MARISA RECUERO / Madrid25/07/2013 Una vía construida en tiempo récord y con trenes «todoterreno» Se invirtieron 3.300 millones en dos años y se contrató una flota de vehículos híbridos «Nadie fue tan rápido en el desarrollo de una infraestructura», destacó José Blanco el 20 de septiembre de 2011, cuando asistió en calidad de ministro de Fomento de José Luis Rodríguez Zapatero al primer viaje de prueba de la línea de alta velocidad Orense-Santiago. «Estamos haciendo historia», insistió el máximo responsable de la construcción del AVE a Galicia. En poco menos de dos años, España movilizó «más recursos que ningún otro país en un período tan corto», recordó el ex ministro, que no dudó en bautizar a los trenes híbridos adaptados para la ocasión como vehículos «todoterreno». El Gobierno invirtió más de 3.300 millones de euros en construir una línea de alta velocidad para trenes que no podían superar los 200 kilómetros por hora, cuando la velocidad considerada de alta velocidad debe estar por encima de los 250 –más de 300 kilómetros por hora se califica ya de muy alta velocidad–. Es evidente que algo no cuadraba. El motivo era que el tramo de AVE sólo eran 87,1 kilometros (Orense-Santiago). El resto de la vía gallega, hasta La Coruña, se completó aprovechando la plataforma existente, que se electrificó. Es por ello que los únicos trenes que pueden circular por estas vías, por ahora, son vehículos híbridos, es decir, con capacidad para cambiar de vía electrificada a tramo de alta velocidad. En total, poco más de 145 kilómetros entre Orense y La Coruña. El ex ministro Blanco no dudó en anunciar que se trataba de la única infraestructura de Europa que, en apenas dos años, había sido dotada con un presupuesto de 4.400 millones de euros para la construcción de la línea completa. Sin duda, un hito histórico, empañado por la débil situación económica que atravesaba España. Nadie dudó de la seguridad del tren elegido para cubrir el tramo. Un Alvia-730, con una velocidad punta de 203 kilómetros por hora, capaz de hacer el recorrido de los 87,1 kilómetros en apenas 49 minutos. Talgo y Bombardier fueron sus fabricantes. Ambas compañías pusieron en el mercado un tren con motor diésel, capacitado para mantener la tracción eléctrica en tramos de vía no electrificados. Era el tren idóneo para unir Madrid y Santiago de Compostela en apenas cinco horas, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 250 kilómetros en los tramos de AVE, ya que la vía estaba capacitada para ello. El llamado «todoterreno» nació a partir de otra serie de tren ya en circulación, la 130, a la que se le añadió un motor diésel. En total, 242 plazas –en la tragedia de la curva de A Grandeira, 218 personas viajaban en el tren número 151–, repartidas entre clase turista y preferente. El único inconveniente para el maquinista que cubre la línea completa Madrid-La Coruña es que al dejar Valladolid tiene que aminorar la velocidad del tren, ya que el tipo de vía en el que entra deja de ser de alta velocidad para convertirse en una vía de ancho ibérico. No obstante, la vía está preparada para ser adaptada a las medidas internacionales del AVE cuando termine de construirse el tramo que unirá Olmedo (Valladolid) y Orense. Esto significa que mientras no exista vía con condiciones de AVE para ese tramo, el híbrido no podrá circular a más de 300 kilómetros por hora hasta que no llegue a Orense. A partir de este punto, el Alvia en cuestión podrá volver a acelerar, pero teniendo en cuenta que sólo son 87,1 kilómetros de línea de AVE, volviendo a aminorar al pasar Santiago de Compostela. El AVE gallego permitió incrementar la velocidad 50 kilómetros por hora, haciendo que el viaje entre Madrid y Santiago disminuyera una hora. Los planes del Gobierno pasaban por invertir un total de 10.000 millones en la construcción total de la línea Madrid-Galicia. Las obras entre Olmedo y Orense se licitaron por un importe de 6.500 millones. El tramo Orense-Santiago costó2.200 millones. Y el Santiago-La Coruña, 1.100 millones.
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 09:37:38 +0000
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