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¡MUY GOLPEADO! Hebreos 12:3 (RVR 1865) 3 Reducíd pues a vuestro pensamiento a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, porque no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando En la película Rocky III (me encantan estas pelis), Apolo Creed está peleando contra Ivan Drago un ruso poderosísimo y Rocky estaba en el rincón de Apolo. Eran amigos. Era una pelea de exhibición. Sin embargo, el ruso comenzó a castigar duramente al americano. Golpes durísimos y sin piedad. En un descanso, Rocky le dice que era mejor suspender la pelea y Apolo se niega. Al subir nuevamente al ring hay una escena notable cuando el ruso golpea con extrema dureza a Apolo, mientras Rocky tira la toalla para detener la pelea. El golpe llega antes, y con él la caída y la muerte de Apolo. Esta escena de tirar la toalla es bien gráfica. Lo hacen los que se rinde, los que están cansados, los que no pueden aguantar un golpe más. ¿Es cuestionable? En el ring NO. Hay que ser muy duro para soportar una paliza y seguir de pie sin posibilidades de ganar. Pero en la vida cotidiana, la disyuntiva se repite sin tantas luces. No hay público, no hay prensa, no hay aplausos, pero la situación es la misma. No estamos en un ring, ni el adversario es tan fácilmente identificable. Pero estamos igual que Apolo, intentando seguir de pie mientras nos golpean. Te golpea el desánimo, la enfermedad, la soledad, el fracaso, los problemas en el hogar, las materias que no aprobaste, la novia que te dejó, el trabajo que no conseguiste, el desprecio de tus amigos, la indiferencia en tu Facebook (nadie te da like), la frustración de no alcanzar las metas. Te golpean y te desalientan, y te fuerzan a tirar la toalla. Estás cansado, deprimido y frustrado. Y tu única opción es decir basta. ¿Sentiste esto antes? El escritor sí. Y su único remedio es este texto maravilloso. Cuando estés en el rincón de tu pelea, sin fuerzas para dar un paso más, acuérdate de Jesucristo. Y de lo que hizo por salvarte. Detente a pensar en cada uno de los pasos que Él dio desde el cielo hasta la resurrección solo porque quería salvarte. Y eso te va a animar para no desmayar. No te va a dar la cara para bajar los brazos viendo la grandeza de la actitud de Cristo que siguió hasta el final, aunque le dolía todo. ¿Quieres tirar la toalla? ¿Estás agotado? Levanta la mirada y mira a Cristo. REFLEXIÓN – Esfuérzate y se Valiente, Recuerda esto: ¡El Reino de los cielos se hace fuerte y solo los valientes LO ARREBATAN! Un gran abrazo y bendiciones
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 21:47:09 +0000

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