mundo actual, denotan corrupciones morales graves y profundas. pdfcast.org/pdf/irrevolucion-1
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 01:22:12 +0000

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