La vida, como sabemos, es en líneas generales, un misterio. Discurrimos por ella ignorando sus resortes más básicos, no sabemos por qué nacimos donde nacimos, porqué aquí y no allá, por qué en esta familia y no en otra y tampoco sabemos cuando acabará el viaje y picaremos billete... Por eso, a medida que pasa el tiempo y cumplo años, cada vez admiro más a las personas que, en medio de tanta incertidumbre, toman un ideal a manera de brújula, una meta en su vida, una meta sana y constructiva, que dirige sus vidas, las regula, ordena el caos y contrubuyen a crear un espacio mejor para tod@s y transforman lo que se encontraron en un lugar más cálido, con habitable y con más contenido... En este sistema no hay clasismos, no hay metas altas o bajas, a todas admiro sin reservas. Admiro por igual al médico genial que gana el nobel, como al típico presidente de una peña que entrega su vida a mejorarla y a que sea un lugar de integración de tod@s sus vecin@s.. Admiro a los que sueñan y consiguen, a los que ven un palacio donde el resto ve un descampado...esta gente luego son las típicas personas que envejecen con dignidad, sin perder el pulso, sin crisparse los nervios, con serenidad, hondura y fé...porque no sólo han luchado contra la incertidumbre y el dolor, sino que lo han comprendido, asimilado y dado la vuelta...son los que dicen TODO ES PARA BIEN. Son l@s típic@s que cuando les llega la hora cierran los ojos y se dejan llevar, sin estridencias ni numeritos de última hora, mueren con el aplomo de los que han hecho el bien, os lo digo porque lo ví, cuando murió mi padre.
Posted on: Sat, 23 Nov 2013 13:16:42 +0000
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