Los gooualas prefieren a los que se quedan Tenían razón - TopicsExpress



          

Los gooualas prefieren a los que se quedan Tenían razón Fernando y Mónica, salir a encontrar gooualas reclama ciertas condiciones, aparte de nosotros LUcky, que los buscamos con la Gary, casi les acepto la necesidad de sombrero de corcho, de tules y de parasoles. Ellos, de la misma pampa, tanto así que se presentan como los de CavaPampa, querían el sol y el vino. A pesar de un junio que por almanaque es invierno el sol estuvo y el vino, por supuesto, también. Empezamos con un vecino de aquí no más, Don CArmelo Patti, con su vieja, mucho más vieja que él mismo, bodega, con la que fácil podría hacer 300 000 litros pero, de ninguna manera hace más de 40 000, se queda ahí, en esa medida. La señal de que los gooualas siempre tienen la última palabra la da la mirada atenta al llenado final de la botella y el estado del corcho. Don Carmelo espera de sus vinos una larga, muy larga vida, mejorándose año tras año y de ninguna manera va a poner en riesgo ese par de décadas por el apuro de dar por terminada la tarea. Luego, y ya te conté, fuímos donde Angel Mendoza, donde los gooualas se instalaron para siempre, Don Angel, tiene un truco, el mejor de todos para ganarle al tiempo, ya las nietas juegan en la vendimia y él ya sabe, lo desparramarán por las viñas y será vino. Fuímos donde familia Cechin, y Alberto, que cuida una historia de cien años, no tiene dudas, sin agroquímicos, si no necesita aprender más que lo que su padre aprendió del suyo. Por supuesto, que los gooualas aman las fiestas, son pretenciosos y que la vida es risa, es conocido de siempre, si por eso en los festejos y en las promesas, los espumantes, entre nosotros, champagnes. Y ahí está Don Pedro Rossell, al que los gooualas se le suben encima con la música, la gastronomía, y ni hablar del ballet. Lo de él es muy decidido, la complejidad, terminar con las respuestas fáciles y los apuros. Y como final de fiesta fuímos donde Roberto Rosas, un carpintero que a los treinta años eligió la chapa para ser escultor, justo llegamos antes de su cumpleaños setenta y cinco y te digo LUcky, ir allí, a BErmejo, a la larguísima y vieja avenida Mathus, con carolinos más que centenarios, con las viejas casonas de cuando los que podían elegir hacían allí sus lugares de buen vivir y al 4 400 está una casa que sólo puede estar allí, con esculturas a escala de los carolinos, donde los gooualas juegan a confundirnos entre un centenar de obras que son pura sorpresa, tanta así que aún un Otelo y su Desdémona, cuarenta años ahí, recordándole a Roberto Rosas, el hacedor, la furia de su juventud. Los gooualas prefieren a los que se quedan, que tienen, por la alegría un jadeo suave y por la sorpresa inspiración profundas y lentas.
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 13:40:09 +0000

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