MATEOS. 8, 1 - 34 - MIERCOLES 07 DE AGOSTO DE 2013 - - TopicsExpress



          

MATEOS. 8, 1 - 34 - MIERCOLES 07 DE AGOSTO DE 2013 - CURACIÓN DE UN LEPROSO (MC 1,40; LC 5,12) [1] Jesús, pues, bajó del monte, y empezaron a seguirlo muchedumbres. [2] Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: «Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.» [3] Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.» Al momento quedó limpio de la lepra. [4] Jesús le dijo: «Mira, no se lo digas a nadie; pero ve a mostrarte al sacerdote y ofrece la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés, pues tú tienes que hacerles una declaración.» LA FE DEL CENTURIÓN (LC 7,1; JN 4,46) [5] Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole: [6] «Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente.» [7] Jesús le dijo: «Yo iré a sanarlo.» [8] El capitán contestó: «Señor, ¿quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente sanará. [9] Pues yo, que no soy más que un capitán, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno: Vete, él se va; y si le digo a otro: Ven, él viene; y si ordeno a mi sirviente: Haz tal cosa, él la hace.» [10] Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe. [11] Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, [12] mientras que los que debían entrar al reino serán echados a las tinieblas de afuera: allí será el llorar y rechinar de dientes.» [13] Luego Jesús dijo al capitán: «Vete a casa, hágase todo como has creído.» Y en ese mismo momento el muchacho quedó sanó. [14] Jesús fue a casa de Pedro; allí encontró a la suegra de éste en cama, con fiebre. [15] Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle. [16] Al atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos. [17] Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades. (Lc 9,57) [18] Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de cruzar a la otra orilla. [19] Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.» [20] Jesús le contestó: «Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.» [21] Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.» [22] Jesús le contestó: «Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.» JESÚS CALMA LA TEMPESTAD (MC 4,35 LC 8,22) [23] Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. [24] Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. [25] Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!» [26] Pero él les dijo: «¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!» Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma. [27] Grande fue el asombro; aquellos hombres decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?» LOS ENDEMONIADOS DE GADARA (MC 5,1; LC 8,26) [28] Al llegar a la otra orilla, a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y vinieron a su encuentro. Eran hombres tan salvajes que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. [29] Y se pusieron a gritar: «¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» [30] A cierta distancia de allí había una gran piara de cerdos comiendo. [31] Los demonios suplicaron a Jesús: «Si nos expulsas, envíanos a esa piara de cerdos.» Jesús les dijo: «Vayan». [32] Salieron y entraron en los cerdos. Al momento toda la piara se lanzó hacia el lago por la pendiente, y allí se ahogaron. [33] Los cuidadores huyeron, fueron a la ciudad y contaron todo lo sucedido, y lo que había pasado con los endemoniados. [34] Entonces todos los habitantes salieron al encuentro de Jesús y, no bien lo vieron, le rogaron que se alejase de sus tierras.
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 12:47:46 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015