Luis Rodríguez/Ciudad de México/Éxodo/ En seis años del - TopicsExpress



          

Luis Rodríguez/Ciudad de México/Éxodo/ En seis años del gobierno de Felipe Calderón se enrolaron en la delincuencia organizada más de 30 mil menores de edad que abandonaron las aulas escolares, trabajos como jornaleros, empacadores de supermercado o cuida autos y optaron por ser “soldados” del narco, ya sea como vendedores, “mulas” o traficantes, “halcones” o vigilantes y la última parte de la cadena: sicarios. Son parte de la “herencia” del calderonismo por la fallida guerra contra la delincuencia y la fragmentación de cárteles que dio origen a células de delincuentes que encontraron en jóvenes y niños una población en pobreza, en deserción escolar, sin empleo o que simplemente fue enrolada en el crimen a la fuerza. El periodista sinaloense y autor del libro “Los morros del narco”, Javier Valdés Cárdenas, señala que los niños y adolescentes del narcotráfico duran poco en los carteles, e incluso algunos dicen que su promedio de vida es de tres años. “La mayoría no escala posiciones en la organización, pues ese papel generalmente está reservado a familiares de los grandes capos. El resto sólo sirve como carne de cañón. Son material de desecho para los narcos, a los que echan por delante en los enfrentamientos. Son los primeros que matan o detienen”, comenta. De acuerdo con cifras oficiales de la PGR y de la SSP en los últimos cuatro años han muerto en esos enfrentamientos más de 2 mil 600adolescentes, y de ellos casi 400 era menores de 15 años, es decir niños que deberían haber estado en la escuela. El precio por matar, asumir funciones de vigilantes (halcones) o trasladar droga es variable. Muchos lo hacen por 500 pesos, pero otros como El Ponchis, que por su crueldad ganó un lugar especial dentro los uno de los cárteles de la droga, llegan a cobrar hasta tres mil dólares “por encargo”, según propia revelación de este joven de apenas 14 años de edad detenido en diciembre pasado cuando intentaba, junto con sus hermanas, huir a San Diego, California. El caso de Edgar “N”, apodado El Ponchis, cuya actividad delictiva inició a los 10 años de edad como mula o mensajero, no es único ni nuevo. Se estima que las organizaciones criminales han reclutado a cuando menos 30 mil niños de entre 12 y 17 años, para lo cual han aprovechado su condición de pobreza y vulnerabilidad. Cárdenas Valdés, director del periódico Rio Doce, expone en su libro 34 historias de menores de edad enrolados en el narcotráfico, ya sea como víctimas o victimarios y en esas crónicas el lugar común es la descomposición social y el abandono familiar. “Son peligrosísimos. La gente en Sinaloa y en otros estados del norte del país ya sabe que no debe voltear a ver una camioneta de lujo donde viajen estos morros, porque la consecuencia es grave. Ellos matan hasta por un incidente de tránsito”, señala el periodista. “El narco tiene una gran capacidad seductora con tanto dinero, con tanto poder, mujeres guapas, autos de lujo, corrupción de policías y militares. Con ese poder que ejerce el narco cotidianamente en regiones de México, sobre todo en el norte del país, ese poder ejercido es la mejor apología.” El senador del PRI, Arturo Zamora Jiménez, comentó que los menores de edad enrolados por el narcotráfico tiene que ser considerados como víctimas y no como victimarios, pues aprovechada su condición social, emocional, edad y económica para realizar actividades delincuenciales. Ante ello propuso sancionar hasta con 30 años de cárcel a quienes enrolen menores como sicarios o “halcones” y tipificar como delitos graves a quienes recluten, alisten, enganchen, contraten o afilien a una persona menor de dieciocho años para que participe en un grupo de delincuencia organizada.
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 00:21:55 +0000

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