La tesis de Arendt sobre la banalidad del mal olvida el factor - TopicsExpress



          

La tesis de Arendt sobre la banalidad del mal olvida el factor formativo-ideológico de los asesinos nacional-socialistas. Todo verdugo es un ser ideologizado por quienes lo envían a matar. Claro que Eichmann (dijera lo que dijese) odiaba a los judíos. Tenía que odiarlos. Si no, no podía ser nazi. Los oficiales de las SS se formaron con Mein Kampff y los discursos de Hitler y Goebbels. Como los franceses de Argelia y los grupos de tareas de Videla se formaron con La Guerra Moderna de Roger Trinquier. No hay verdugos que se pongan al servicio de un régimen político maléfico sin que conozcan las razones por las que deben matar a los que matan. El principio central de una ideología asesina es excluir de la condición humana a quienes se propone aniquilar. Recordemos la frase de Camps: “Nosotros no matamos personas, matamos subversivos”. Esto les permite matarlos con más furia y pasión pero sin culpa. Arendt fuese, acaso, una periodista que deseaba ser original. Ofrecer algo que nadie ofrecía. En el film de Trotta, los del New Yorker, al arrepentirse por haberla enviado, dicen de ese concepto de la banalidad del mal: “¡Cómo iba a evitar no inventar algo novedoso! Tenía que ser distinta a todos”. No estaban equivocados.
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 08:32:17 +0000

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