Llegue a casa; mamá cocinaba, papá leía, mi hermana jugaba y mi hermano usaba su computadora. Entré, parecía un fantasma. Nadie notaba que yo estaba ahí, que yo había llegado. Era invisible para todos. Saqué ropa de mi armario y decidí ir al baño. Entré, cerré la puerta y me recargue contra ella, yendo hacía abajo hasta al piso. Al terminar de caer, abracé la ropa contra mí. Y empecé a llorar en silencio... Trataba lo más posible por que mis sollozos fueran insonoros, pero a veces eran demasiado altos, destrozados. Aún así: nadie me escuchaba. Y no lo quería. No quería ser escuchada. Me levante, la cabeza dolía y mi cuerpo temblaba. Mis ojos se sentían pesados y era obvio que estaban rojos por llorar. Entré a la bañera, solo así. No me importo quitarme la ropa, no me importo nada de eso y abrí la regadera. El agua cayó por mi cuerpo haciendo que me sintiera relajada. Me senté. No podía durar parada. Empecé a tararear esta canción, ¿cómo se llama? no lo recuerdo, pero dice algo: "ven y canta, sigue cantando..." con un ritmo alegre. Mi voz sonaba gruesa por el llanto, pero yo hacía lo posible por sentirme mejor. Yo misma, luchaba por ser feliz. Lo hacía. Seguí cantando, aunque la letra no sea correcta, aunque el ritmo se perdiera, aunque estuviera dañada, llorando. Me recosté. Cerré los ojos y deje que mi mente viajará a los recuerdos: a la felicidad... A lo que yo más deseaba. εїз
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 21:06:12 +0000