Las imágenes de Ajenatón no tratan de ser realistas sino - TopicsExpress



          

Las imágenes de Ajenatón no tratan de ser realistas sino afirmaciones ideológicas y teológicas sobre la relación entre Hapy, personificación del Nilo, hombre barrigón con pechos caídos, forma andrógina, y el rey con rasgos femeninos, símbolo de fertilidad. También Shu, padre de Gueb en su forma primitiva, la tierra, hombre asociado al aire, que en los días de la creación del mundo separó el cielo Nut de la tierra Guept interponiéndose entre ambos, está representado en el tocado de otra estatua del rey a través de las cuatro plumas derechas de avestruz. Además, el nombre de Ra Hur Ajty está grabado en el hombro. La religión amariense no fue tan diferente de la religión existente en Egipto desde su prehistoria, siendo su intención servir a la realeza para recuperar modelos anteriores en los que el poder real era prácticamente absoluto. Las razones por las que Ajenatón realizó su reforma religiosa son variadas; un deseo de liberarse del todopoderoso clero de Amón, el Invisible, establecer una misma religión, pero casi sin clero, y una representación divina, Atón, el Evidente, el Aparente en todas las cosas, que pudiera ser adoptada por todos los pueblos. La religión egipcia ha superado las fronteras de la egiptología señalándose las similitudes entre el salmo 104 y el himno a Atón. Pero, durante el Imperio Medio había también similitudes entre el salmo 104 y el himno a Hapy; salmo 104; 10 Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes; 11 Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses. 13 El riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. Himno a Hapy, compuesto durante el Imperio Medio Salve, Hapy, tú que has surgido de la tierra, que has venido para dar la vida a Egipto! Oculto de naturaleza, oscuro en (pleno) día Leche del Alto Egipto que irriga los campos Creación de Ra para vivificar a todo el que padece sed Que sacia al desierto (cuando) desciende el rocío del cielo Bienamado de Gueb, que gobierna a Nepri Que hace prosperar las artes de Petah. Los desconocedores de la religión cristiana podrían pensar que existen numerosas divinidades, encarnadas en santos y vírgenes, aunque por encima de todos está una única divinidad. Eso mismo se podría extrapolar a la civilización egipcia: una gran representación divina, figura sagrada o muestra de la facultad creadora de Dios, que domina el panteón, íntimamente relacionada con la realeza y el Estado, por lo que esta figura es representada y mencionada en las edificaciones religiosas y fúnebres. La dinastía gobernante utiliza, promociona y fomenta el culto a uno de los atributos de Dios con el fin de determinar la política a seguir y de dotarse de una legitimidad: Ra en el Imperio Antiguo, Montu en los comienzos del Imperio Medio y Amón en el Imperio Nuevo, y en el caso de Ajenatón, Atón. Si nos fijamos en los preceptos de la religión egipcia, comprobamos lo siguiente: la realeza surge con la creación, el mito de Osiris y Set está incluido en la cosmogonía de Heliópolis, en la que también se encuentra el caos, el desorden, encarnado por Set. En el marco ideológico el orden y el caos aparecen juntos, lo que justifica la existencia de la realeza. Es la principal ideología religiosa que el Estado egipcio transmite a la sociedad: el Faraón mantiene alejado el caos, encarnado en el desierto y sus habitantes, al mismo tiempo que propicia el bienestar económico. Los faraones de la XVIII dinastía proclaman su linaje directo con Amón, excepto Ajenatón con Ra Hur Ajti, y adoptan una actitud heroica, dirigiendo a la sociedad y al ejército, todo ello con vistas a recuperar el prestigio y el carisma que habían ido perdiendo a lo largo de los siglos. Los nobles y los funcionarios en la XVIII dinastía se dirigen directamente a los nombres divinos de los atributos de un único Dios, ya no lo hacen a través de los reyes como en periodos anteriores. En los textos y en las escenas, el rey se limita a refrendar lo que el noble establece, dice o representa en su tumba, estela o dedicación a los templos. La idea de que el rey en Egipto siempre ha sido considerado como un dios debe abandonarse, ya que era considerado sacro. Samir Hiweg, guía turístico de habla hispana, Egipto.
Posted on: Wed, 13 Nov 2013 17:38:16 +0000

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