Las Pasiones de Mariana (fragmento 11) Novela Erótica Basada - TopicsExpress



          

Las Pasiones de Mariana (fragmento 11) Novela Erótica Basada en Nuestra Historia Doña Mariana, me deja apabullado... no pos, lo que yo tengo de mis ancestros, me doy cuenta que no es nada. Y aparte, lo mío, todo es historia oral. Nunca he visitado archivos, y los tíos que me pasaron datos, jamás me comentaron al respecto. -Capitán... cambiando radicalmente el tema. Os ofrezco una disculpa, por haberos argumentado ayer, que Santiago fuese el intérprete oficial de la villa- Doña Mariana, pues fíjese que Santiago, podría ser de mucha utilidad para la causa, le pido hable con él, a ver si está dispuesto a ayudarme, en las diligencias que tengo pendientes, con algunas tribus. Digo, siempre y cuando usted esté de acuerdo, doña Mariana. -Perfecto capitán... mañana mismo hablaré con él- ¿Doña Mariana… éste caballete… por qué está tapado… es algo que está pintando… podría mostrármela? -Efectivamente capitán, es un personaje que apenas ayer principié a dibujadle, pero de momento no os puedo mostraros, incluso hasta tengo mis dudas si vos podéis veros, cuando lo termine- A caray... eso es doña Mariana. -Bueno capitán... supongo ya os aburrí, y tendréis que retiraros, pues seguramente mañana habréis de laborar mucho. Doña Mariana... desde que la conocí, usted no me ha aburrido en ningún momento, pues tiene un excelente sentido del humor, además, me ha estado contagiando, solo de bellos sentimientos, y de buena fortuna. -Lo acompaño a su caballo, capitán- Claro que si doña Mariana... encantado. Saliendo, no pude evitaros transportad mi mente a Europa, pues pringad tan fino y bonito como allá, así que mientras enfilábamos rumbo al caballo, increpadme si estaba molesta. Al contrario capitán.... estoy basto contenta -os respondí, agregando el motivo de mi ausencia, además aproveché para pediros, nos permitiera acompañadle en su diligencia, del día siguiente. Inmediatamente, os respondió que con mucho gusto, y que antes del amanecer, pasaría por nosotras, despidiéndose, muy cortésmente como siempre. De pronto, a medio montar... sacó el pié del estribo, saltándose al mismo tiempo del cuerno, para volveros tranquilamente hacia mí, otorgándome una hermosa mirada llena de paz. En ése preciso instante, la lluvia arremetéis con tanta intensidad, que difícilmente veía su rostro. Entonces... dio unos pasos, postrando su varonil rostro, a escasos milímetros del mío. Nuevamente entramos en conexión. Mientras tanto... el agua corría... Inexplicablemente, el capitán lentamente principió a deslizaros hacia abajo, al tiempo, que yo también hacía lo mismo, hasta que ambos terminamos de rodillas en el suelo. Otra vez, estábamos divinamente colocados, uno frente al otro, pero ahora, el espacio entre nuestros rostros, era ocupado por hermosas gotas de lluvia, que eróticamente escurrían sobre nuestros encendidos cuerpos. Yo no sé por cuánto tiempo permanecimos en esa posición, ni tampoco, nunca supe, él porque de arrodillaros, pero lo que si os puedo aseguradles. Es que todo ése tiempo, permanecimos sin pronunciar palabra alguna, y también os aseguro, que haber entrado ambos, en perfecta armonía bajo la lluvia. Es lo más romántico, y enternecedor que me sucedió... en toda mi vida. A día siguiente... antes de despuntar el alba, me despertó el relinchido de un caballo. Dios mío, qué pena, seguramente es el capitán, y yo aquí, aún echada. -pensé, así que a toda prisa, me arreglé, y antes del amanecer, partimos camino rumbo al norte. Antes de las ocho, llegamos al Río Bravo, prosiguiendo por todo su borde; por cierto, presentaba muchas curvitas; hasta finalmente parar, en una delta. Ahí el capitán, explicáis que estábamos a menos de diez kilómetros de distancia de la Loma de San Antonio, y que ése lugar, daba la impresión ser el lado norte del río, pero que realmente aún permanecíamos en la banda sur. Lo que pasa es que por tener tantas curvitas en forma de culebra, el codo en el que paramos, era un pico muy al norte. También comentad, que precisamente ahí, era donde el río tenía su menor dimensión, entre las bandas, y que no sobrepasaba los ochenta metros. Al estar habilitando la lancha, en que nos iban a cruzar, uno de los soldados, en las maniobras, accidentalmente, soltó un pesado fierro, de tal suerte que la embarcación, quedó completamente inoperante. El capitán, tomando las cosas con mucha calma, decid. -No se preocupe cabo, todos vimos que fue un simple accidente. Regresaremos al campamento para que la reparen, y ya mañana, volveremos. Inmediatamente os comenté, que por mi parte, estaba dispuesta a cruzar el río a caballo, o incluso, hasta nadando. Inmediatamente mami, exclamó, ¿a nado?.. ¡ni que estuvieras loca, Mariana!... yo de aquí, me regreso, y si quieres cruzar el río, tienes mi permiso, pero solo si lo hacen a caballo, Mariana. Así que mami, bien linda, se despidió, deseándonos buena suerte, regresando al Morillo, escoltada por tres soldados. Mientras tanto, el capitán trepadme en ancas, y… ¡Al agua patos!.. En el momento en que sentiros que el caballo dejad de tocaros piso, os abrasé fuertemente al capitán. Segundos después... decidí meteros mi mano derecha por debajo de su estómago, cogiendo con fuerza su cinto, mientras tanto, subí mi brazo izquierdo, entrelazándole en su axila, para sujetadme del cuello de su chaquetón, posición que restregaros mis pechos, contra su viril espalda. Yo no sé, qué sentid y pensaros el capitán, durante los cinco minutos transcurridos en el cruce, pero... dejadme decidles que me llené de gozo, disfrutando de la nobleza y perfección de nado del fino animal. De igual forma, con las caudalosas, y tranquilas aguas, abrazando todo mi cuerpo, exceptuando cuello y cabeza. El erotismo que pudo habedme encendido por tener en aparente posesión al capitán, ésta vez quedáis, en cero. Nunca podré olvidaros, el desfile de cabezas militares y ecuestres, cruzando el hermoso Río Bravo. Al llegar a la otra banda, todos nos echamos a reír de pura euforia. Y así, sin más... Enfilamos rumbo al norte. En unas horas, arribamos a una inmensa salina. El capitán ordenó detenernos. Santiago, bien lindo, saltad en el acto, y ayudadme a bajaros del caballo. Acto seguido, nos dispusimos a tomar un descanso, desensillando los caballos, menos el de Santiago, pues él siempre montad a pelo. Así, ya muy relajaditos... iniciamos un provechoso diálogo: Santiago.- Fíjense que orgullosamente os comento, que domino algunos de los procesos de explotación, de éste tipo de lagunas estancadas. La conservación de alimentos en temporada de sequía, es uno de los múltiples usos que se les da, a su infinidad de derivados. Capitán.- Efectivamente Santiago, aprovecho de una vez, para invitarte a colaborar con el cabildo, como intérprete oficial de la villa. Puesto, previamente sugerido, por doña Mariana. De igual forma, también podrías venir aquí, a aplicar tus conocimientos, pues posteriormente, estaré enviando cuadrillas que apenas pienso reclutar, para explotar éste lugar. Santiago.- Muchas gracias capitán. -Capitán... ¿a qué distancia estamos, de la Loma de San Antonio?- Capitán.- cuarenta kilómetros al norte, doña Mariana. -¿Ellos, qué papel jugáis en la salina, capitán?- Capitán.- Previo a la fundación, platicando con las tribus aledañas, incluidas las que ocupan ahora, la Loma de San Antonio, llegamos en común acuerdo que, como la salina es enorme, podrá ser explotada por quién desee trabajarla. V Soldado Thorivio Zamora.- ¡Mi capitán!.. ¿me permite?.. Capitán.- Adelante, Zamora. Soldado Thorivio Zamora.- Mis ancestros trabajaron como esclavos, en éste tipo de lagunas, en Real de las Salinas. Actualmente, sus descendientes ahí continúan trabajando, pero ahora como mulatos libres, entre ellos, mis sobrinos y primos, mismos, que tal vez podrían venir a trabajar aquí. Si usted me da licencia, yo podría persuadirlos a que se sumen a sus cuadrillas, mi capitán. Capitán.- Excelente propuesta Zamora, a partir de ya, quedas comisionado para la diligencia sugerida. Soldado Thorivio Zamora.- ¡Así lo haré... muchas gracias, mi capitán!.. Y así, tras la propuesta, el joven soldado, en ese mismo momento, partid él solito, rumbo al Nuevo Reino de León. Días después, surgiría una de las primeras comunidades de raza negra en Reynosa… Los Zamora... Posteriormente, llegarían otras familias, también de raza negra, como los; Treviño, los Ochoa, los de Luna, los Munguía, los Espinosa, los Gonzales, los Villanueva, los Bocanegra, los Olivares, los Vetancur, y los Fonseca. Pero de ellos, os platicaré más adelante, mientras tanto, continuaré con mi relato................ (continuará) Papá del Pato
Posted on: Thu, 07 Nov 2013 09:30:35 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015