Las nuevas leyes dejaron a Sonny Crockett y a Tubbs con las manos atadas y, bastante indignados, dieron un portazo en el despacho del teniente Castillo. Durante un rato se les ocurrió dimitir, ya que el caso estaba resuelto y al final nadie iba a ir a la cárcel, pero se les quitó en seguida. La cosa estaba malita. Un par de días después Michael Knight, tristón, vendió a Kitt por una miseria porque entre las zonas verdes, la gasolina y la multa que le pusieron la última vez que utilizó el Turbo Boost, ya no le daba para vivir y, aunque quien tiene un amigo tiene un tesoro, quien tiene un coche fantástico tiene un agujero en los bolsillos. Eso es así. En aquellas mismas fechas se disolvió el equipo A. Resulta que Hannibal se había metido en un plan de pensiones que resultó ser una estafa y se tuvo que poner a currar en serio, a su edad. Al despedirse, M.A., que siempe fue un cascarrabias, no pudo reprimir un tú y tus dichosos planes... pero acto seguido, como siempe fue un sentimental, le regaló un abrazo y se fue a su furgoneta. Allí le esperaba Murdock, que se había ido a vivir con él cuando cerraron el manicomio por culpa de tantos EREs. Tanto vales, tanto EREs. Un poco antes, como unos dos meses, Sam Malone decidió traspasar el bar. Cliff no pasaba por allí desde los despidos en correos y, sin él, Norm se sentía muy solo en aquella barra infinita. ¿Nos vemos mañana?-le había preguntado Sam la última vez que se vieron. Nooooooooorm-respondió él. Durante esa época Mc Gyver vivía de lunes a viernes a base de chapuzas a domicilio y los sábados recorría los barrios con un pito en la boca, afilando navajas suizas. Los domingos los dedicaba a estudiar, cosa que de todas formas siempre le había gustado, por aquello de ampliar el currículum. Con espía de élite nivel alto no conseguía ningún curro. Fue el tiempo en que el profesor de danza Leroy Johnson, sentado en el aula vacía, llegaba a la conclusión de que, aunque la fama cuesta, ya no se busca en una escuela de arte sino en un programa de tv. Luego dió un salto mortal con triple tirabuzón mezclado con una pardelera doble, apagó las luces y se fue a casa. Ocurrió todo más o menos a la vez, justo después de que cerraran Valle Secreto. Sus monitores, ex-niños de los ochenta que se habían criado en aquel campamento, le pusieron un candado a la puerta convencidos de que el mundo había cambiado... de más.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 14:08:33 +0000
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