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Libros de Ecija Diario Eclesiastico, Necrologico y Social en la Iglesia Mayor de Santa Cruz ( 1623 - 1835 ) D. Ramon Freire Galvez (Edición 2.000) Libro Diario Eclesiástico, Necrológico y Social en la Iglesia Mayor de Santa Cruz. LIBRO DUODÉCIMO Página 41. En los meses de Mayo, Junio, Julio y parte de Agosto de este año de mil setecientos y treinta y ocho años, era tal la multitud de enfermos de tabardillas, que se hacían en esta Iglesia Mayor todos los días veinte, veinte y ocho, treinta y nueve, cuarenta y una y cuarenta y cinco sacramentaciones, algunos días habiendo venido cuatro eclesiásticos, dos seculares y dos regulares a ayudar a los curas y tenientes de esta Iglesia. Página 85 a 87.- 4 de Marzo de 1740. HONRAS DEL MUY SANTO PADRE CLEMENTE DUODÉCIMO. En cuatro de Marzo de mil setecientos y cuarenta años, en virtud de carta orden del Excmo. Sr. Don Luis de Salcedo y Azcona, Sr. Arzobispo de Sevilla, del Consejo de su Majestad, por la cual ordenó al Sr. Vicario Don Francisco Luis de Caracena, las honras de Nuestro muy Santo Padre Clemente Duodécimo, en la forma ordinaria, en cuya virtud juntó la universidad de esta ciudad y habiendo leído la carta a dichos señores de la Universidad en la parroquia de Santa Bárbara, se señalaron por diputados de dicha función a Don Jospeh de Maqueda y a Don Juan de Rivera, beneficiados de la iglesia de San Gil y a Don Pablo de Thena, beneficiado de la iglesia de San Juan y entendida por el estado y universidad dicha orden, se acordó que el día siguiente que fue el cinco de dicho mes demarzo se doblase desde las doce del día hasta otro día a la misma hora, con cuarenta redobles con las campanas mayores, que es la señal, alternando los esquilones a media vuelta, cuya noticia participó el Sr. Vicario a todos los conventos y comunidades para que luego que se oyesen la señal de esta Iglesia Mayor acompañaran el doble las dicha veinte y cuatro horas. Y en este día señaló el día nueve de marzo para celebrar las honras que se ejecutaron en la forma siguiente: En diez de marzo de este presente año de mil setecientos y cuarenta, se celebraron en esta Iglesia Mayor por el venerable estado y universidad las honras de nuestro muy Santo Padre Clemente Duodécimo que murió el día seis de febrero de dicho año. Se convidaron las comunidades, excepto la del Valle, para que el día nueve por la tarde viniesen a cantar la vigilia y el día diez por la mañana misa de responso, como tienen obligación. No se les dio cera que cada comunidad la trajo. Se hizo un túmulo de cinco cuerpos con la pira vestida color de carmesí con frontales y frontaleras y bordaduras muy ricas; en el primero cuerpo sirvieron los tres frontales y frontaleras doradas de los altares mayores de esta iglesia, el de Santiago y el de San Juan. Y en la cara de adelante la frontalera dorada del altar de las cuarenta horas de Santa María. En el segundo cuerpo la frontalera dorada del altar de Nuestra Señora de la Soledad del Carmen y las tres frontales y frontaleras doradas de los altares mayores del Carmen, San Agustín y Santa Bárbara. En el tercero cuerpo la frontalera dorada del altar de San Judas de Santa Bárbara, las dos frontaleras doradas de los colaterales de la capilla mayor de San Agustín y frontal y frontalera del altar del Dulce Nombre en Santa María. En el cuarto cuerpo la frontalera dorada del camarín de esta Iglesia y las tres frontaleras doradas del Sagrario de Santa María y estos se vistieron con paños de púlpito de carmesí bordados. En el quinto cuerpo una pira que se forma y se viste con el palio de la Hermandad del Sr. San Pedro y encima de dicha pira se pusieron dos almohadas de terciopelo carmesí y sobre dichas almohadas se puso la tiara de San Pío Quinto de Santo Domingo y las llaves de plata de Nuestro Padre San Pedro. El primero cuerpo se adornó con blandones de plata de esta Iglesia y dos del Carmen para el altar de celebrar. El segundo cuerpo con las de Santa María, el tercero con las de Santa Bárbara, el cuarto con cuatro de Santa María y Santa Bárbara. La pira se formó sobre un banquillo de vara y media de alto cubierto con una colcha y encima dos almohadas de terciopelo carmesí con borlas y encima una capa pluvial blanca, mirando la casulla a el Altar Mayor y las caídas de la cenefa a el coro y encima una tiara blanca con dos llaves cruzadas, se adornaron los blandones con cera de a dos libras, se alfombró la circunferencia del túmulo, se pusieron en el suelo en las cuatro esquinas del túmulo cuatro hacheros dorados que perfilaban con los blandones de el túmulo la continuación en el suelo otros ocho hacheros tallados y dorados, se quitó la crujía, se sacó el facistol del coro donde se duplicaron dos ordenes de bancas, se previnieron sesenta bancas para las comunidades. Los dos colaterales, capilla de Jesús Nazareno, la de los Mármoles y el Sagrario se pusieron en todos los altares de la Iglesia dos de las de a libra. En cada una dijo la misa con terno negro el Ldo. D. Francisco Luis de Caracena, Vicario y Juez de Testamentos de esta ciudad, cura y beneficiado más antiguo de esta ciudad y examinador sinodal de este Arzobispado; se vistió de diácono Don Pedro Lozano, beneficiado de Santa Bárbara y de subdiácono Don Pedro Thamariz, beneficiado de esta iglesia mayor-, se cantó la vigilia el día diez de dicho mes por la tarde, con pluvial y dalmáticas negras, circundando el preste el túmulo en el responso con asperjes y incienso como es costumbre, se puso la Cruz a el lado de la Epístola de la parte anterior del túmulo. Y este día se cantó la misa de réquiem que es la primera con sus oraciones Pro Papa. No se repartió cera de manos del estado, no hubo sermón, ni se convidó la ciudad. El costo de lo referido se repartió a las fábricas y asistió a todo la música, de todo lo cual doy fe y para que así conste lo firmé.- Juan Josep de Caracena. Páginas 137 y 138.- 9 de Julio de 1741. HONRAS QUE EN ESTA IGLESIA MAYOR DE SANTA CRUZ SE LE HICIERON AL EXCMO. SR DON LUIS DE SALCEDO Y AZCONA, DIGNÍSIMO ARZOBISPO QUE FUE DE ESTE ARZOBISPADO DE SEVILLA. En la ciudad de Écija a los nueve días de el mes de Julio de mil setecientos y cuarenta y uno años, habiéndose juntado la venerable universidad de dicha ciudad de Écija para asignar el día en que se habían de celebrar las honras del Excmo. Sr. Don Luis de Salcedo y Azcona, Arzobispo que fue de este Arzobispado, dichos señores determinaron que el costo de dichas honras se sacase de los caudales de la venerable Universidad, para cuya dirección nombraron por diputados a Don Josef de Maqueda. Don Pedro de Carmona Thamariz, beneficiado de esta Iglesia Mayor, a Don Ignacio Meñaca, beneficiado de la de Santa María y a Don Juan de Salas Guerra, beneficiado de la de San Juan, los cuales mandaron hacer un túmulo de cinco cuerpos con la pira y que en ella se colocase báculo y mitra y se ejecutaron en la forma siguiente: El día diez de dicho mes y año por la tarde, habiendo precedido convite de la diputación a todos los eclesiásticos de las parroquias y a todos los prelados y comunidades de las religiones, excepto la de Gerónimos y Carmelitas Descalzos, concurrieron en esta Iglesia Mayor a cantar una vigilia y responso cada una de las comunidades de la venerable universidad, cantó asimismo vigilia y responso, asistiendo la música y todas las funciones y teniendo la capa el Sr. Vicario de esta ciudad. El día once de dicho mes y año por la mañana volvieron cada una de las Comunidades a cantar misa y responso, habiendo dicho la misa el Sr. Don Joaquín de la Pradilla, canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla y de diácono Don Francisco Luis de Caracena y de subdiácono Don Salvador Ramos, beneficiados de esta Iglesia Mayor. Predicó el Muy Reverendo Fray Marcos de San Josef, Prior de este convento de Carmelitas Descalzos de esta ciudad, a quién se le dieron de limosna diez y seis pesos de a quince reales. Asistieron los prelados de las religiones a la misa y sermón a quienes se le pusieron bancas delante del coro de todo lo cual, como cura de dicha Iglesia. doy fe y para que conste lo firmé. Juan Josef de Caracena. Páginas 145 a 149.- 7 de Septiembre de 1741. HONRAS QUE EN ESTA IGLESIA MAYOR DE SANTA CRUZ SE HICIERON POR EL VENERABLE CLERO AL EXCMO SR. DON LUIS DE SALCEDO Y AZCONA. ARZOBISPO QUE FUE DE LA CIUDAD Y ARZOBISPADO DE SEVILLA. En la ciudad de Écija a siete días del mes de Septiembre de mil setecientos y cuarenta y uno años, se celebraron en esta Iglesia Mayor de Santa Cruz. por el venerable clero de dicha ciudad, las honras del Excmo. Sr. Don Luis de Salcedo y Azcona. Arzobispo que fue de la ciudad y Arzobispado de Sevilla, para lo cual fueron nombrados diputados por dicho venerable clero Don Benito Antonio de Saavedra, Cura de esta Iglesia Mayor. Don Juan Miguel Thamariz y Fuentes, cura de la parroquia de Santiago, Don Joseph de Maqueda Colorado, vicebeneficiado de esta Iglesia Mayor, quién por no haber admitido dicho cargo se nombró a Don Alonso López Lozano, presbítero y a Don Ignacio Casimiro Sevillano, vicebeneficiado de la parroquia de Santiago, que no estaba presente, el que por no haber tampoco admitido, cuando se dio cuenta recayó el expresado empleo en Don Juan Tirado Rojano, presbítero, la cual nominación se hizo junto y convocado el venerable clero por el Sr. Vicario de esta ciudad así para este fin, como para señalar el día en que se habían de celebrar dichas honras y determinar todo lo demás concerniente a la expresada función, en virtud de despacho del Sr. Don Miguel Bacareli y Osma, Deán y Canónigo Coadjutor de la Santa Iglesia Parroquial de la ciudad de Sevilla y Provisor y Vicario general en ella y su Arzobispado. Esto, en caso de que no se conformase, como de hecho no se conformó la mayor parte del clero con lo acordado sobre este punto los señores Vicebeneficiados, expedido y ganado dicho despacho por el venerable clero en dicha ciudad de Sevilla a los veinte y siete días del mes de mayo del presente año, a el tiempo de recibirse, aprueba el pleito que con dichos Vicebeneficiados está pendiente sobre querer ser solamente convocados para disponer y dirigir las funciones de honras que se hayan de celebrar por los sumos pontífices, señores arzobispos, señores reyes y otras funciones generales tocantes y pertenecientes a dicho clero, y que este solo haya de ser convocado para asistir a las funciones por dichos señores Vicebeneficiados, cuya litis tuvo examen y dimana de la Junta que el Sr. Vicario, que entonces era, celebró con los Vicebeneficiados para disponer las honras de nuestro Muy Santo Padre Clemente XII que constan al folio 85 de este libro, en las que solo convocó al clero para la asistencia, ignorando, según consta y parece de varias certificaciones que se hallan presentes en dichos autos, sacadas de los libros del archivo de esta Iglesia Mayor en la práctica y estilo. Y despojando el venerable clero de la posesión inmemorial en que parece ha estado de ser convocado para dirigir tales funciones, y aunque para celebrar estas honras, fue señalado el día veinte y siete de junio de este dicho año, no tuvo efecto, por no haber el señor Vicario condescendido con que las fábricas de las parroquias diesen para su costo como ha sido estilo, de lo que tomo testimonio y con el que se saca de este libro, folio 137, de las honras, que de sus caudales hicieron los señores Vicebeneficiados al mismo señor Don Luis de Salcedo y Azcona, se recurrió de nuevo al Sr. Provisor, quién por su auto de veinte y nueve de Julio de este dicho año mandó que al no haberse celebrado las honras generales por su prelado, debe celebrar el venerable clero y haber consentido y dado lugar dicho Vicario a que celebren otras con solemnidad a nombre de los dichos Vicebeneficiados, sin perjuicio de proceder contra los culpados a sacar la multa con que se les conminó por el despacho antes mencionado, que fueron de doscientos ducados a cada uno que embarazase o contraviniese a lo mandado y que pasaría desde luego ministro a sacárselos. El Vicario juntara al clero y junto se determinare por este de nuevo día en que se habían de celebrar dichas honras, mandando asimismo que hubiesen de ser hechas con la misma decencia que las que se hicieron en esta Iglesia Mayor el día veinte de diciembre del año pasado de mil setecientos diecisiete. Costó 72 reales, de uno de los libros de difuntos por el Eminentísimo Sr. Don Manuel Arias, repartiéndose su costo a proporción a todas las fábricas de las iglesias parroquiales de esta ciudad, prestando asimismo las alhajas que cada una de las iglesias parroquiales tuviesen para el aparato y pena de veinte ducados a cada uno de los eclesiásticos seculares que a la asistencia faltase y pena asimismo de doscientos ducados al Sr. Vicario si así no lo ejecutase y dándole facultad en tal caso, a cualquier presbítero que con el despacho fuere requerido para que pusiere su comisión en práctica, lo cual todo fue obedecido prontamente por dicho Sr. Vicario, cumpliendo en todo y por todo con lo que el despacho manda hacer. A lo cual juntó y convocó al clero y por él se señaló el arriba mencionado día siete de septiembre para celebrar las honras y repartió a las fábricas la misma cantidad que en las expresadas del Eminentísimo Sr. Cardenal Arias, que fueron 1.462 reales en esta forma. A la fábrica de la Iglesia Mayor 360, a la de Santa María 360, a la de Santa Bárbara 210, a la de San Juan 210, a la de San Gil 60, a la de Santiago 262. Dicho aviso a todos los eclesiásticos con prevención de la multa, en cuya virtud de celebraron las honras en la forma siguiente: Habiendo precedido convite de la diputación hecho a todos los prelados y comunidades de esta ciudad, excepto la de Gerónimo y Carmelitas Descalzos, asistieron el día seis por la tarde en esta Iglesia Mayor a cantar vigilia y responso y el día siete por la mañana a cantar misa y también responso, para lo que se dio cera a todos los religiosos. El venerable clero canta asimismo el día seis por la tarde vigilia y responso y el día siete cantó la misma el Sr. D. Antonio Borrego y Villalba, Vicario de esta ciudad. Se vistieron de diáconos Don Ignacio González de Meñaca, vicebeneficiado de la parroquia de Santa María y de subdiácono Don Juan Franco de Rivera, vicebeneficiado de esta Iglesia Mayor, a quién para ello convidó dicho Sr. Vicario. Hubo sermón, el que predicó Don Alonso López Lozano, Presbítero comisario por el Tribunal de la Santa Inquisición en la Roa, al cual se le dieron de limosna diez y seis pesos de a quince reales. Se quitó la crujía y entre los dos púlpitos se formó un túmulo de cuatro cuerpos, vestidos de encarnado y en la mediación del cuerpo cuarto, en la cara de adelante, se colocó un escudo con las armas de su Eminencia el Sr. Arzobispo difunto, después se hizo una pira o pirámide vestida con un telliz encarnado sobre el cual se colocaron dos almohadas de terciopelo carmesí y sobre ello una mitra, y al lado siniestro un báculo. El altar mayor se vistió de negro, los paramentos de la misa, manga y paño de púlpito fueron asimismo negros. La cera del túmulo fue blanca, la del altar mayor y demás altares de la iglesia fue amarilla. La nave del medio y colaterales de la iglesia estuvieron vestidos de encarnado conforme al túmulo. Se previnieron bancas así para formar diversos coros en las dos naves de los lados de la iglesia y algunas de sus capillas, como otras señaladas N destinadas delante del coro para los prelados de las religiones que asistieron a la misa } sermón. Se celebró la función con asistencia de la música a todos los acto, de ella. La señal del doble se hizo en esta Iglesia Mayor el día seis a las doce del día. con cuarenta redobles solemnes con la campana mayor y después alternando con la, demás a media vuelta se prosiguió hasta el día siguiente. Acabado el responso. lo mismo ejecutaron las demás parroquias, a lo que acompañaron todos los conventos de religiosos y religiosas: de todo lo cual se dio cuenta al Sr. Provisor por mandarlo así en su despacho Su Señoría. Y para que conste, lo firmé en Écija a los siete días del mes de Septiembre de mil setecientos y cuarenta y un años. Andrés García.- Firmado.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 07:06:05 +0000

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