MALALA El Comercio – 18.10.13 Por Francisco Miró Quesada Cantuarias ---------------------------------------------- Malala Yousafzai es una joven pakistaní, nacida el 12 de julio de 1997, que decidió dedicar sus mejores esfuerzos a promover el respeto de los derechos civiles de las mujeres en su patria. Busca especialmente que no se impida que las niñas reciban instrucción en las escuelas, pero esta noble actividad casi le cuesta la vida. Un talibán le disparó en la cabeza y el cuello el 9 de octubre del 2012, en Mingora, cuando iba en un ómnibus escolar. Felizmente se salvó su vida y Malala recuperó plenamente todas sus actividades mentales. Para evitar nuevos atentados la llevaron a Londres, donde ahora vive tranquilamente y se dedica a su actividad en pro de la educación de las niñas. Por supuesto, hoy es una joven famosa. Le hacen reportajes, aparece en la televisión. Y muchos dicen que se ha europeizado. Pero ella responde enfáticamente que de ninguna manera, que sigue siendo pakistaní aunque viva en Europa. Y está orgullosa de su nacionalidad. Se ha hecho tan famosa que fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Con toda modestia, sin embargo, ella sostiene que lo que ha hecho no significa una acción especial. Tuvo, sí, la voluntad de luchar para que las mujeres de su país pudieran ir a la escuela, pero no pensó nunca que un talibán quisiera asesinarla. Para entender mejor lo sucedido, hay que saber quiénes son los agresores de Malala. Se trata de los talibanes, una facción político-militar fundamentalista islámica de Afganistán. Los talibanes tienen una de las más estrictas interpretaciones de la ley musulmana y, según ello, las mujeres de los lugares que ellos controlan se han visto obligadas a usar el burka, túnica que las cubre literalmente de pies a cabeza, dejando apenas una corta rejilla de tela para mirar. A las mujeres no se les permite ser atendidas por médicos varones y se encuentran sujetas a flagelación pública e incluso ejecución en la calle si los talibanes llegan a la conclusión que han violado las leyes del profeta Mahoma. Los talibanes viven de una manera inimaginable y su modo de actuar en sociedad es única en el mundo. Lo primero que hacen cuando capturan una ciudad es prohibir todas las diversiones. Cierran los teatros, cinemas, restaurantes y todo lo que pueda divertir o entretener a la gente. Increíble, pero cierto. Viven en un área de Pakistán y, sobre todo, en Afganistán. La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), dirigida por la OTAN, lucha contra los talibanes hace ya un tiempo considerable. Se trata de fuerzas multinacionales que ha tratado de desalojarlos de Afganistán. Sin embargo, por más esfuerzos que han hecho, no han logrado su objetivo. Los talibanes, además de ser muy numerosos, son luchadores con un valor a toda prueba. Se encuentran muy bien armados y se desplazan con gran rapidez. Cuando están perdiendo un enfrentamiento se refugian en Pakistán y de este país retornan luego a Afganistán. Por otra parte, cometen atentados terroristas constantemente y, en muchos, mueren personas inocentes. Pese a los esfuerzos de los aliados reunidos en la ISAF, no se ha podido derrotar a los talibanes. Muchos de los países aliados ya se han retirado de esta lucha y Barack Obama ha comenzado también evacuar las tropas estadounidenses de Afganistán y espera terminar de hacerlo antes de finalizar el 2014. Como ocurre en muchos aspectos de la vida, el fundamentalismo siempre resulta negativo e incluso perverso. Eso ocurre con los talibanes por la forma en la cual interpretan la Sharia, es decir, la ley musulmana. Ya dijimos que en relación con las mujeres la han llevado a extremos que llegan plenamente a la barbarie. Esto los hace tener una concepción verdaderamente absurda de la vida. Cuando vemos noticias en las cuales se narran los actos vandálicos y crueles de los talibanes, tenemos la impresión de que el mundo ha retrocedido en su existencia. Cuando escribo este artículo leo que casi treinta millones de personas viven en la esclavitud. En esta estadística escalofriante India registra casi 14 millones de seres humanos viviendo en la esclavitud, pero Mauritania es el país donde la cifra es proporcionalmente mayor pues el 4% de su población está en régimen de esclavitud. La vida de Malala es un verdadero ejemplo que nos hace reflexionar sobre las inmensas diferencias que todavía existen sobre la faz de la Tierra. Su casi asesinato y con constante lucha a favor de la instrucción de las niñas de Pakistán es una muestra verdaderamente conmovedora que nos debe llevar a buscar por todos los medios posibles que finalmente desaparezcan lacras tan terribles como la esclavitud o las prácticas irracionales que pretenden implantar los talibanes.
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 20:01:45 +0000
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